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'Insidious': entre el miedo y el esperpento

James Wan, responsable de la primera entrega de 'Saw', dirige un logrado cuento de terror, posesiones y casas encantadas que sobrecoge en su inicio y descoloca en un extravagante climax.

Por Jorge R. Tadeo 1 de Noviembre 2012 | 11:30

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Seis años después de dirigir la primera entrega 'Saw', tras desvincularse de las secuelas y tras un par de films de lo más intrascendente, James Wan crea una historia de terror con elementos clásicos sin dejar de ser fiel a algunos rasgos de estilo (o sus 'tics' estéticos) que son constantes en su filmografía y logra un sorprendente éxito con un presupuesto reducido y una campaña de marketing muy cuidada.

Lo cierto es que 'Insidious' no aporta demasiadas novedades al genero, es una historia de niño poseído y casa encantada, que juguetea con repentinas apariciones fantasmales, bajadas al sótano, sesiones de espiritismo y un extravagante viaje astral al inframundo. Pero en el cine de terror, más que en otro tipo de films, no importa tanto la historia sino la atmósfera en la que sus creadores envuelvan la trama. Y en ese sentido 'Insidious' es todo un acierto, al menos en su primer tramo.

'Insidious': entre el miedo y el esperpento

La película esta protagonizada por Patrick Wilson y Rose Byrne, un matrimonio feliz que se traslada con sus hijos a una nueva casa, donde uno de los pequeños caerá en un profundo coma tras un extraño suceso. El coma no atiende a los parámetros habituales y en efecto, acabaran descubriendo que su hijo es victima de una posesión por parte de un espíritu maligno que se ha apoderado de su cuerpo. Juntos, emprenderán entonces la búsqueda de un método para liberarlo de dicha maldición.

Efectista y efectiva

'Insidious' juega primero a explorar los inquietantes rincones de la casa para poner al espectador en situación, a continuación desarrolla un breve episodio de drama familiar para implicarnos con sus protagonistas y enseguida se convierte en una montaña rusa de sustos, escenas angustiosas y viajes a un universo fantasmagórico, tan efectista como efectiva. El film divierte, inquieta y puede dar autentico miedo si se ve en las condiciones adecuadas para crear terror, pues aprovecha muy bien los lugares comunes de su historia para trasladar cierto desasosiego al espectador por medio de dilatadas escenas de suspense paranormal.

'Insidious': entre el miedo y el esperpento

Pero la película avanza con buen ritmo hacia un desenlace discutible. Y es que, en su tramo final, 'Insidious' nos sumerge en una extravagante odisea a un infierno diseñado de la manera mas kitsch que uno pueda imaginar. El sobrecargado, colorista y bizarro inframundo que imagina Wan, es la principal diana de los detractores del film. Y es cierto que el director camino en el alambre entre la rareza inquietante y sugestiva, y el exceso que roza lo ridículo. Cada espectador decidirá en que lado cae la arriesgada propuesta del realizador.

Tras este sorprendente tramo que es todo un festival de la extravagancia, Wan coloca hábilmente a modo de guinda un giro final que puede resultar un tanto previsible para los que se conozcan los mecanismos del genero al dedillo, pero que funciona como golpe de efecto habitual en los cuentos de terror clásicos. En definitiva, y pese a su delirante deriva final, 'Insidious' es una de las propuestas mas angustiosas y sugerentes que el terror comercial norteamericano nos ha ofrecido últimamente. Una agradable sorpresa para disfrutar (o sufrir) en este puente de Todos los Santos.

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