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CRÍTICA

'Incierta gloria': Tempestad emocional

Agustí Villaronga regresa a la España azotada por la guerra con 'Incierta gloria', y una vez más se aleja de partidismos para indagar en los conflictos emocionales.

Por Alejandro Rodera Herrero 17 de Marzo 2017 | 11:24

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¿Cómo se puede hacer una película ambientada en la Guerra Civil que no resulte repetitiva? Prueba a abstenerte de partidismos y céntrate en desarrollar humanos en vez de monigotes políticos. Esa es la fórmula de Agustí Villaronga, que por tercera vez se remonta a nuestros tiempos de guerra (o posguerra) con 'Incierta gloria'. Sus anteriores acercamientos al conflicto y sus secuelas fueron 'El mar' y 'Pan negro', entre las que se apreciaba una evidente evolución del estilo del cineasta catalán. 'Incierta gloria' es un nuevo paso en lo que respecta a las intenciones de Villaronga de atraer a un público más numeroso, sin perder la sensibilidad que le caracteriza.

Incierta gloria

En esta ocasión el material de origen es la aclamada novela homónima de Joan Sales. Villaronga se sumerge en la región aragonesa, bella en un sentido temporal y no espacial, como señala Sales en su obra. En ese entorno de costumbres férreas y prejuicios firmes irrumpe Lluís (Marcel Borràs), un soldado barcelonés y republicano que ha solicitado el cambio de brigada del frente de batalla a una zona en proceso de estructuración, como era la del sur aragonés en el verano de 1937. Vivimos la historia a través de sus ojos y sus descubrimientos, tanto emocionales como morales.

A su alrededor se distribuyen y entremezclan las figuras de Soleràs (Oriol Pla), su filosófico amigo de la universidad que también sirve en el bando republicano; Trini (Bruna Cusí), su mujer, afincada en Barcelona, aunque la distancia entre ambos parezca sideral; y la carlana (Núria Prims), la burguesa del pueblo, cuyo pasado de campesina está empañado por las injurias de sus vecinos. El personaje más interesante es sin duda Soleràs, en el que se diluye el propósito de ambos bandos, siendo rostro del despropósito de aquella guerra entre hermanos. En definitiva, un verso libre en el lamentable poema bélico. Una mente que propaga reflexiones que definen a sus compañeros.

La relación más interesante es la establecida entre este personaje y Lluís, rodeada de muerte (en forma de momias), que impulsa a reflexionar sobre el sentido de la vida dentro del marco del despropósito de la guerra. Aunque realmente el conflicto bélico, debido a la calma del entorno en el que se desarrolla la acción, apenas tiene presencia patente. En 'Incierta gloria' no hay rastro alguno de drama bélico, sino que toda la atención está centrada en la guerra librada en el interior de los personajes, sumidos en una continua intriga en lo relativo al amor, la vida y al conflicto que se extiende a lo largo de España.

Incierta gloria

La búsqueda del autor comercial

El propio Sales define el enigmático y certero concepto de "incierta gloria" como aquellos relámpagos que irrumpen en la oscura tempestad de la juventud. Todos los personajes viven esa incertidumbre en sus carnes, ya sea en términos existencialistas o de supervivencia familiar básica. Los cuatro tienen rasgos comunes y al mismo tiempo un individualismo muy característico. Ese tejido elaborado entre todos ellos y la tierra aragonesa queda correctamente plasmado en la pantalla por Villaronga, pero quizá su estilo anterior, el de 'El mar', habría sacado mucho más partido a la obra de Sales. Es cierto que habría exigido mucho más al público y que no sería tan accesible, pero también habría sido una apuesta más atrevida.

Villaronga pierde parte de su distintivo intimismo a favor de abarcar un mayor espectro del público, pero no fracasa en esa mudanza. El acercamiento propuesto en la brillante 'Pan negro' fue más fructífero, lo cual no significa que el catalán haya perdido valor como autor cinematográfico. De hecho será interesante ver cómo Villaronga se acerca progresivamente al público, ya que, si triunfa, la salud del cine comercial español puede dar un paso de gigante. Por el momento, 'Incierta gloria' es un drama muy solvente, con perfectas interpretaciones y un valioso poso.

Nota: 7

Lo mejor: La complejidad de las relaciones entre los personajes, que son los portadores de la guerra en su interior.

Lo peor: Villaronga no profundiza tanto en las turbulencias de los protagonistas como en trabajos anteriores.

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