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CRÍTICA

'Magia a la luz de la luna': El timo de Woody Allen

Wood Allen dirige está comedia ambientada en la Francia de 1928 y protagonizada por Colin Firth y Emma Stone. En cines desde el 5 de diciembre.

Por Guillermo Álvarez 5 de Diciembre 2014 | 10:40

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Pocos directores pueden presumir de una filmografía tan extensa como la de Woody Allen, que está a punto de llegar al medio centenar de películas como cineasta; además, en algunas de ellas participa, o incluso es el protagonista, lo cual suele ser un poco desastroso, pues mientras que el Woody Allen director es brillante, su lado interpretativo no parece estar muy desarrollado, ya que parece que se encarna a sí mismo.

'Magia a la luz de la luna

Dentro de esta extensa colección de largometrajes muchos son obras maestras (aquí entra la subjetividad y la opinión de cada uno), tanto de cintas de los años 70, como de los 80, 90 y también del siglo XXI. Eso sí, como contrapartida, hay películas filmadas por el estadounidense que valdría más que no hubiera visto la luz.

Parece que en los últimos años, Woody Allen nos ofrece excelsas películas como 'Match Point', 'Scoop' o 'Blue Jasmine', alternadas con desastres como 'El sueño de Casandra' o 'Conocerás al hombre de tus sueños'. Cumpliendo con lo estrenar una película por año, Woody Allen llega por los pelos con 'Magia a la luz de la luna', que lamentablemente entra en este última clasificación. Y es que no siempre se acierta.

Woody Allen ha elegido para este filme ambientado en 1928 a un actor consolidado con un Oscar a sus espaldas por 'El Discurso del ReyEl discurso del Rey', Colin Firth, que encarna a un mago que se caracteriza en sus espectáculos como un tal Wei Ling Soo. Tras el falso oriental se esconde Staley, un hombre descreído, un tanto desagradable y bastante susceptible que se retrata como un especialista en desenmascarar a charlatanes y falsos médium.

'Magia a la luz de la luna

La llegada de su buen amigo y compañero de profesión Howard Burkan (Simon McBurney) le trar un reto que no puede dejar escapar: descubrir los engaños de una joven estadounidense llamada Sophie Baker (Emma Stone), que ha engatusado a los Catledge, una rica familia asentada en el sur de Francia. No todos están obnubilados por esta joven que viene en el pack con su madre (Marcia Gay Harden), ya que la hermana e hija de los hechizados quiere poner orden y quitarse de encima a la presunta estafadora, ¿pero está Sophie Baker haciendo el papel de su vida o sus poderes son reales?

Cualquiera que lea la trama puede darse cuenta de que la película parece apuntar a una comedia, más o menos absurda, todo depende del guion y de cómo sea dirigida. El responsable es un monstruo del séptimo arte, pero que tiene mucha tendencia a caer en el absurdo, lo cual a veces están bien, y otras no tanto. Si en un principio la película tiene sus puntos, al final termina por ser solo un poco divertida, apenas tediosa, lo cual se agradece, pero sí falta de interés e incluso ridícula, con un desenlace bastante previsible, 'un final made in hollywood', título por cierto de una de las olvidables películas de Wood Allen, cosecha de 2002.

Siempre con buen gusto

No todo un desastre. El reparto está bien elegido, destacando a los protagonistas por el hecho de serlo, que siempre se lucen más. Colin Firth clava su papel, tanto que el espectador deseará que deje de salir tanto debido a ese carácter cansino que el guion le ha dado. Emma Stone también está correcta, demostrando que puede ser dramática, cómica y teatrera. Los secundarios no tienen que desmerecer, sobre todo Jacki Weaver, la pobre viuda Grace Catledge (lo de pobre no es a nivel económico, por supuesto), que derrocha talento en su interpretación, así como la tía Vanessa, Eileen Atkins, que borda su trabajo.

'Magia a la luz de la luna

Como suele ocurrir con las películas de Woody Allen, los escenarios son una parte fundamental de la trama. En esta ocasión, el cineasta nos muestra algunos de los rincones más bellos de la Costa Azul, más allá de los archiconocidos y explotados Cannes o Niza. El sol, el mar, los acantilados, las villas en las que se desarrollan las tramas principales o las carreteras que recorren los protagonistas son una delicia para los sentidos, un adorno perfecto que enmascara un guion un tanto flojo. En ese sentido, decir que está bien rodada es poco, ya que Woody Allen puede hacer películas mediocres, pero nunca o casi nunca falla a nivel técnico. Tampoco lo hace en cuanto a música, donde el director sabe muy bien lo que se hace. Amante del jazz, 'Magia a la luz de la luna' está plagada de referencias a la música, y más aún a este género musical que va como la seda a una película que aunque lejos de brillar es un regalo para la vista y el oído. Querido Woody, prepárate mejor la del año que viene.