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CRÍTICA

'Miel': Eutanasia a la italiana

La actriz Valeria Golino debuta en la dirección con este premiado drama que aborda con sensibilidad y sin sensiblería el peliagudo tema de la muerte asistida.

Por Jorge R. Tadeo 12 de Abril 2014 | 18:00

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La eutanasia no es un tema sobre el que exista sobreabundancia de películas. Desde luego es recordada por su éxito y por los ríos de tinta que hizo correr desde su preproducción, la española 'Mar Adentro', una historia melodramática en torno a la odisea real hacia la muerte de Ramón Sampedro. Otros célebres ejemplos serían la durísima 'Johnny cogió su fusil' de Dalton Trumbo o la danesa 'Wilbur se quiere suicidar', además de (por no cometer spoiler) un oscarizado film pugilístico estadounidense y una reciente Palma de Oro de producción francesa y director austriaco.

'Miel' es el debut como realizadora de Valeria Golino, actriz napolitana de 48 años y una extensa carrera en el cine europeo y también norteamericano ('Rain Man', 'Cosas que diría con solo mirarla'), implicada en el proyecto hasta el punto de haber coescrito su guion, en el que combina drama seco y expositivo -que huye en todo momento del panfleto- melodrama sensible e historia de cuestionamiento moral y personal, beneficiándose de la sobria e impecable interpretación de su protagonista Jasmine Trinca (que ya dejaba muestras de su talento como secundaria en dos obras maestras del cine italiano como 'La habitación del hijo' y 'La mejor juventud').

'Miel': Eutanasia a la italiana

La película sigue los pasos de Irene, una treintañera que parece huir de la estabilidad en su vida, dedicada desde hace unos años a proporcionar productos ilegales que permiten asistir la muerte de enfermos terminales, que desean adelantar el momento de su muerte para aliviar su sufrimiento. Su nombre en clave es 'Miel' y además de conseguir los mencionados compuestos, se encarga de aplicárselos a los pacientes en su propio domicilio y a veces en presencia de sus familiares (la primera escena que muestra 'el ritual' es sencillamente sobrecogedora).

La trama se complica -y aquí llegan los pliegues morales de la historia- cuando Irene conoce al Sr. Grimaldi (carlo cecchi), un hombre de 70 años víctima de una profunda depresión, que quiere morir a pesar de gozar un perfecto estado físico y que hará tambalear las convicciones de la protagonista. De la relación entre ambos surgen los momentos de más fuerza de la película, que pasa de la áspera frialdad inicial a un elegante juego de enfrentamiento, complicidad y desenlace incierto que engancha y conmueve.

'Miel': Eutanasia a la italiana

La impecable labor de los actores, en la que seguramente tiene mucho que ver su directora, hace que el film se sostenga a nivel notable a pesar de algunos perdonables baches narrativos y a una cierta indefinición en el objetivo final de la obra, que termina siendo algo muy distinto a lo que plantea en un inicio. No criticaremos su evolución desde el drama social hacia el melodrama introspectivo, pero en ocasiones da la impresión de albergar en su interior dos películas distintas que no siempre se complementan.

Resumiendo, 'Miel' es una interesantísima propuesta para amantes del cine europeo de corte social, que viene avalada por su buena acogida en numerosos festivales internaciones (en España se estrenó en Sevilla) y que no deben perderse los fans de las historias de amor que se salen decididamente del camino marcado. Un buen debut en la dirección de Valeria Golino, que parece augurarle una interesante carrera detrás de las cámaras.

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