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CRÍTICA

'Francisco (El padre Jorge)': Un Papa genial

El Papa que más mola ya tiene su propia película. 'Francisco', coproducción entre Argentina y España, relata el camino que ha seguido hasta llegar a ser pontífice.

Por Daniel Lobato Fraile 17 de Septiembre 2015 | 19:10

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En coproducción con Argentina nos llega una película que habla por sí misma y que, hasta cierto punto, puede ser necesaria. En un momento histórico en el que parece que hemos perdido el norte, con la corrupción al orden del día (¡si hasta Bárcenas cuenta con su propia película!) y unas actuaciones políticas que rozan lo aberrante (no hay más que sintonizar cualquier informativo y comprobar el trato de ganado que reciben los refugiados sirios) que nos acercan más a la realidad descrita por Alfonso Cuarón en sus 'Hijos de los hombres' que a una sociedad que enarbola la bandera del estado de bienestar, poner el foco en un hombre eminentemente bueno, que supone una rara y triste excepción al dedicar su vida a luchar por construir un mundo un poquito mejor, supone una pequeña luz que no deberíamos dejar escapar.

'Francisco (El padre Jorge)': Un Papa genial

En fin. Soltada la parrafada de los buenos sentimientos, centrémonos en el retrato que hace Beda Docampo Feijóo del Papa Francisco, o mejor dicho del padre Jorge. El cineasta argentino (aunque nacido en Vigo) se centra en la figura religiosa antes de convertirse en Papa con la intención de hacer ver al espectador que la imagen que tenemos de este no es impostada y antes de convertirse en pontífice ya defendía y actuaba según sus valores de humildad, respeto y solidaridad.

El relato arranca en la actualidad, con una secuencia que funciona a modo de prólogo, y en seguida la acción se divide en dos tiempos (pasados ambos). Uno que abarca de 2005 al presente en el que se trata la amistad entre el todavía padre Jorge (Dario Grandinetti) y la periodista Ana (Silvia Abascal), en una trama que sirve de vehículo para toda la historia. Salpicando esta, somos testigos de diferentes episodios en la vida del religioso (narrados en orden cronológico), que van desde el descubrimiento de su vocación a su forja como defensor de las causas sociales y la gente más desfavorecida.

Mientras que la trama principal toma el punto de vista de la periodista y explora la relación de amistad entre ambos personajes (enfatizando el crecimiento personal de ella), la otra se dedica a desarrollar las ideas del futuro Papa.

Así, la 'Francisco (El padre Jorge)' dedica un espacio a algunos de los temas sobre los que el pontífice se ha posicionado públicamente de una u otra forma: ya fueran las drogas, el aborto o la corrupción, dando una imagen de héroe contemporáneo; implacable contra las injusticias y solidario y humilde ante los arrepentidos y quienes más sufren.

Un superhéroe real

El semblante que nos propone Docampo entusiasmará a los fieles más devotos y dejará indiferentes, cuanto menos, al resto de espectadores. El motivo es sencillo: Se hace una mirada excesivamente idílica del personaje. Algo de lo que la propia película parece ser consciente. En un momento dado, escuchando un relato sobre el pontífice en su juventud, Ana se pregunta precisamente precisamente eso, si no le están dando una imagen demasiado idealizada del religioso. Una apreciación, como digo, extensible a la película en sí.

'Francisco (El padre Jorge)': Un Papa genial

El padre Jorge (o Bergoglio, como le nombran muchos de los personajes atendiendo a su apellido) es un hombre sin aristas, no tiene puntos negros de ningún tipo. Es... perfecto. Hasta el actor elegido para interpretarle, Darío Grandinetti presume de un porte envidiable. Ni la descripción que se hace de él, ni de sus vivencias tienen un verdadero interés dramático, no hay auténticos obstáculos que deba superar a lo largo del camino. Es ideal. El blanco en un mundo de grises y negros. Así, por muy certera que pueda ser la traslación del personaje a la pantalla, en este contexto no funciona, no se puede establecer una conexión con él. Está por encima de todos nosotros.

Por otra parte está la cuestión de que, se mire por donde se mire, el Papa Francisco todavía no ha hecho nada. Sí, ha dado un lavado de cara a la imagen pública de la iglesia católica. ¿Pero qué ha hecho que con la perspectiva de los años pueda verse como algo trascendente? Quizás su denuncia pública de los abusos a menores dentro de su institución. Pero eso tampoco se trata en la película; esta narra su vida anterior a su proclamación como Papa. Si seguimos con el símil superheroico del ladillo de este post podríamos estar hablando de una historia de orígenes. Poco más.

'Francisco (El padre Jorge)' es una película para el disfrute del público católico, que verá en ella todo lo que desea de su líder. Para el público general esta se limita a ser un producto que dentro de unos meses disfrutaremos en la sobremesa del fin de semana, e incluso a ser una octavilla, un ejercicio (blanco) de propaganda, alabando la figura de Francisco. Por suerte para el equipo del film (y sus bolsillos), la religión mueve montañas.