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CRÍTICA

'Desde allá': La ponzoña del desprecio

Una jornada por las zonas más sórdidas y salvajes de la actual ciudad de Caracas en 'Desde allá', León de Oro en la 72ª edición del Festival de Cine de Venecia.

Miguel Ángel Pizarro
Por Miguel Ángel Pizarro Más 23 de Junio 2016 | 16:36
Colaborador de eCartelera. Apasionado del cine y la cultura en general. Cine europeo y de animación, mi especialidad.

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El filósofo y escritor suizo Henri-Frédéric Amiel dijo que "el que desprecia demasiado, se hace digno de su propio desprecio". Adentrándose en el rostro más turbio de la represión propia, así se inicia Lorenzo Vigas en su ópera prima, 'Desde allá', un oscuro retrato sobre la homosexualidad en Venezuela que se alzó con el León de Oro en la 72ª edición del Festival de Venecia.

Caracas en la actualidad, Armando es propietario de un laboratorio de prótesis dentales, es un hombre de unos cincuenta años y que en sus ratos libres se dedica a buscar a jóvenes muchachos en lugares públicos para ofrecerles dinero a cambio de que se desnuden en su casa. No hay contacto físico, sólo el hombre se limita a mirarlos desnudos mientras se masturba. Un día topa con Élder, un joven diferente a los que ha visto, un chico que le llevará a otro tipo de relación, que puede ser su perdición.

Desde allá

Metáfora de la Venezuela actual

Vigas utiliza la homosexualidad como metáfora en la que se muestra la degeneración en la que ha acabado la propia Venezuela, un país que el realizador enseña como ejemplo de desigualdad, humillación, diferencias sociales, maltrato y corrupción. La relación entre Armando y Élder se teje entre una ambivalencia propia del deseo sexual y el rechazo que provoca tales impulsos, todo ello envuelto en un aura de inhóspita violencia, que está latente en cada momento.

Todo ello mostrado desde la mirada de un personaje cínico, frío y cruel, encarnado por el magistral actor chileno Alfredo Castro, que ya acompañó al público en un horrible descenso a los infiernos en la magnífica 'El club'. Vigas, con una excepcional precisión impropia de un debutante, crea unos personajes gélidos, con los que nunca se llega a empatizar, propios del cine de Cristian Mungiu o Yorgos Lanthimos. Hecho con silencios que dicen más que sus diálogos y crueles miradas que acuchillan violentamente más que los golpes.

Desde allá

El veneno del odio hacia uno mismo

De esa manera, Vigas retrata la decadencia de la sociedad venezolana y, además, enseña la cara más sórdida e incómoda de ser homosexual en Sudamérica, en la que no hay luz o esperanza. En ese sentido, 'Desde allá' se convierte en una propuesta muy superior a cintas semejantes como 'La virgen de los sicarios' o 'Vil romance'. Muestra ese lado incómodo que recuerda que la lucha por la igualdad en el continente americano sigue siendo una pelea continua, en la que el odio y el desprecio surgen desde los propios individuos cual ponzoña que envenena todo aquello que toca.

Con lo cual, 'Desde allá' se convierte en un elegante, sórdido y magnífico debut. No obstante, cierto es que pese a la crueldad y decadencia que muestra, quizás el León de Oro se antoje algo grande para una edición en la que había propuestas superiores como 'El juez', 'El clan', 'Francofonía', 'Anomalisa', 'Madame Marguerite' o 'Beasts of No Nation'. Sin embargo, eso no quita que se está ante uno de los realizadores más prometedores del cine iberoamericano actual.

Nota: 7/10

Lo mejor: Sus personajes, mostrados con una gélida frialdad que resulta espeluznante.

Lo peor: Sus lánguidos silencios provocan que el espectador pueda interpretar erróneamente sus mensajes.

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