Cuántos globos hicieron volar la casa de 'Up' y otras curiosidades del clásico de Pixar

El cine no siempre se rige por las leyes de la física, pero no faltarán científicos o listillos que se dediquen a evidenciar los errores de las películas. Según los datos recogidos por el portal IMDB, los animadores de 'Up' se quedaron muy cortos a la hora de añadir los suficientes globos como para elevar la casa. Se estima que para elevar el hogar de Carl, teniendo en cuenta sus dimensiones, habrían hecho falta alrededor de 12.658.392 globos repletos de helio. Una cifra que dista de los 20.622 que empleó el anciano.

Una de las frases más memorables de la película es: "Acabo de conocerte y ya te quiero." Con la cual Doug empezaba a meterse al público en el bolsillo, aunque no tanto a Carl, que siempre se mantenía algo suspicaz. Bob Peterson afirmó que aquella muestra de cariño del perro estaba inspirada en un niño al que había conocido cuando trabajaba en campamentos en la década de los ochenta.

Además de ser la primera producción nominada a mejor película y mejor película de animación en los Oscar, 'Up' fue la primera cinta animada, y en 3-D, que inauguró el Festival de Cannes. Al terminar su primera proyección, el público enmudeció, hasta que Tilda Swinton comenzó a aplaudir y desató una multitudinaria ovación, como confirmó más tarde John Lasseter.

Es público y notorio que cada película de Pixar hace guiños a producciones previas del estudio. Uno de esos easter eggs en 'Up' fue la aparición del árbol que reinaba en la colina de 'Bichos, una aventura en miniatura', que proyectaba su sombra sobre Carl y Ellie cuando iban a observar la forma de las nubes.

La masificación de las zonas urbanas impulsó la diversificación de la población estadounidense en suburbios, y 'Up' exhibe un mensaje crítico contra la sustracción de la personalidad y el encanto de las casas de toda la vida, en riesgo de extinción ante la irrupción de los colosales bloques de pisos. La lucha de Carl contra los ejecutivos bebe de un caso real, el protagonizado por Edith Macefield, que se negó a ceder a las exigencias de las grandes compañías de abandonar su humilde hogar. Su casa todavía permanece en pie entre un megalómano complejo de bloques en las afueras de Seattle.

En sus versiones originales, las películas de Pixar siempre buscan las voces óptimas para cada personaje, independientemente de la popularidad del prestamista. En el caso de Russell, el elegido fue el debutante Jordan Nagai, que acudió a la audición como mero acompañante de su hermano mayor. Pero fue él, con su verborrea incesante, quien destacó entre centenares de niños e imbuyó con su personalidad y timbre al boy scout.

Hoy en día es noticia que aparezcan personajes homosexuales en las películas dirigidas para un amplio público, y no hace mucho tiempo los divorcios todavía no habían aterrizado en el cine de Pixar. En concreto, Russell fue el primer personaje que reveló que sus padres estaban separados, en la escena en la que no sabe colocar correctamente una tienda de acampada. Hasta el momento Disney no había recurrido al divorcio como elemento de construcción de un personaje en sus películas.

Como buen aventurero, Muntz atesoraba unas cuantas reliquias en su base. Entre ellas nos encontramos con una imponente espada claymore, de origen escocés y que debe ser blandida con las dos manos debido a su portentosa composición. Ese mandoble es recordado por haber sido empleado por William Wallace, como bien recogió Mel Gibson en 'Braveheart'. Y Muntz recurrió a ella para enfrentarse al que había sido su acérrimo fan, Carl.

Los villanos también se inspiran en personas reales, y en Hollywood hay mucho ejecutivo despiadado susceptible de promover antagonistas. En el caso de Charles Muntz, Docter y Peterson se acordaron de Charles B. Mintz, productor de Universal que le usurpó a Walt Disney los derechos de su personaje Oswald. Ese robo impulsó a Disney a crear a Mickey Mouse, que le comió la tostada a Oswald, con el que desde hace una década comparte pantalla en videojuegos.

Los espectadores no fueron los únicos que rompieron en llanto con la secuencia inicial de la película. El desarrollo de la relación de Ellie y Carl pasaba de la ternura a la demolición en cuestión de segundos, sumiéndonos en un profundo drama, que afectaba a unos personajes a los que acabábamos de conocer pero por los que ya sentíamos una gran empatía. El equipo de la película también derramó lágrimas con ese sumario, ya que algunos de los miembros de la producción llegaron a llorar mientras contemplaban el storyboard.