'Stranger Things': Así fueron los experimentos reales de la CIA en los que se basa la serie

[Este artículo contiene SPOILERS de 'Stranger Things']

'Stranger Things' es la serie del verano y está haciendo méritos para convertirse en una de las mejores del año. Su ambientación ochentera hace las delicias de todos aquellos nostálgicos por películas de aquella época, y es que se encuentra basada en numerosos referentes de la década. El origen del problema se encuentra en el Laboratorio Nacional de Hawkins, el cual se esconde tras el Departamento de Energía de los Estados Unidos, un lugar donde se realizan extraños experimentos, pero ¿sabías que los que se narran en la serie ocurrieron en verdad?

Para empezar a contar en qué consistían estos, tenemos que retroceder hasta el tercer capítulo y seguir las investigaciones de Jim Hooper (David Harbour). Cuando el jefe de policía acude a la biblioteca en busca de información que relacione la desaparición de Will Byers con el laboratorio, descubre que Terry Ives, la madre de Eleven, había denunciado que le había quitado a su hija. En estos extractos de periódicos aparece el nombre de MKUltra como responsable. Este fue el proyecto llevado a cabo por la CIA que experimentó con el control mental de las personas.

MKUltra fue un proyecto llevado a cabo en los Estados Unidos que experimentaba de manera ilegal con la mente de las personas con el objetivo de ampliar las fronteras de esta. En la década de 1950 es cuando se dio inicio a estos trabajos que fueron finalmente detenidos en 1973. Como vemos, empezaron en una fecha muy cercana al fin de la Segunda Guerra Mundial, y es que el marco de la Guerra Fría es fundamental para contextualizar. Tal y como escribió Rupert Cornwell en The Independent, Norteamérica estaba preocupada por su pérdida de la supremacía nuclear y el posible ataque comunista, por lo que estas ideas se basaron en un intento por desarrollar un medicamento capaz de controlar la mente de los líderes opositores. Y para ello las mejores cobayas fueron los propios ciudadanos.

La ficción creada por Matt y Ross Duffer señala estos experimentos, en los cuales la madre de Eleven formó parte a través de la administración de LSD y otras drogas. Precisamente este fue el principal método empleado por los miembros al mando de MKUltra, quienes se lo introducían a personas sin su consentimiento previo, un auténtico escándalo especialmente si tenemos en cuenta la oposición estadounidense en los juicios de Nuremberg y que se contrató a científicos nazis implicados en estos. Y algunas de las víctimas más proclives a ser tratadas como objetos de estudio eran los presos, las prostitutas, los heroinómanos o personas que habían acudido a centros para el tratamiento de males menores como la depresión postparto, terminando por sufrir hasta el fin de su vida estos daños.

De este modo, mediante la administración de drogas se pretendía crear espías rusos dentro del propio país para que actuaran en contra de sus deseos y facilitaran conocer todos los secretos. En definitiva, crear un suero de la verdad, para lo que el proyecto se renombró como MKSearch. Pero no solo fueron civiles, sino que agentes de la CIA y soldados del Ejército también fueron empleados para testar los resultados, en la mayor parte de los casos sin que estos lo supieran. El LSD terminó por desestimarse dado lo impredecible de sus actuaciones, llegando incluso a perder el apoyo de investigadores y académicos, según cuentan Lee y Shlain en su 'Acid Dreams, the Complete Social History of LSD: the CIA, the Sixties, and Beyond'. Sin embargo, para entonces fueron muchos los que quedaron enganchados al estupefaciente, muy común durante los años 60 por el movimiento hippie. Figuras notables como Ken Kesey (autor de 'Alguien voló sobre el nido del cuco') fueron voluntarios de este proyecto.

En busca del control mental

Canadá también fue parte indispensable en esto, ya que se llevaron al país los experimentos tras la inclusión del famoso psiquiatra Donald Cameron. Naomi Klein, en 'The Shock Doctrine', argumentó que las investigaciones de Cameron en el proyecto no versaban sobre el control de la mente, sino en "un sistema basado científicamente en extraer información de 'fuentes resistentes'. En otras palabras, tortura".

Sin embargo, nunca conoceremos muchas de las cuestiones que se produjeron en estos tiempos, ya que en 1973, tras el escándalo del Watergate, el director de la CIA Richard Helms mandó destruir todos los archivos relacionados con el MKUltra. A partir de entonces se comenzaron a conocer varios de los hechos mediante implicados en el proceso. Hasta lo que conocemos, el control mental albergó hasta la intención de sonsacar los secretos en los pacientes pero, ¿tendremos entre nosotros a alguien con habilidades extrasensoriales como Eleven?