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PRECRÍTICA

'The reader', fluctuaciones de la culpa

Los paralelismos entre el individuo como imagen de un país se antojan desdibujados en una película que remarac en exceso ciertos aspectos y sobreentiende otros.

Por Óscar Martínez 12 de Febrero 2009 | 11:37

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Dirigida por Stephen Daldry y protagonizada por Kate Winslet, Ralph Fiennes, Bruno Ganz, David Kross, Alexandra Maria Lara, Linda Bassett, Susanne Lothar, Matthias Habich, Ludwig Blochberger, Volker Bruch y Hannah Herzsprung, 'The reader' ha estado nominada a cuatro Globos de Oro, alzándose con tan preciado galadrón el categoría de Major Actriz de Reparto para Kate Winslet.

Basada en la novela de Bernhard Schlink, la película cuenta la historia de Michael Berg, un joven de 15 años que cae enfermo en su camino a casa desde el colegio, siendo rescatado por Hanna, una mujer que le dobla la edad. Ambos comienzan un inesperado y apasionado idilio hasta que Hanna desaparece inesperadamente.

Ocho años después, Michael, convertido en un joven estudiante de derecho vuelve a encontrarse con su antigua amante mientras está como observador en un tribunal donde se está juzgando a colaboradores de la Alemania Nazi. Hanna está acusada de un horrible crimen y rechaza defenderse a si misma. Michael, gradualmente, se va dando cuenta de que el amor de su juventud guarda un secreto que considera aún más vergonzoso que el asesinato.

Una metáfora demasiado difusa

Tras 'Billy Elliot' y 'Las horas', Stephen Daldry regresa a nuestras pantallas con 'The reader', o lo que es lo mismo, 'El lector', película que retoma la narración de puzzle de un modo muy similar al de la adaptación de la novela de Michael Cunningham.

En esta ocasión, Daldry transforma la alegoría en torno a la vida y obra de Virginia Woolf en otra mucha más incómoda, el sentimiento de culpa alemán tras el III Reich, con todas las consecuencias que ello conlleva. Para ello, 'The reader' se divide en tres marcados arcos argumentales entrelazados, además de por el propio orden cronológico de la historia, por diferentes flashbacks que distorsionan la verdadera linealidad de su montaje.

Como si de una metáfora de la propia sociedad germana se tratase, 'The reader 'nos cuenta una historia de apasionado amor prohibido e imposible, de pasión, odio y perdón (o redención, quizá) respectivamente, entre una madura trabajadora de los ferrocarriles y un joven estudiante de instituto, cuya evolución servirá para retratar las diferentes fases por las que la Alemania postnazi ha debido pasar.

Atractiva en cuanto a trasfondo e interpretaciones se refiere, 'The reader' peca –al menos, para un servidor- de cierta falsa humildad, de una artesanía prefabricada hábilmente parapetada bajo los bien engranados mecanismos cinematográficos manipulados por su director, en una película de lento transcurrir y más lenta digestión, en la que Kate Winslet nos brinda una interpretación comedida y loable en términos generales, pero tampoco excesivamente destacable.

Curiosamente, las interpretaciones tanto de Winslet como de Ralph Fiennes quedan ofuscadas ante la labor del joven David Kross, a quien algunos pudieron ver en el pasado Festival de Sitges en Krabat, otorgando a 'The reader' el nervio y la fuerza necesarios para insuflar algo de vida a una película que de otro modo hubiera llegado a enervar a más de uno, quien sabe si en una alegoría del tortuoso camino que el pueblo germano ha debido recorrer hasta redimir su consciencia histórica.

Los pecados del pasado y la exhumación de sus restos a modo de juicio de doble filo (el representado y el del propio espectador) son sin duda alguna el principal atractivo de la historia, inocentemente tórrida en su tercio inicial y demasiado difuminada en un cierre impreciso, probablemente conscientemente ambiguo, pero que nos deja una extraña sensación de no estar muy seguros de cual era la intención del director al realizar la película.