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CRÍTICA

'The End of the Tour': Descubriendo a Jason Segel

James Ponsoldt nos trae de vuelta a uno de los últimos grandes nombres de la literatura norteamericana contemporánea: David Foster Wallace.

Por Daniel Lobato Fraile 22 de Enero 2016 | 13:54

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Emparentada con títulos como 'Descubriendo a Forrester' o 'El indomable Will Hunting', en los que la admiración de un personaje hacia el talento (falto de explotar o desaprovechado) de otro, sienta las bases de una relación construida a base de largas y complejas conversaciones en las que se exploran multitud de temas (casi siempre referidos a la condición humana y la forma en la que ven la sociedad contemporánea) y a través de las cuales conocemos a sus dos protagonistas, 'The End of the Tour' se propone acercarnos a una de las últimas grandes figuras de la literatura norteamericana, David Foster Wallace.

Jason Segel y Jesse Eisenberg

Wallace es uno de los principales referentes de la literatura postmoderna del país anglosajón y es heredero de autores como Thomas Pynchon (de quien hace unos meses pudimos ver la adaptación de 'Puro vicio') o John Irving (que también ha gozado de traslaciones a la gran pantalla como 'El mundo según Garp'); y aquí es el vehículo de una película basada en la obra de David Lipsky (el otro protagonista de la cinta), que recoge las conversaciones de ambos cuando el primero finalizaba la gira de presentación de su afamada novela 'La broma infinita' (de más de mil páginas, con más de un centenar plagadas de notas al pie y en la que el juego de estilos y voces narrativas diferentes es apabullante), y el segundo convencía a su editor de Rolling Stone para que le dejara hacer un perfil sobre el escritor, en un momento en que la mítica cabecera no daba precisamente bola a los literatos.

Así, 'The End of the Tour' recoge las vivencias de ambos en el transcurso de los varios días en los que compartieron experiencias. Como podéis imaginar la película no propone ningún gran despliegue. Todo lo contrario. James Ponsoldt (cuyos dos anteriores trabajos, con Mary Elizabeth Winstead como protagonista, 'Tocando fondo' y 'Aquí y ahora' se estrenaron en España -para sorpresa de muchos dada su buena cosecha de premios y críticas- directamente en el mercado doméstico), ofrece quizás su retrato más íntimo y deja a su pareja de actores explotar todos sus recursos interpretativos para conectar con la historia y con el público.

Jason Segel y Jesse Eisenberg

La labor de dirección queda relegada a un segundo plano. Las auténticas estrellas de la película son Jesse Eisenberg y, sobre todo, Jason Segel. Al primero le conocemos de sobra, y estando en época de Oscar no podemos olvidar su actuación en 'La red social', que le valió una nominación. El segundo es quien más nos sorprende. Haced memoria y pensad en trabajos de Segel más allá de su entrañable Marshall en la televisiva 'Cómo conocí a vuestra madre'. Comedias, comedias, comedias y poco más. Así, verle en un registro opuesto por completo a lo que hemos visto hasta ahora es todo un incentivo. Pasados los primeros cinco - diez minutos desde que le vemos por primera vez en pantalla, la sensación de que estamos observando a Jason Segel desaparece, solo somos capaces de ver a su personaje. Y esa nueva sensación es maravillosa. Pero si sorprende su capacidad para mimetizarse con David Foster Wallace, más aún su ausencia en los Oscar cuando lleva cosechadas unas cuantas nominaciones hasta el momento, como la de los Independent Spirits Awards.

Nebulosas

Si bien las actuaciones de Eisenberg y Segel son dignas de todo elogio y nos regalan un estupendo duelo interpretativo, Ponsoldt no atina tanto en el trabajo más importante, el de narrar la historia. Si bien captamos algunas de las emociones que se profesan ambos personajes y disfrutamos de escenas realmente bien realizadas (como aquella en la que Eisenberg se pasea por el piso de Wallace a toda prisa apuntando cuanto puede en su libreta), el contexto y determinados aspectos de los personajes quedan en una suerte de nebulosa que no es capaz de disiparse cuando el film llega a su desenlace. La admiración de Lipsky hacia Wallace no se transmite, y tampoco queda muy clara cuál es la gran historia que encuentra en él para vendersela a Rolling Stone.

Quizás la principal traba al respecto sea la falta de información con la que muchos podemos llegar a la cinta. Porque, ¿quiénes son Foster Wallace y David Lipsky? ¿Por qué Wallace fue tan importante? Entramos ya en el terreno de las referencias culturales y guiños (críticas) a una sociedad, la norteamericana, que por mucha influencia de la televisión o el cine que nos haya llegado, en muchos aspectos nos sigue siendo ajena (como a la inversa les sucederá a ellos con la nuestra). Y siendo una película que demasiadas cosas sobre su principal figura da por sabidas (o considera innecesarias), hay una capa (la dichosa nebulosa) que el espectador neófito no será capaz de traspasar. Aún así, el objetivo de despertar el interés sobre Wallace está más que logrado. Serán pocos quienes después de ver 'The End of the Tour' no se arranquen a buscar información sobre el escritor y su obra.

Nota: 6/10