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PRECRÍTICA

'Ella es el partido', reviviendo la época dorada de la comedia

Entretenida película con regusto a comedia clásica americana de los treinta y cuarenta.

Por Óscar Martínez 5 de Junio 2008 | 18:55

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'Leatherheads', que aquí se estrenará bajo el título de 'Ella es el partido', es el nuevo largometraje de George Clooney como director, y cuenta con la participación, además del propio Clooney, de Renée Zellweger, John Krasinski, Jonathan Pryce, Stephen Root, Wayne Duvall, Keith Loneker, Malcolm Goodwin, Matt Bushell, Tim Griffin y Robert Baker entre otros.

La película cuenta la historia de Dodge Connolly, un encantador futbolista con mucho desparpajo decidido a alejar a su equipo de las peleas en bares y llevarlo a estadios repletos de espectadores. Cuando pierden a su patrocinador y la misma liga está a punto de sucumbir, Dodge convence a una estrella del fútbol universitario para que se una a su equipo, con la esperanza de que esto ayude a que la gente se fije en el deporte.

Sorprendentemente gratificante resulta el visionado de 'Ella es el partido', cuya historia y, por encima de todo, estilo, pretende remontarnos (y en más de una ocasión lo consigue) a la más pura comedia clásica americana de Lubitsch, Hawks, Capra, Stevens y compañía.

Aunque, todo hay que decirlo, si hay algún nombre propio que debe citarse como claro referente en la nueva película de George Clooney, ése es tanto el de George Cukor como el de Billy Wilder. Y es que 'Ella es el partido' conjuga ambos estilos de comedia con bastante solvencia, ofreciéndonos, por un lado, unos atropellados y divertidos confrontamientos dialécticos entre George Clooney y Renée Zellweger al más puro estilo Katharine Hepburn/Spencer Tracy, y por otro diversas secuencias completamente hilarantes que en más de una ocasión evocan a, por ejemplo, ciertas situaciones de enredo en la línea de la maravillosa 'Un, dos, tres'.

Esos maravillosos 30 y 40

De este modo, 'Ella es el partido' elude los actuales clichés de la comedia romántica moderna, inhibiéndose (casi) por completo de los típicos excesos de edulcoramiento en favor tanto del ya ancestral confrontamiento entre sexos como en las divertidas peripecias de un vividor nato, interpretado por un George Clooney que muestra ciertas similitudes con su papel de Everett en 'O brother!', por el cual obtuviera el Globo de Oro. Esto repercute en el verdadero trasfondo de la historia -la profesionalización del fútbol americano en la década de los veinte-, que queda relegado a un segundo plano aunque sin ser nunca completamente desplazado, y que desgraciadamente ralentiza el ritmo de la película en cuanto se convierte en el factor prioritario. Dicha afirmación queda constatada en la última media hora de metraje, donde 'Ella es el partido' baja notablemente el listón para centrarse en el personaje interpretado por John Krasinski (sin que dicha afirmación pretenda desmerecer a su actuación), eje central de la película.

Si a esto le sumamos tanto una estética como un guión eminentemente clásicos, nos encontramos ante una película que difícilmente captará la atención de buena parte del público por su sabor añejo, si bien los primeros dos tercios de 'Ella es el partido' se le antojan a un servidor bastante notables en líneas generales.