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PRECRÍTICA

'Siete almas', buscando el Oscar desesperadamente

La película sigue patrones similares a 'En busca de la felicidad', apuntando con descaro a la gala de los Oscar pero resultando finalmente un producto poco más que interesante.

Por Óscar Martínez 15 de Enero 2009 | 09:55

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Gabriele Muccino dirige a Will Smith, Rosario Dawson, Woody Harrelson, Barry Pepper, Elpidia Carrillo y Connor Cruise en 'Siete almas'.

En ella, el popular actor encarna a Ben Thomas, un agente del fisco americano que está deprimido y atormentado por los remordimientos de conciencia sobre errores de su pasado. Ben intentará compensar estos errores ayudando a los demás, pero cuando encuentra a Emily una mujer con una enfermedad de corazón, se enamora de ella, complicando sus proyectos

Buscando el Oscar desesperadamente

Will Smith vuelve a trabajar en 'Siete almas' con Gabriele Muccino tras 'En busca de la felicidad', títulos relativamente similares en cuanto a afán de remover la conciencia del espectador se refiere y manipularlo sentimentalmente, y que no de forma gratuita han llegado en fechas muy similares; por un lado, para aprovechar el tirón taquillero que ofrecen las vacaciones navideñas, y por otro, para entrar a participar en la carrera hacia los Oscar.

Ambos filmes han sido concebidos para lucimiento dramático único y exclusivo de un Will Smith que desde Ali parece buscar con cierta ansiedad alzarse con la estatuilla, confiando en la fórmula dramática que Gabriele Muccino le ha elaborado a medida. Por suerte o por desgracia, y una vez visto el producto final, un servidor no puede sino afirmar que 'Siete almas' no merece llevarse excesivos elogios, si bien tampoco debe acabar siendo pasto de las críticas más destructivas, siendo un film más que digno en líneas generales.

'Siete almas' recubre su sensiblería con tendencia lacrimógena abiertamente comercial bajo una estudiada sobriedad, tamizando su afán de enternecer al público por la vía directa a través de un elaborado entramado, quizá excesivamente complejo una vez se descubre su verdadera simpleza, pero que sabiamente nos permite ir intuyendo (mostrando el qué pero ocultando el cómo) ocultando en todo momento su crescendo final.

Conteniendo todo tipo de excesos, ya sea en la faceta interpretativa o en su puesta en escena, Gabriele Muccino nos ofrece una oda a la redención, al sacrificio autoimpuesto a través de la culpabilidad, una reformulación del capítulo del buen samaritano que hace especial hincapié en una ética y conciencia que pueden parecer cada vez más idílicas en los tiempos que corren. De este modo, Will Smith se erige como mártir autoinmolado, oblación a la redención y rendición a una taquilla maniquea que debe decidir si la fustigación melodramática que supone ser Siete almas merece su beneplácito.

A pesar de su estudiada fórmula, 'Siete almas' adolece de dos importantes hándicaps: en primer lugar, su anteriormente mencionada complejidad estructural, ausente de verdaderas explicaciones y cuya lógica, a pesar de ser fácilmente intuitiva, nos es desvelada con cuentagotas; por otro lado, tenemos su, llamémosle, agravio comparativo, pues la salvación de esas siete almas de las que se hace eco la traducción española de Seven Pounds se centra casi de manera exclusiva en el personaje interpretado por Rosario Dawson, dejando a Woody Harrelson y el resto de secundarios como un aporte necesario para cuadrar las cifras.

De este modo, a la ya citada historia de sacrificio de Ben Thomas se le añade el inevitable romance, cuyo dramatismo se hiperboliza hasta el extremo a través del contexto en el acontece, recayendo nuevamente en el melodrama más lacrimógeno. Pero, como decíamos, 'Siete almas' elude e incluso reniega con bastante acierto su esencia de serial televisivo a través de su forma, conteniéndose hasta desatarse en el torrente de emociones final.

Recomendable, si a uno le gusta fustigarse.

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