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CRÍTICA

'Hombres, mujeres y niños': Tras la máscara de Internet

La nueva película de Jason Reitman ahonda en la sociedad actual bajo el amparo de la Red, donde nadie es lo que parece. En cines el 12 de diciembre.

Por Carlos Manuel Hernández Fernández 9 de Diciembre 2014 | 11:00

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En una ocasión vi la comparación de dos fotos, una de hace unos 80 años y una actual. La situación era una parada de tren, y mientras en una todos los integrantes miraban el periódico sin hacerse caso los unos a los otros, en la actual era la misma estampa pero con teléfonos móviles. Al fin y el cabo, muchas cosas en la vida son cíclicas, y ahora nos encontramos en una sociedad con teléfonos cada vez más inteligentes que hacen que mucha más gente sea más estúpida. En 'Hombres, mujeres y niños' ese risueño director llamado Jason Reitman nos propone un viaje que puede resultar hasta incluso necesario para entender el porqué de como vivimos, con sus pros y sus contras.

Hombres, mujeres y niños

La historia que investiga el efecto de internet en una serie de estudiantes de secundaria, y sus respectivos padres, y la manera en la que este invento ha cambiado su forma de relacionarse. Desde pornografía a blogs y redes sociales, se verán las caras como vía de escape y de conflicto entre estas familias. Algunos de los temas que aborda el filme son la cultura del videojuego, la anorexia, la infidelidad, la obsesión por la fama o la proliferación de material ilícito en la Red.

Desde un primer momento el largometraje muestra una estética visual muy marcada y cuidada. Ahí quedan los planos de tecleos de letras o todo un instituto en plano cenital con sus conversaciones volando por sus cabezas. Todo ello lleva de una manera muy rápida y visual a entrar de lleno en la historia que nos plantea, donde los personajes no difieren mucho de sus nicknames en Internet, sus conversaciones más o menos banales y su cara oculta en la Red.

Las conversaciones de los personajes principales tienen algo de cercanas y graciosas, de comunes y reales. Es por ello que aún siendo en ocasiones algo tramposas al tocar muchos temas de los que uno puede sentirse identificado, sí que logran por momentos ser interesantes y guardar alguna que otra conclusión al respecto, aunque no siendo muy clara al fin y al cabo.

Y es que Reitman ha querido tocar tantos temas en su película que profundiza poco en algunos de ellos, y en ocasiones todo parece que está cogido por pinzas, como si quisiera contentar a todo el mundo hablando un poco de cada uno de ellos pero sin legar a saber nada de ellos. Parecido al eslogan del largometraje.

Eso sí, la multitud de puntos de vista sobre los mismos temas desde diferentes ojos hacen de la cinta algo plausible en cuanto a comprender el porqué piensan así cada uno de los personajes. Algunos de ellos están llevados al extremo, y resultan menos creíbles que otros, pero en el microcosmos que crea el metraje encajan bien y sus interpretaciones resultan acertadas, aunque la variedad de ellos haga que pasemos de meros estereotipos a otros personajes más interesantes. Esto produce que hayan directamente fragmentos del filme que decaen en interés por culpa del personaje que ha empezado a seguir la cámara, como en una serie con demasiados personajes secundarios.

Hombres, mujeres y niños

Al otro lado de la pantalla

Con todo ello, considero esta película algo casi necesario en los tiempos que corren, con una sociedad que cada vez vive más en la nube y nadie es lo que parece. Desde las dobles vidas a la manipulación o la paranoia post-11S, todo ello tiene cabida en la cinta de Reitman en mayor o menos medida, y son los múltiples puntos de vista los que dan vida a una cinta que tiene momentos graciosos, a patéticos y dramáticos.

No se llega a contentar a todos los presentes, algo casi imposible con tantos personajes que seguir, pero alguna que otra metáfora vista con un comienzo y epílogo grandilocuentes hacen que aún sin ser la película definitiva sobre el fenómeno de la Red en los días que corren, sí sea un entretenimiento muy válido con un tema del que hace falta que se hable en el cine. Buena estética, metraje ágil en muchos de sus tramos y una evolución de sus personajes bien estructurada, hacen de 'Hombres, mujeres y niños' un filme cercano y liviano, que aún con sus peros, logra despejarnos por un momento y tras verla, mirar al móvil de una forma algo distinta, aunque su efecto no dure mucho.