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CRÍTICA

'Thor: El mundo oscuro': Un contundente golpe de martillo desde la segunda fila

Esta segunda aventura en solitario del dios nórdico gana mucha espectacularidad visual y algo de ritmo, aunque su protagonista se vea eclipsado por su novia y su hermano.

Jesús Agudo
Por Jesús Agudo Más 29 de Octubre 2013 | 10:11
El redactor más veterano de esta web. Palomitero y fan de que las series estrenen un capítulo por semana.

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Lejos de la Tierra vive un hombre que empuñando su martillo se convierte en un ser casi invencible. El legendario Thor ha demostrado ya en dos ocasiones de lo que son capaces él y su Mjolnir, una solo y otra acompañado. La segunda le salió algo mejor que la primera, por lo que su nueva aventura en solitario tenía que aumentar el listón sí o sí. Nos adentramos en el Mundo Oscuro con Chris Hemsworth, y parece que esta vez sí ha logrado ver la luz del éxito.

Thor: El mundo oscuro

'Thor: El mundo oscuro' está dirigida por Alan Taylor, quien se ha hecho un nombre gracias a la serie 'Juego de Tronos'. Los chicos de Marvel tuvieron buen ojo con él, ya que ha sabido restar ese toque artificial, casi de cartón piedra, que tenía el Asgard de 'Thor', dotando a la historia de una sensación épica digna de acercarse (ligeramente) a la Tierra Media. El universo ha ganado en riqueza, al menos en lo que respecta al pueblo gobernado por Odín. Y la historia también alcanza cotas de ambición que no tenía la primera entrega del personaje.

En esta ocasión, nos encontramos con un Thor serio y tosco, marcado por el rencor que siente hacia Loki por lo que hizo en Manhattan y por la tristeza por no poder estar con la persona que ama. Un acontecimiento en la Tierra le fuerza a regresar, a reencontrarse con Jane Foster, y a enfrentarse a un enemigo que ya se lo puso difícil a su padre antaño. Como podemos comprobar, la trama tiene un punto más serio, algo que permite que Thor encuentre su propia voz dentro del Universo Cinematográfico. Su tono es más maduro, buscando asemejarse a, mismamente, 'Juego de Tronos', mezclando ese aspecto medieval con rencillas familiares y batallas épicas.

En esto último gana y mucho respecto a 'Thor', haciéndolas no solo más dinámicas sino también bastante más espectaculares. A lo mejor habría aceptado alguna que otra escena de batalla, pero al menos las que hay están trabajadas. Sin embargo, mientras que el Kurse de Adewale Akinnuoye-Agbaje funciona como fuerza bruta, el Malekith de Christopher Eccleston queda algo plano, no impone como debería a pesar de que el actor tiene talento para ello. La sombra de Loki es alargada, y no es solo a Malekith a quien tapa.

Thor: El mundo oscuro
Tom Hiddleston ha ido robando escenas en cada película en la que aparece, pero en 'Thor: El mundo oscuro' termina merendándose a Eccleston y a Chris Hemsworth sin despeinarse su oscura melena (bueno, un poco sí). Cada escena en la que aparece entra directamente en lo mejor del metraje, y como las comparaciones son odiosas (más entre hermanos), comparado con Thor es tan interesante, que acaba arrebatándole todo el foco de protagonismo. Y lo poco que le queda a Hemsworth por rascar, se lo quita Natalie Portman y su Jane Foster, que desata un encanto tal que cautivará al público con toda seguridad. El problema lo tiene el protagonista, eclipsado totalmente por su novia y su hermano. Algo que no dejar de resultar frustrante para los que prefirieran ver el show de Thor.

Chascarrillos Marvel para aliviar la batalla

Aunque antes hayamos hablado de épica, hay que recordar que estamos ante una película de Marvel. Y por suerte para este espectador, el estudio vuelve a poblar de sus marcas características todo el largometraje. El humor "à la Marvel" aparecerá constantemente en escena, sobre todo gracias a Hiddleston y Portman, siendo tan efectivo y absurdo como siempre. Sus diálogos de besugo (o más bien lubina) siguen estando ahí, y aunque sigan chirriando, continúan siendo marca de la casa, seguramente acabaríamos echándolos de menos. Ofrece los momentos más entretenidos de un metraje que, a pesar de (sorprendentemente) no sobrepasar las dos horas, a veces se ve lastrado por la monotonía. Los cameos, "easter eggs" y escenas de créditos (interesantes las dos) también estarán presentes, y como siempre, son de agradecer. Y muestran que la conexión la trabajan a conciencia.

Poco más se puede añadir a una película con factura técnica sobresaliente -es tremenda la escena en Greenwich-, y un resultado en general muy entretenido, se disfruta sin muchos problemas. Sí es cierto que no cuenta con el carisma y la frescura de Tony Stark, pero sin duda es un salto cualitativo para Asgard. Ha sido capaz de encontrar su sitio en el vasto universo Marvel, y ahora solo le falta conseguir que el personaje principal se haga valer, que se note que el que lleva a Mjolnir en la mano es quien manda.