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CRÍTICA

'Sweet Home': Nostálgicos trasnochados

Ingrid García-Jonsson y Bruno Seville se disputan el rol de "Scream Queen" en el debut en la dirección de Rafa Martínez, en cines el 8 de mayo.

Por Daniel Lobato Fraile 6 de Mayo 2015 | 09:10

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El debutante Rafa Martínez firma con 'Sweet Home' un slasher apegado a la actualidad más inmediata pero que evoca a los clásicos del género de los años 80. Una interesante mezcla a priori que no termina de funcionar del todo porque la crítica social se queda corta y el toque nostálgico se come la propuesta. Pero vayamos por partes.

Sweet Home

'Sweet Home' nos presenta a una joven interpretada por Ingrid García Jonsson que vendría a dedicarse a algo así como tasar fincas. Esta llega a un edificio prácticamente abandonado en la que solo resiste un anciano al que una malvada inmobiliaria está haciendo la vida imposible para que abandone el edificio y derruirlo para poder especular a gusto con él. La chica y el jubilado hacen buenas migas y con tanta cháchara esta olvida devolver las llaves del portal y surge la oportunidad de hacerse la rebelde con su noviete, así que esa noche deciden pasar una velada romántica en uno de los pisos vacíos... con tan mala suerte de que vienen unos matones a hacer de las suyas y arranca el festín sanguinolento.

La idea inicial de anclar la historia en la más rabiosa actualidad resulta muy poderosa y promueve una brutal crítica hacia los desmanes de los bancos y empresas hacia la gente corriente. Pero en el momento en que este realismo da paso a la cacería típica del género y los gritos sustituyen a los diálogos la película olvida por completo su contexto. Porque, en el fondo, y esto es lo que enlaza con la segunda cuestión, 'Sweet Home' no deja de ser un ejercicio de género, un divertimento para ver correr la sangre y homenajear a esos psicópatas que perseguían a jovenzuelos por el campamento de verano o por un barrio residencial.

'Sweet Home' bebe y debe demasiado a 'La noche de Halloween' de John Carpenter y compañía. Se apropia de sus códigos y los exprime: jóvenes estúpidos que se meten donde no les llaman, viejo raruno que avisa del inminente peligro, homicida enmascarado de lentos andares que lo goza de lo lindo ensañandose con sus víctimas... no falta un solo ingrediente. Pero no vas más allá.

Sweet Home

Uno de los grandes atractivos de remakes y reboots como 'Viernes 13' (la protagonizada por Jared Padalecki) o propuestas más independientes como 'Alta tensión' (el segundo largometraje de Alexandre Aja antes de dar el salto a Hollywood) está en que respetando la esencia del género y conociendo bien los códigos del mismo, han sabido modernizarse y ofrecer unos relatos impactantes, que están a la altura de un público ya muy resabido en estas lides. No se limitan a copiar, sino que cocinan los ingredientes para intentar sorprender al espectador. 'Sweet Home', no. Está más cerca de producciones como 'San Valentín Sangriento 3D (sus villanos van al mismo showroom) que de las citadas anteriormente o incluso de obras como 'Hatchet' (otra cinta que homenajea a los clásicos del género).

Rafa Martínez está muy apegado al terror que ha disfrutado desde la butaca y lo ha calcado. Hay guiños y homenajes por doquier, pero su voz no se deja sentir. La película está tan apegada a sus referentes que lastra su propio tempo narrativo. Por momentos el visionado se vuelve muy tedioso, falto de ritmo y de sustancia. Nos da igual lo que les pueda suceder a la incauta pareja protagonista.

Rumbo a Hollywood

Y es una pena, porque tanto las ideas iniciales como la puesta en escena resultaban prometedoras. Al final, como sucede muchas veces con el género (y en el mundo del corto, cuando se quiere saltar al largometraje), lo que termina primando es la estética y todo el aparato visual. En este sentido el trabajo del director y su equipo es sobresaliente. 'Sweet Home' es ante todo una carta de presentación muy lucida para llamar la atención de los cazatalentos de Hollywood. Imposible negar la evidencia, máxime cuando se ha rodado en inglés con vistas a las ventas internacionales.