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D'A 2016

El Festival D'A muestra 'Desde allá', ganadora del último León de Oro

La película del venezolano Lorenzo Vigas narra con sobriedad un matizado romance homosexual en las calles de Caracas.

Por Jorge R. Tadeo 30 de Abril 2016 | 10:22

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Entramos en el último fin de semana del Festival de Cine de Autor de Barcelona y las salas vuelven a llenarse de aficionados al cine de autor y de películas que sastifacen sus intereses. Ayer destacaba en el programa del certamen la proyección de la película venezolana 'Desde allá', que se llevó por sorpresa el León de Oro del Festival de Venecia en 2015. También pudimos ver la última obra del veterano cineasta italiano Marco Bellocchio, un film fragmentado en dos historias que destaca por su belleza formal.

'Desde allá' (Lorenzo Vigas)

'Desde allá'

De una filmografía tan exigua como la venezolana, han surgido últimamente títulos tan interesantes como 'Azul y no tan rosa' (Goya al mejor film iberoaméricano 2012), 'Pelo malo' (Concha de Oro en 2013) o esta 'Desde allá' que se llevó un inesperado León de Oro en la última Mostra de Venecia. A pesar de las diferencias tonales, las tres comparten temática homosexual, en el caso del film de Lorenzo Vigas, el foco se centra en un tenso y ambivalente romance (o no) entre un hombre maduro de existencia gris y un joven que deambula por las calles de Caracas. De un primer encuentro accidentado, en el que el adolescente agrede y roba al hombre -protésico dental, para más señas- surgen nuevas citas en las que el interés mutuo va dando paso a una relación crecientemente compleja y ambigua, hasta que el impactante desenlace de la historia nos revele la auténtica naturaleza de los protagonistas. 'Desde allá' es un drama seco e intenso, bien interpretado y coherente. Solo pierde algo de fuelle por la morosidad de su narración.

Nota: 6

Lo mejor: Su poderoso desenlace.

Lo peor: Un ritmo moroso.

'Sangue del mio sangue' (Marco Bellocchio)

'Sangue del mio sangue'

Una bruja y un vampiro son los protagonistas del último film del veterano cineasta italiano Marco Bellocchio, uno de los autores imprescindibles de la más reciente cinematografía de su país. Pero no, no estamos ante una propuesta de género, al menos no en el sentido tradicional. El director juega al simbolismo y a emparentar pasado y presente utilizando una narración fragmentada en dos episodios separados por varios siglos. En la primera, Bellocchio nos traslada a un convento del norte de Italia en el siglo XVII, donde una manipuladora monja es acusada de brujería y un joven confesor trata de no ceder a sus instintos primarios. En la segunda, situada ya en nuestros días, un millonario ruso pretende comprar el histórico convento pero se enfrenta a un duro inconveniente: en sus mazmorras habita ahora un misterioso vampiro. A pesar de la belleza de sus imágenes y de contar con varias escenas de notable fuerza, la película sufre una perjudicial dispersión de ideas y aunque intuimos que juega a la parábola sociopolítica, su mensaje queda sepultado entre una excesiva parafernalia autoral.

Nota: 5

Lo mejor: La belleza formal del primer episodio.

Lo peor: Su críptico mensaje.

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