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CRÍTICA

'El Cuerpo', el thriller de las falsas apariencias

La ópera prima de Oriol Paulo muestra una película plagada de interrogantes que consiguen enganchar al espectador hasta el final.

Por Guillermo Álvarez 16 de Diciembre 2012 | 09:00

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¿Y si desapareciera un cuerpo de una morgue? Esa es la pregunta que plantea Oriol Paulo en su ópera prima, 'El cuerpo', largometraje con el que ha dado el salto a la dirección tras una provechosa carrera como guionista de cine y televisión que ahora pretende completar con esta película de género que destierra la mala imagen que algunos siguen queriendo darle al cine español, una industria en la que no todos aciertan, pero quienes lo hacen consiguen una maestría indiscutible.

Los cuatro protagonistas de 'El Cuerpo'

Las luces se apagan y la tensión comienza con la aparición del guardia de seguridad de un depósito de cadáveres que huye despavorido campo a través hasta que llega a una carretera en la que es atropellado por un conductor que no puede hacer nada por esquivarle. Cuando la policía investiga el accidente descubren que un cadáver ha desaparecido.

Así arranca esta película en la que nada es lo que parece, un thriller emocionante e inquietante en el que José Coronado y Hugo Silva llevan gran parte del peso de la trama, aunque sin eclipsar a Belén Rueda y Aura Garrido y otros secundarios de lujo como Juan Pablo Shuk y Cristina Plazas, que bien merecen una mención.

José Coronado no sorprende, sino que demuestra una vez más que el talento corre por sus venas en esta película en la que interpreta a Jaime Peña, un policía atormentado por una tragedia, que tiene que descubrir por qué se llevaron el cuerpo de Mayka Villaverde (Belén Rueda), una mujer muy poderosa que ha muerto por un infarto.

Belén Rueda en una momento de 'El Cuerpo'

Mientras, el desconsolado viudo, Álex Ulloa, un Hugo Silva que ofrece una interpretación madura y creíble, llora la reciente muerte de su esposa, una mujer con la que vivía inmerso en un matrimonio agridulce al que le tuvo que encontrar una válvula de escape que le ofreció una misteriosa joven llamada Carla Miller.

La importancia de los detalles y los flashblacks

Una copa, una llamada y Álex Ulloa se traslada a la morgue, donde tiene lugar la mayor parte de la película. Allí todo empieza a desmoronarse y surgen numerosos interrogantes que harán que el espectador se pierda momentáneamente, aunque ahí aparecen los 'flashbacks' para situarnos donde debemos estar para entender el presente; quizá su uso sea excesivo en algunos momentos, pero necesario en un thriller de estas características en el que tienes que contar una 'retorcida' historia que transcurre en una noche muy larga.

Gracias a esos regresos al pasado podemos descubrir cómo era la relación entre Mayka Villaverde y Álex Ulloa, un matrimonio en el que ella ejercía el poder para dejar claro quién mandaba y quién podía borrarle del mapa si lo deseaba; por qué Jaime Peña actúa como actúa y qué le ha llevado a ser la persona amargada en la que se ha convertido, alguien que busca algo que anhela y que desea con todas sus fuerzas.

Juan Pablo Shuk, José Coronado y Hugo Silva en una escena de 'El Cuerpo'

La música es una parte fundamental de la historia, pues ¿qué clase de thriller sería de otro modo?. Además, no se esperaba menos de un director que ponía música a sus actores para que se motivaran de una u otra forma antes del rodaje. Por su parte, la fotografía y la ambientación son correctas y suman a la película.

Poco más se puede desvelar de un filme en el que importan los detalles, por lo que hay que permanecer atento a cada movimiento de los personajes, que no actúan por casualidad. Oriol Paulo juega a despistar y lo consigue a lo largo de los más de 100 minutos de una película que consigue dejarte con la boca abierta, y que cuenta con un final en el que todo se precipita; sin embargo, 'El Cuerpo' no deja interrogantes a un espectador que saldrá de la sala con la sensación de haber visto buen cine.

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