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CRÍTICA

'I Am Not Your Negro': Bofetada histórica

Este documental nominado al Oscar recoge las reflexiones de James Baldwin en un momento en el que son más valiosas que nunca.

Por Alejandro Rodera Herrero 7 de Abril 2017 | 13:46

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Cuando evitamos mirar un problema de frente, siempre habrá algún director de cine que trate de corregirnos la postura. Normalmente esos esfuerzos educativos y sociales se concentran con más fuerza en el terreno del documental, que cada vez encierra más géneros y mayor complejidad narrativa. En la ceremonia más reciente de los Oscar había una terna de documentales de primer nivel, y el racismo y la incomprensión eran denominadores comunes entre varios de ellos. 'I Am Not Your Negro' era uno de esos films. A través de la lúcida mirada de James Baldwin, el director Raoul Peck ha firmado un relevante ensayo sobre la lucha por unos derechos igualitarios.

I Am Not Your Negro

La película se estructura a partir de un trabajo sin finalizar de Baldwin, activista y novelista afroamericano. La envolvente voz de Samuel L. Jackson se posiciona en primera persona para devolver a la vida a Baldwin, que falleció en Francia hace treinta años. En ese viaje cultural y social se nos ofrece el retrato de la insurrección de la comunidad negra estadounidense en los años sesenta y algunos hitos previos, que resultaría en un viraje de la actitud de esta subyugada minoría y se cobraría la vida de tres activistas.

La tríada de líderes sociales estaba compuesta por Martin Luther King Jr., Malcolm X y Medgar Evers, de los que se nos muestran sus similitudes y diferencias, siempre desde el sensible prisma de Baldwin. Porque al final nos encontramos ante una cinta que se centra en la figura de Baldwin, que relata sus contactos con aquellos activistas, revelando cómo le marcaron y le impulsaron a proseguir con su pacífica lucha por la igualdad. Peck no se olvida de los Panteras Negras, de la reciente tragedia en Ferguson... Por lo que no edulcora el enfrentamiento en ninguno de los dos sentidos.

La contraposición entre imágenes de los sesenta, donde más se concentra la película, con las de eventos de nuestro tiempo tiene un gran poder visual, sobre todo cuando se hilan con la voz de Baldwin, que no llegó a ver cómo sus inquietudes se mantienen tan vigentes como cuando las expuso por vez primera. Al igual que 'Selma' era una respuesta directa a la oleada de violencia policial sobre la comunidad negra, 'I Am Not Your Negro' compone un relato indignante y didáctico a partes iguales. Peck pone sobre la mesa cómo se abordaba la problemática hace medio siglo, y nuestras conciencias prolongan esos hilos narrativos a la actualidad.

I Am Not Your Negro

Sangre y poesía

Para alcanzar su objetivo de remover conciencias, Peck bebe sin dudarlo del estilo de Baldwin al transcribir sus palabras y preocupaciones. El montaje se encarga de hacer el resto. Aunque a veces la película resulte más densa por la cantidad de contenido que se trata de conectar, si se observa con la mente despejada habrá mucho que aprender de ella. Sobre todo, con las noticias que nos rodean cada día y con la recuperación del sendero de la intolerancia, 'I Am Not Your Negro' se desmarca como una propuesta que debería proyectarse en colegios e institutos para enriquecer el espíritu crítico de nuestro futuro.

El mensaje más valioso de la cinta es que no se puede cambiar una situación injusta si no se afronta, un razonamiento universal que también expuso Ava DuVernay en 'Enmienda XIII', su documental sobre la evolución del número de prisioneros negros a lo largo de las últimas décadas. DuVernay presentaba cada nuevo capítulo de su relato con música, destacando el rap, algo que también hace Peck al introducir a Kendrick Lamar en los créditos. De esa manera se cede el testigo de Baldwin a aquellos que actualmente dedican su inspiradora voz a denunciar actitudes intransigentes. 'I Am Not Your Negro' se encuentra en ese reivindicativo territorio, pero deja al espectador sacar sus propias conclusiones a partir de las reflexiones de relevantes pensadores de fatídico destino.

Nota: 7,5

Lo mejor: La didáctica lección histórica que nos ofrece Raoul Peck.

Lo peor: El desaprovechamiento de las filosofías de los protagonistas, a excepción de Baldwin.

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