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CRÍTICA

'Zoolander 2': Enésimo paseo nostálgico para echar de menos el film original

Ben Stiller, Owen Wilson y Penélope Cruz entretienen y hacen reír con este film lleno de nostalgia y referencias culturales.

Berta F. Del Castillo
Por Berta F. Del Castillo Más 11 de Febrero 2016 | 12:42
Creadora de contenido digital y periodista especializada en cine y series. Fan de 'Star Wars'.

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Si eres de los que el atracón pre Oscars te da una pereza que para qué, si cada día te cuesta más no confesarles a tus amigos que no sabes si dar una clase de economía antes de ver 'La gran apuesta', que 'El renacido (The Revenant)' te inspira un sufrimiento innecesario antes incluso de pisar el cine, o que 'Los odiosos ocho' es larga como para echar unas cuantas cabezaditas, ¡que no cunda el pánico! Llega Ben Stiller dispuesto a darte la coartada perfecta para una quedada cinéfila, mucho menos intensa, que se convierta en un plan palomitero, hilarante y a la última. 'Zoolander 2', ese inteligente amasijo de nostalgia y referencias culturales, te gustará si eres fan de la primera entrega o te descubrirá el mundo de las mejores comedias absurdas si eres un novato en todo lo relacionado con la mirada "acero azul".

 Ben Stiller

Stiller repite en la dirección de un film que rescata a los míticos Zoolander y Hansel para sumergirlos en una aventura, menos redonda que la original, pero con momentos cómicos y guiños como para lograr que la historia no decaiga. Derek, modelo retirado, sumido en una vida de cangrejo ermitaño nacida de la tragedia que lo separó de su retoño, Derek Junior, sale por fin de su letargo con el objetivo de regresar a lo más alto del imperio de la moda, recuperar a su pequeño y resolver una serie de misteriosos asesinatos... Sí, todo eso ha de conseguir el ex maniquí en una película de hora y cuarenta minutos que, a pesar de presentar una trama cargada de giros y sorpresas, flojea en ciertos momentos en los que el espectador parece tan solo dedicarse a esperar la llegada del siguiente cameo.

No vamos a dar nombres porque muchas carcajadas nacen de la sorpresa de ver a cantantes, actores y personalidades varias desvelando su papel en el mundo de la pose. Solo diremos que algunos de los mejores momentos del film nacen del impacto de ver a según qué famoso dispuesto a darlo todo al lado de Zoolander. Al final descubrirás que lo más divertido es retar a tus acompañantes a enumerar todas las apariciones estelares, guiños a historias de la pequeña y gran pantalla, al mundo de la música de los 90, al de la moda... Y así un suma y sigue que invita a presumir de conocimientos de la cultura pop.

 Kristen Wiig y Will Ferrell

Las referencias son tan concretas que en algunos casos el equipo de guionistas, formado nada más y nada menos que por Ben Stiller, Justin Theroux, Nicholas Stoller y John Hamburg, se ha visto obligado a explicar según qué gracias para que nadie se pierda el chiste. El caso es que algo así solo denota cierta torpeza en lo que al humor se refiere. Y es que pudiendo plantear un hilo conductor sencillo con instantes cómicos para todo espectador, como el momento en el que Hansel pone a prueba la mirada de Derek lanzándole cosas, y uno paralelo con detalles para los más frikis de la sala, al final estos creativos han sentido la necesidad de que nadie se pierda nada, algo que resulta prácticamente imposible si se quiere recurrir a según qué frases más o menos conocidas.

Aún así, el argumento motiva bastante, con una conspiración bien planteada que ata, vincula y aprovecha a todos y cada uno de los personajes, a excepción de uno: Alexanya Atoz.

La reina del mundo de la belleza a la que da vida Kristen Wiig, protagoniza dos o tres momentos más o menos graciosos y fin. Una pena teniendo en cuenta el potencial de un personaje que ha llamado bastante la atención en una campaña promocional que ya nos ha desvelado todo lo que había que ver de Atoz. Eso sí, por esas contadas secuencias y el papel de Penélope Cruz, merece la pena ver la película en versión original. Y es que nuestra ibérica más internacional hace equipo a las mil maravillas con esos reyes de la pasarela masculina encarnados por Stiller y Owen Wilson, gracias a que principalmente es ella, ella en todo su esplendor eso sí, guapísima, cómica y ridícula.

 Ben Stiller, Penélope Cruz y Owen Wilson

Un humor no tan fresco

Otra cosa igual, ¿se sigue llevando eso de reírse de Cruz? Lo mismo no. Y, así a nivel sociedad, ¿seguimos sintiendo la necesidad de asesinar mentalmente a Justin Bieber? En pequeños detalles se destila una sensación acuciante de que los chistes son más de ayer que de hoy, un sentimiento que viene a subrayar ese aire vintage que lo impregna todo hoy en día. Entre comebacks televisivos, reboots, remakes, y demás viajes al pasado, sacar a colación a Mc Hammer o alguna de las frases más conocidas de la trilogía original de 'Star Wars', parece ser un punto imprescindible para integrarse en esa maquina del tiempo Hollywoodiense de la que parece no escapar nadie. Eso sí, para los que disfrutasen como niños con la primera entrega, este estilo, estos detalles y los continuos recursos sacados de aquella historia, garantizarán que casi no echen de menos a aquel Zoolander de crítica más sinuosa, de ironía más acertada y humor más incorrecto.

Porque más allá de la sátira que surge en torno al poliamor, y algún que otro chiste renovado acerca de la falta de inteligencia de las personas "muy muy ridículamente guapas", aquel trasfondo gamberro y estimulante que encontrábamos en 'Zoolander' no acaba de hacer su aparición en un segundo plato más que correcto, que al mismo tiempo hará que eches de menos tiempos mejores.

Eso sí, Stiller, Theroux y compañía, se han asegurado de presentar un film, bastante accesible para un público virgen en lo referente al universo Zoolander, que llega con ciertos guiños a los más sabiondos de la sala, ideal para disfrutar si lo que tienes es ganas de no pensar y dedicarte a reír mucho o un poquito, mientras sientes ese calor en el corazón que se despierta cuando echas la memoria atrás consumiendo un producto nuevo diseñado para activar el cariño que guardamos por aquellos trozos de la historia cinéfila o televisiva que mejor nos lo hicieron pasar.

Nota: 6

Lo Mejor: Los chistes que surgen en torno a la teoría conspiratoria que vertebra el film.

Lo Peor: Lo desaprovechado que está el personaje de Kristen Wiig.

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