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CLUB DE CINE

'El príncipe y la corista': el efecto del encanto Marilyn

Una entretenidísima comedia de enredo que aprovecha el potencial de la actriz como ingenuo objeto de deseo.

Por Hugo Rosales 7 de Agosto 2012 | 09:02

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Este domingo se cumplían 50 años del extraño fallecimiento de la actriz Marilyn Monroe. Icono de la época y todo un símbolo sexual, 'El príncipe y la corista' es un paradigma de la identificación de la actriz como la ingenua y candorosa chica objeto de deseo, pero se trata también, de uno de sus mejores papeles.

El principe y la corista

Marilyn Monroe, un talento a reivindicar

Adaptación de una obra de teatro de Terence Rattigan, de la que él mismo se encargó, 'El príncipe y la corista' es una divertida comedia de intrigas palaciegas que se sitúa en 1911, cuando el regente del país imaginario de Carpatia viaja a Londres para asistir a la coronación del Rey Jorge V. Un personaje interpretado por Laurence Olivier, quien también ejerce como director del film; un extravagante soberano que queda prendado de los encantos de la corista Elsie Marina.

Partiendo del hecho de que se trata de una obra menor, de contenido ligero y con una total falta de pretensiones, la película resulta simpática y con gancho, merced a la excelente química encontrada entre la pareja protagonista. Si bien no se aleja de la típica comedia romántica de enredos, con sus ingredientes habituales, aprovecha los innatos recursos de Marilyn para la comedia; 'El príncipe y la corista' es un vehículo para su completo lucimiento del que sale con una nota muy satisfactoria.

Ágil y seductora

A pesar de basarse en una pieza teatral, 'El príncipe y la corista' se beneficia de unos ágiles e ingeniosos diálogos, de sus múltiples equívocos que la convierten en un toma y daca continuo, para mostrar la bizarra relación de un miembro de la realeza con una actriz de cabaret. El argumento se reduce a poco más que eso, un surrealista romance condimentado con una ingenua subtrama en torno a la traición familiar: un complot orquestado por el hijo de este Gran Duque, quien pretende obtener el poder antes de cumplir la mayoría de edad. Un conflicto que se ve contagiado por el tono ligero del conjunto, no hay intención alguna de alterar este divertimento con denuncia crítica e ideológica de cualquier tipo.

El principe y la corista

Acertados secundarios, destacar al torpe funcionario encargado del servicio del mandatario y la locura de la reina madre; escenas icónicas, fiesta, frivolidad y glamour, rodean a esta recomendable película con un tormentoso rodaje recogido en la reciente 'Mi semana con Marilyn'. Excelentes elecciones para recordar la figura de Marilyn Monroe.

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