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CRÍTICA

'Argo', rescate al límite en el convulso Oriente Medio

La consagración de Ben Affleck como director agrupa distintos géneros y tiene la valiosa facultad de combinar rigor histórico con espectáculo palomitero.

Por Hugo Rosales 27 de Octubre 2012 | 10:30

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Si en la crítica de 'The Town' alabábamos la capacidad de Ben Affleck de ofrecer un entretenídisimo thriller de atracos sin descuidar la calidad, con 'Argo' no me queda más que quitarme el sombrero y aplaudir. Tras dos películas afincado en Boston, Affleck se muda a Irán y lo hace por la puerta grande, echando el resto. Mientras que con sus títulos anteriores adaptaba novelas de Chuck Hogan y Dennis Lehane, para 'Argo' se basa en hechos reales, la crisis de rehenes de finales de 1979, un suceso que conmocionó a la sociedad estadounidense y marcó el final del mandato presidencial de Jimmy Carter.

Argo

En un convulso contexto político, poco después de la revolución iraní que condujo a la deposición del Sha de Persia, un grupo de militantes asaltó la embajada estadounidense en Teherán por su apoyo al anterior régimen. Mientras que la mayoría de sus trabajadores fueron tomados como rehenes, seis diplomáticos estadounidense lograron escapar y refugiarse en casa del embajador canadiense. Con su ubicación bajo secreto ante la opinión pública iraní, la inteligencia americana se vio obligada a planear una arriesgada misión de rescate antes de que los rebeldes descubrieran el paradero de los fugados. La operación fue encomendada a un condecorado agente de la CIA, Tony Mendez (Ben Affleck), quien tras valorar varias e inconscientes opciones, se lanzó a la desperada con una extravagante pero posible alternativa, fingir el rodaje de una película de ciencia ficción en el país. Bajo el título de 'Argo', Mendez y su supervisor en la agencia (Bryan Cranston) reclutaron al maquillador de 'El planeta de los simios' y a un veterano productor (John Goodman y Alan Arkin), los cuales idearon una seria campaña de marketing que convenció a la industria de que preparaban un film a la estela del éxito de 'La guerra de las galaxias'.

Funciona como un reloj

Una propuesta que obligaba a un difícil equilibrio entre el rigor histórico necesario y el espectáculo digno de un buen producto de entretenimiento. Algo que 'Argo' logra con creces a pesar de lanzarse a la piscina mezclando diversos géneros. La película bebe directamente del drama político de los años 70, el thriller de intriga y espionaje, pero también aprovecha para homenajear al cine de ciencia ficción, al tiempo que golpea con una ácida sátira a la industria de Hollywood. Si la maquinaria no salta por los aires es sencilla y claramente debido al talento de su director y a un calibrado guión de Chris Terrio. Affleck no inventa nada nuevo, como tampoco hacía en sus anteriores películas, pero demuestra ser un tipo inteligente con las muy ideas claras. Se propone la consecución de una serie de objetivos, cada vez más exigentes, y es indiscutible que los vuelve a cumplir con nota.

Con concisión y brillantez no sitúa históricamente en el conflicto, en un punto medio entre modernidad y tradición, para sentir el clima social del Irán de la época. Unas revueltas que se nos muestran con intensidad y la impoluta factura que caracteriza a su cine. Frenéticas escenas de acción repletas de tensión; una tensión que ya no nos abandona e irá en constante in crescendo a medida que avanzan los acontecimientos. Dividida en distintos bloques para que vayan confluyendo sus géneros, inicialmente pesa el drama político de calles y despachos para ir dando paso a la comedia, una maniobra arriesgada, pues su humor cáustico no deja títere con cabeza en su crítica al sistema de estudios de la época. Un experimento que triunfa gracias a las excelentes interpretaciones de John Goodman y Alan Arkin como dos cínicos miembros del gremio de cineastas ya establecidos, el primero como un maquillador de ciencia ficción que no tiene pelos en la lengua a la hora de soltar lo que piensa, y el segundo como un veterano productor que no finge que el sistema está podrido, pues al fin y al cabo hasta él se aprovecha y se enorgullece del mismo. Una burla que no molesta ni ofende puesto que los responsables de la película son autoconscientes de que ellos también forman parte del juego.

Argo

La última hora ya es un auténtico ejercicio de calculada tensión, con puntuales salidas cómicas cuando la mirada se posa en estos dos personajes, pero que simplemente es una forma de aligerar una sensación de incertidumbre que compartimos junto a los rehenes y el equipo de la CIA, donde un chivatazo puede acabar literalmente con sus vidas. El reconocimiento de localizaciones y la preparación de identidades son el preludio de una conclusión de infarto que no tiene nada que envidiar a los grandes blockbusters. Cierto que las licencias están presentes, y conforme nos acercamos a la resolución del rescate estas son más abundantes. La traca final está absolutamente ficcionada y la sombra de la americanada planea sobre la verosimilitud de la propuesta, pero qué queréis que os diga, cuando la inquietud y preocupación que siente el espectador hacia la integridad de los personajes está tan bien lograda, servidor carece de objeciones.

Director emergente

Mucho se ha hablado en las últimas semanas de la valía de Ben Affleck como director, incluso muchos lo han colocado como el posible sucesor de Clint Eastwood. Cierto que las comparaciones son odiosas, y más cuando se trata de una leyenda como Clint, pero no es menos evidente que el actor de Boston ha conseguido una notoriedad con sus tres primeras películas que el jinete más reconocible del Oeste necesitó décadas para obtener. La diferencia de calidad en sus interpretaciones queda fuera de toda duda, pero en Affleck eso no ha sido un gran impedimento para firmar grandes trabajos, incluso lo han mejorado en esa faceta: si en 'The Town' cumplía, en 'Argo' realiza una interpretación elogiable, que la podemos catalogar (sí, tampoco era difícil) como la mejor de su carrera. Ambos han reconocido que los grandes maestros han influenciado su visión como realizador; Eastwood trabajó con ellos (Don Siegel, Sergio Leone...), Affleck los conoció en las salas (a no ser que haya exprimido sabiduría de sus colaboraciones con Kevin Smith y Michael Bay), y probablemente con 'Argo' también pueda presumir como acaparador de Oscar (ya tiene uno de su labor de coguionista junto a Matt Damon de 'El indomable Will Hunting'). El tiempo dirá si ando en lo cierto.

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