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CRÍTICA

'María (y los demás)': El primer paso es madurar

Nely Reguera debuta con la fantástica Bárbara Lennie como protagonista, que de nuevo demuestra que su Goya por 'Magical Girl' ha sido de los más merecidos de los últimos años.

Por Alejandro Rodera Herrero 7 de Diciembre 2016 | 12:16

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Todos los que estamos cansados de ver personajes femeninos absolutamente planos en el cine cada vez nos estamos encontrando con más excepciones. Las dimensiones van aumentando, y no nos encontramos con meros apoyos a otros personajes o con contadas escenas con mayor profundidad, sino que las mujeres van cobrando protagonismo. 'Magical Girl' y 'La herida' son grandes ejemplos de ello, y ahora se puede sumar a la lista 'María (y los demás)', en la que acompañamos a un personaje cargado de defectos, algo que le otorga un humano atractivo que queda lejos de esa sexualizada planitud a la que tan acostumbrados estamos.

Fotograma de 'María (y los demás)'

La responsable de esta película es la directora y guionista Nely Reguera, que debuta con una tremenda actriz bajo su mando. Bárbara Lennie se introduce en las desventuras de María, siendo el principal atractivo de la película, y cargando con gran naturalidad con su protagonismo. La actriz ganadora del premio Goya se relaciona con multitud de personajes siempre con un recelo manifiesto, con miedo a quedar excluida y olvidada, con temor a vivir sin complejos. Esa actitud errática le dota de sincera humanidad, no llega a resultar cansina en su caos particular, pero en algunos momentos sí que puede generar algo de rechazo tal nivel de desorientación personal.

María trabaja en una librería, aunque su ambición es la de ser escritora. Deseo que recluye en su interior, ya que se ve incapaz de avanzar o mostrar su obra a los demás, al mismo tiempo que se crea volátiles ilusiones a toda velocidad. El principal contacto que se nos muestra es el que mantiene con su familia, en la que ha quedado relegada casi a hija fracasada tras haberse quedado en casa mientras sus hermanos se iban a establecer sus raíces en otros lugares. A lo largo de la cinta veremos que ninguna vida es perfecta, todos ocultamos algo, solo que nosotros somos testigos de cada uno de los pasos de María, creando un estrecho lazo con sus actos, ya que la absurdez en algunos momentos nos va acercando a ella.

No siempre funciona con esa precisión la forma en que se nos muestra a María, ya que hay ciertas relaciones, como la que protagoniza con Julián Villagrán, que, a pesar de definir en qué sentido tiene que evolucionar ella, remarcan en exceso su incapacidad social. Resulta entretenido ver aquello que le va sucediendo, aunque en ciertos puntos se colme el vaso de la comprensión, pero siempre se logra aliviar el hastío antes de que aparezca. Además, la correcta duración del metraje juega a favor de la producción, que avanza a buen ritmo y sin detenerse demasiado en cada uno de los escenarios en los que se mueve María. Entre esos lugares comunes, la casa familiar es el más interesante, donde salen a relucir las envidias y los conflictos supuestamente enterrados, que se muestran cuando la naturaleza y las intenciones de los componentes de la familia quedan al descubierto.

Fotograma de 'María (y los demás)'

La comedia humana

Por lo tanto, 'María (y los demás)' no es la típica comedia de clichés y arquetipos que hemos visto cientos de veces, sino que nos lleva a recorrer el camino de cambio de un personaje que comienza estancado y se ve enfrentado a sí mismo. Un problema tan humano que es complicado no empatizar con ella. La madurez es ese objetivo a alcanzar, vivir sin temor a los numerosos miedos. Bárbara Lennie está extraordinaria como María, manteniendo su gran racha como una de las mejores actrices del panorama nacional. Desde que se dio a conocer definitivamente con 'Magical Girl' este ha sido su primer papel protagonista absoluto, y una vez más deslumbra con su habilidad de hacer suyo el personaje y atraparnos con ella en la película.

Reguera consigue una ópera prima que no circula por los caminos recorridos hasta la saciedad, algo que hace de 'María (y los demás)' una comedia distintiva, en la que la diferencia es un valor a favor y no una simpleza para desmarcarse de todo lo demás sin contenido. Con todas sus dificultades por mostrarse realmente como es, o por conocerse a sí misma, su personaje protagonista se acerca mucho más a nosotros que todos aquellos héroes perfectos que nos atosigan con su inagotable virtud.

Nota: 7

Lo mejor: La imperfecta actitud del personaje protagonista, encarnado con total naturalidad por Bárbara Lennie.

Lo peor: Podemos no compartir algunos de los numerosos fracasos emocionales de María, y cuantos menos se asimilen más distancia se interpondrá con ella.