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CRÍTICA

'Gabor' y el sexto sentido del ser humano: la memoria

¿Cómo un invidente puede ser director de fotografía? Sebastián Alfie dirige este discurso directo al corazón. Con una empatía y humor inigualable, esta película desgrana el poder de la memoria visual.

Por Alejandro Iriarte Rodríguez 12 de Septiembre 2014 | 14:00

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'Gabor' es una historia lúcida, directa al corazón pero sin sensacionalismo. ¿Cómo se puede detallar la profesión de un director de fotografía invidente? Sebastián Alfie lo entendió rápidamente, siendo un instinto y una pasión profesional sin límites son las armas. Este documental no apela al "pobre cieguito" sino que saca de cada espectador las ganas de seguir adelante, pues cada uno con su toque único y su 'yo' más puro, es capaz de todo.

'Gabor' y el sexto sentido del ser humano: la memoria

El matiz de la memoria y la imaginación son los sentidos más humanos de Gabor, una capacidad que desarrolló hace diez años al poco de perder la visión y que quizás, creó en él una percepción única a la hora de seguir realizando su mayor pasión, dirigir la luz.

Alfie, un director independiente, narra 'Gabor' en primera persona, explicando desde el principio los miedos y recelos que causa el elegir un director de fotografía invidente, pero a la vez la inquietud y la 'magia' que sabe, podrá transmitir. Desde el principio nos identificamos con el reto, una elección arriesgada y en paralelo al encargo de 'Ulls del món', una asociación con un cometido lleno de sacrificio y dedicación, pues estos oftalmólogos devuelven la visión a indígenas del altiplano boliviano.

Este desafío profesional parece cambiar a lo largo de la cinta hasta armonizar un trabajo final puro, fácil y humano. Pues al fin al cabo, ya sea como director, fotógrafo, médico u oftalmólogo, los cinco sentidos se aúnan para un fin: la ayuda al más vulnerable, otro instinto y razón innata en el ser humano.

'Gabor' y el sexto sentido del ser humano: la memoria

Un mensaje de superación instintivo

Los sesenta y nueve minutos del documental tienen carácter de espontaneidad. Un rodaje vivido por el espectador, con tropiezos, soluciones y puntos de vista contrapuestos. Y es que, la empatía indiscutible con un Gabor protagonista lleno de energía, carácter y rebeldía es el gancho más interesante. Éste saca la carcajada en varios momentos y se muestra con una trasparencia sin miedos pero a la vez tímida, un regalo de humanidad sin tapujos.

Es así, Sebastián y Gabor encarnan la amistad y el afín creativo, una profesión técnica y realizadora en todos los sentidos. 'Gabor' rompe las reglas del género y actualiza la visión del documental, pues además de explicar la ceguera y la importancia de la cobertura sanitaria universal, también nos refleja un símil con la minusvalía en general.

'Gabor' y el sexto sentido del ser humano: la memoria

Literalmente "se puede alumbrar sin ver", una frase que perfila el alma de esta obra. Una persona con un objetivo puede ver y esquivar, y en este caso, con una producción modesta, se gana al público con confianza y sin atajos. Luz natural, situaciones corrientes y el discurso franco de un argentino que aconsejado por una madre ha creado esta cinta llena de cordura donde se disfruta del debate, de la vida y de los valores.

'Gabor' son sesenta minutos livianos -que no banales o sensacionalistas-, divertidos y caprichosos, una travesía llena de baches y dirigida desde el cariño más sencillo donde sentirá el afán y la fuerza de voluntad en las pupilas de Gabor y Sebastián Alfie. '¿Un fin feliz?' La vida es una reflexión, caer y levantar, enfocar y encuadrar, así se logra la secuencia final, un camino sin guión escrito.

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