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CRÍTICA

'Psiconautas, los niños olvidados': El abismo de la decadencia

Alberto Vázquez y Pedro Rivero dirigen y escriben 'Psiconautas, los niños olvidados', basada en la novela gráfica homónima de Alberto Vázquez. Ganadora del Premio Goya al mejor filme de animación.

Miguel Ángel Pizarro
Por Miguel Ángel Pizarro Más 24 de Febrero 2017 | 17:47
Colaborador de eCartelera. Apasionado del cine y la cultura en general. Cine europeo y de animación, mi especialidad.

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Los avatares del destino han hecho que, en un mismo fin de semana, se estrenen dos películas de animación europea en salas españolas. La primera es la suiza 'La vida de Calabacín', sin duda, una de las grandes obras maestras contemporáneas de la animación. La otra es española, 'Psiconautas, los niño olvidados', la última ganadora del Premio Goya al mejor largometraje de animación y, sin temor a equivocarse, una de las cintas de animación que más dará que hablar en los próximos meses.

Psiconautas

Birdboy y Dinki se quieren pero su relación parece imposible. No porque ella sea una ratoncita y él un pájaro, sino porque ella quiere escapar del horrible lugar en el que vive y él parece no querer irse por su adicción a las drogas. La isla en la que todos los animales viven se ha convertido en un lugar rodeado de basura, inhóspito y desolador. Cansada, Dinki decide irse con dos amigos, Sandra y Zorrito, de la isla, una verdadera odisea al parecer que nada ni nadie puede escapar de ese abismo de putrefacción.

La deshumanización de la sociedad

Basada en la novela gráfica de Alberto Vázquez, que coescribe el guion y codirige la cinta, el estreno comercial de 'Psiconautas, los niños olvidados' es la culminación de todo un proceso creativo en el que se puede apreciar, sin duda, tanto a un ilustrador magnífico como un proyecto interesante por su temática, su estética y su mensaje. A diferencia de la ya citada 'La vida de Calabacín', Vázquez, junto con Pedro Rivero, sumerge al espectador en una oscura fábula amarga y pesimista, en la que se muestra cómo el egoísmo de la sociedad ha derivado en un círculo vicioso que intoxica todo lo que toca.

Psiconautas

No hay luz en esta película, prácticamente, aunque eso no es negativo, sino todo lo contrario. Porque 'Psiconautas, los niños olvidados' combina excepcionalmente lo macabro y lo perverso con lo satírico y surrealista. Los cineastas apuestan por una animación de estilo gótico, recuerda al cine de los Hermanos Quay o Henry Selick, en el que las tonalidades de colores hablan de las sensaciones y emociones de sus protagonistas, huyendo de una animación realista. Esto hace que se convierta en una respuesta, oscura y europea a la colorida 'El niño y el mundo', en la que se hablaba de cómo la contaminación, el capitalismo más salvaje y las adicciones habían destruido no sólo la naturaleza, sino a la propia humanidad.

Espiral de pesadumbre y melancolía

Rodeada de decadencia y melancolía, 'Psiconautas, los niños olvidados' deja cierto margen para la esperanza, con escenas en las que se ve que, pese a los malos usos de la sociedad, la naturaleza finalmente triunfa, dejando momentos evocadores y poéticos que recuerdan a películas de Hayao Miyazaki como 'La princesa Mononoke' o 'Mi vecino Totoro'. Es ahí donde el filme tiene su fuerza principal y que hace que sea una de las mejores películas de animación para adultos no sólo en España sino también en el resto de Europa, al mostrar que, hasta en las peores adversidades, puede haber un rayo de esperanza.

Psiconautas

'Psiconautas, los niños olvidados' es un magnífico ejercicio de cine de autor, una película sobre la decadencia y la esperanza, una de las mejores películas de animación europea del momento, al nivel de otras grandes como 'El lienzo', 'El secreto del libro de Kells' o 'Alois Nebel'. Magnífica, no hay que descartar que se la vea en los Oscar del 2018. El mejor exponente de animación para adultos española desde 'Chico y Rita' y 'Arrugas'. Maravillosa.

Nota: 8

Lo mejor: Su estética, sus tonalidades de color y su mensaje sobre la naturaleza.

Lo peor: No está hecha para todos los públicos, en España le costará encontrar su público.