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CRÍTICA

'Sexo, maracas y chihuahuas': Cómo conquistar Hollywood a ritmo de rumba

El excelente documental de Diego Mas Trelles rescata la infravalorada figura del músico y showman Xavier Cugat.

Por Jorge R. Tadeo 3 de Junio 2016 | 13:40

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En aquellos locos e hipnóticos musicales de la MGM plagados de purpurina y guapísimas nadadoras que catapultaron al éxito a Esther Williams a mediados del siglo pasado, aparecía con frecuencia la figura de un risueño director de orquesta que marcaba el ritmo de sus animosas coreografías. Ese hombre era Xavier Cugat, un gerundense nacido en 1900 que, tras pasar su infancia en Cuba, donde estudió música, emigró a Los Ángeles buscando adentrarse en el mundo del espectáculo.

En el magnífico documental 'Sexo, maracas y chihuahuas', Diego Mas Trelles repasa la increíble trayectoria profesional y vital de este polifacético artista, que ejerció de dibujante en Los Angeles Times antes de dirigir orquestas para emisiones radiofónicas, intervenir en televisión y finalmente acceder a las entrañas de Hollywood, donde llegó a codearse con las estrellas del momento además de otros personajes de las altas esferas estadounidenses como Kennedy, Nixon o el mismísimo Al Capone.

 Cugat en una de sus películas

El fascinante Cugat, del que la película nos ofrece jugosísimo material de archivo, pudo presumir de haber lanzado a la fama a figuras como Carmen Miranda o Abbe Lane, además de descubrir en sus inicios a futuras estrellas como Rita Hayworth, Dean Martin o Jerry Lewis. Así nos lo confirman las grabaciones que el documental intercala con el relato de su vida que ofrecen relevantes personajes de la escena musical y cinematográfica actual, como Javier Gurruchaga, Chucho Valdés, Isabel Coixet o la cantante Nina, a la que un Cugat ya anciano descubrió allá por los 80 para llevarla al célebre 'Un, dos, tres' de Ibáñez Serrador.

La película muestra en detalle el imparable ascenso de Cugat en Hollywood gracias a su versatilidad y a su indudable don de gentes. Sin embargo, no oculta el reverso controvertido de su personalidad, mostrando el donjuanismo y la predilección por las jovencitas de un hombre que se casó hasta en cinco ocasiones, y que entendía las relaciones de un modo casi contractual, pues asumía sin reparos que las chicas se acercaban a él para tratar de introducirse en un universo del que él formaba parte.

Xavier Cugat

Regreso a España

También asistimos a su etapa crepuscular, cuando Cugat vivía en el Ritz de Barcelona rodeado de una cohorte a su cargo y de sus famosos chihuahuas, una raza canina que durante un tiempo se dedicó a criar y que se convirtió en un símbolo del personaje, pues estos perros le acompañaban incluso mientras dirigía algunas de sus orquestas. No obstante el film, sin esconder la excentricidad del personaje y los problemas económicos de la última etapa de su vida, renuncia a regodearse en el episodio de caída para preservar el retrato de un triunfador único, pionero en cumplir el sueño americano en Hollywood desde un origen remoto y humilde.

Estamos en definitiva ante una labor encomiable de rescate de archivos audiovisuales sobre un personaje único, pertinentemente montados con ritmo y buen criterio. El documental está presidido por la acertada voluntad de ir más allá del mero reflejo de sus relaciones con el star-system, para componer ante todo una pertinente reivindicación de su trabajo, pues no hay que olvidar que Cugat contribuye de forma decisiva a la difusión de la rumba y la música latina en Norteamérica (como se encarga de recordar Chucho Valdés en el documental). En resumen, 'Sexo, maracas y chihuahuas' es una película interesantísima y muy atractiva, a la medida del propio Xavier Cugat.

Nota: 8

Lo mejor: Que nos permite descubrir la importancia de una figura fascinante.

Lo peor: Se echa de menos una más concreta contextualización histórica de cada etapa de su vida.

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