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CRÍTICA

'Niños grandes 2': Ya es hora de madurar

La nueva comedia protagonizada por Adam Sandler pone en escena multitud de escenas inconexas que a duras penas logran sacar una carcajada.

Por Carlos Manuel Hernández Fernández 12 de Julio 2013 | 19:41

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El verano ya está con nosotros. Piscina o playa, sombrilla y crema solar, fiestas y, claro que sí, comedias norteamericanas de risa fácil. En este contexto se sitúa 'Niños grandes 2', secuela de las diabluras de Adam Sandler, Chris Rock, Kevin James y David Spade.

'Niños grandes 2'

La sinopsis de la cinta es la siguiente: Tras mudarse con su familia a su pueblo de toda la vida para estar más cerca de sus amigos y los hijos de estos, Lenny, descubre que entre acosadores de antaño y acosadores actuales, conductores de autobús esquizofrénicos, polis ebrios en esquís y 400 fiesteros disfrazados dispuestos a amargarle la existencia, la locura no ha hecho más que empezar.

En esta producción, Adam Sandler pone el piloto automático durante todo el metraje, ofreciéndonos una interpretación sobreactuada y sin pasión, casi pareciendo que cada escena fue rodada a la primera, sin pena ni gloria. En los momentos donde es más convincente su personaje es cuando es consciente de que lo que está pasando no tiene ningún sentido, y en ello logrará que su rol consiga poner los pies en el suelo. En definitiva, su papel se reduce a gritar el texto, hacer el gamberro y dárselas de triunfador que, en definitiva, es la esencia del argumento, cosa que hace muy bien, y para que negarlo, Adam Sandler sigue teniendo su tirón como protagonista de estas propuestas cómicas.

Chris Rock pasará por una situación similar, si bien con la gracia que desprende, hará pasajero su papel, que por lo general no es destacable por mucho más que por algún que otro chascarrillo y su desparpajo. Algo más interesante es el rol de Kevin James, el cual tendrá una esposa dominante (interpretado por Maria Bello), un hijo que ha sido educado en el error (lo que provocará algunos de los momentos más divertidos del filme) y una madre por la que siente un amor incondicional. Esta multitud de rasgos, además de su correcta interpretación, hacen de su personaje uno de los más ricos, y aporta algo de familiaridad a la película.

Lo mismo ocurre con David Spade, que mediante sus relaciones con las mujeres y familiares cercanos, tiene mayor atractivo, además de dotar a su personaje de un aura más bizarra, por su manera en momentos depravada de comportarse, que dará algún que otro momento violento a la cinta. El actor Nick Swardson, que interpreta a un alocado conductor de autobús, es tan irreal como divertido. Sabiendo por ello que su personaje carece de cualquier lógica y razón, será el "sparring" que recibirá los golpes más fuertes, eso sí, recobrándose como si nada hubiese pasado. También pasará por el metraje como si nada fuera con él, y esa esencia, de personaje desubicado, hace de su papel, un mero recurso cómico, que alguna vez funciona.

'Niños grandes 2'

A divertirse entre actuación y actuación

Si de algo puede sentirse orgullosa 'Niños grandes 2' es de congregar a una buena tropa de caras conocidas de Hollywood que, básicamente, se han unido a esta producción para pasárselo bien en el rodaje y desconectar un poco del estrés de ser actor. Es por ello que veremos a una Salma Hayek que se paseará con un escote asfixiante por todas las escenas, además de cambiar a un acento "pseudo-mexicano" para soltar algún chascarrillo, que es comprensible que tenga su sitio en la versión original, pero en la doblada al español es, cuanto menos, ilógico. Shaquille O'Neal también hace de las suyas, consiguiendo un personaje bastante cómico, que se verá favorecido por la compañía de Peter Dante, siendo los dos, unos oficiales de policía que funcionan muy bien en pantalla.

Un personaje que destaca es el interpretado por Taylor Lautner, que es una parodia de bravuconería y volteretas (y de sí mismo), que destaca no por una interpretación memorable (la cual es totalmente plana), sino más bien por saber reírse de sí mismo, y ofrecer un rol que dentro de la locura que expone esta producción, tiene su sitio, y sirve y logra lo que pretende: ser detestable a la vez que divertido. Más actores se unen a esta producción, como Steve Buscemi o Steve Austin, que harán sus pinitos, dejando algún que otro buen punto por el camino.

Una de las cosas más reprochables de esta producción es su estructura extremadamente simple, que se basa en ofrecer unas escenas de "gags" prefabricados, golpes, o situaciones algo aleatorias, que acaban con un descontextualizado "¡¿Quéeeeeeeee?!", que puede que tenga alguna gracia en versión original, no así en español. Esta fórmula se repite en muchas de las secuencias, a veces cambiando esa coletilla por una frase de algún personaje ajeno a la acción, pero que en definitiva, no es más que repetir la misma estructura durante todo el metraje.

Los momentos entre "qué" y "qué" son, en su mayoría, los expuestos en los tráilers mostrados, por lo que no nos alejaremos mucho más allá del ciervo, la rueda, la balsa hinchable y el salto al río. Aún así, tiene su punto de diversión desenfadada verla en acción, siempre y cuando entres a la sala sabiendo lo que vas a ver: una película de comedia de verano de libro, sin contenido sustancioso, y plagada de "gags" que solo harían gracia a verdaderos niños.

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