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CRÍTICA

'Dallas Buyers Club': Cosas que hacer en Texas cuando estás muerto

Matthew McConaughey protagoniza con genio la película de Jean Marc Vallée, un drama indie comprometido que opta a seis Oscar.

Por Jorge R. Tadeo 14 de Marzo 2014 | 08:00

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El término hype (del inglés hyperbole) se asocia a una inteligente estrategia de marketing de la que se beneficia un producto anunciado como 'algo imprescindible' y que logra crear en el potencial consumidor la urgente necesidad de consumirlo. Como es obvio y conocido, el hype implica -demasiado a menudo- una frustrante sensación de decepción en el consumidor, una vez que comprueba que el producto no ha alcanzado sus desproporcionadas expectativas.

'Dallas Buyers Club': Cosas que hacer en Texas cuando estás muerto

Sin duda 'Dallas Buyers Club', última película del canadiense Jean Marc Vallée, es un ejemplo paradigmático de hype cinéfilo para devoradores de productos indies norteamericanos, pues desde su estreno en el Festival de Toronto no ha dejado de generar comentarios elogiosos y grandes palabras para su reparto, lo que no evita que quien esto escribe sienta una preocupante sensación de vacío una vez concluye un film que le deja indeferente a pesar de su variado menú dramático que incluye generosas porciones de enfermedad, drogadicción, tráfico ilegal, transexualidad, homofobia y denuncia del sistema sanitario estadounidense y los oscuros intereses de las compañías farmacéuticas.

La película narra la peripecia real de Ron Woodroof, un electricista texano drogadicto y mujeriego que empieza a traficar con medicamentos ilegales en EE.UU. tras ser diagnosticado de SIDA con solo un mes de vida por delante. Vallée nos presenta al protagonista como un individuo despreciable, homófobo y toxicómano, cuyo contagio provoca el aislamiento de la comunidad, algo que le sitúa solo en una batalla por la supervivencia (la suya y la de otros infectados) frente a un sistema sanitario que solo le proporciona un producto de efectos nocivos y escasa efectividad frente a los síntomas del VIH.

'Dallas Buyers Club': Cosas que hacer en Texas cuando estás muerto

Actores convincentes

El trabajo de los protagonistas Matthew McConaughey y Jared Leto en sendos papeles de composición trabajados y convincentes, es lo más destacable de un film cuya potente premisa argumental se ve diluída en un guion que fracasa casi siempre en la implicación emocional del espectador, al ser incapaz de conectarnos con unos personajes cuya compleja psicología solo llegamos a intuir entre una fría sobredosis narrativa de acontecimientos, más cercana al docudrama que a la ficción-denuncia.

El error de 'Dallas Buyers Club' es su exagerada querencia por extirpar el componente emocional de una trama que acaba acumulando una desmesurada cantidad de episodios trágicos ante los que el espectador asiste con cierto interés pero sin llegar a conmoverse. Su apología del héroe solitario y antisistema es tan eficaz como conocida, pero se echa de menos una exploración emocional del personaje -que se intuye fascinante- en sus relaciones con su socio transexual al que interpreta Leto y la doctora Eve Saks (Jennifer Garner), sin duda el personaje peor escrito de la función.

'Dallas Buyers Club': Cosas que hacer en Texas cuando estás muerto

Es por tanto, 'Dallas Buyers Club' una película correcta y notablemente interpretada, que no hace justicia sin embargo al potencial dramático y psicológico del material que maneja a menudo con una innecesaria frialdad clínica, que solo rompe en un par de instantes de genio de los intérpretes -la confesión de Leto ante su homófobo padre y el derrumbamiento emocional de McConaughey al volante- que merecen acaparar todos los elogios de una obra que nos deja a medias.