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CRÍTICA

'Correspondencias': Hablaréis de nosotros como de un sueño

Rita Azevedo Gomes evoca la relación epistolar entre los poetas portugueses Sophia de Mello y Jorge de Sena fundiendo cine y literatura, la ficción y el documental.

Por Antonio Miguel Arenas Gamarra 2 de Junio 2017 | 10:21

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En primer lugar, es motivo de celebración el simple hecho de que una película que se distingue tanto del resto por su compromiso con la memoria, abierta al diálogo sobre el lugar del arte, el cine y la literatura en nuestras vidas, cuya ambición resulta tan profunda y personal como 'Correspondencias', consiga llegar a estrenarse en esta jungla cada vez más superpoblada en la que se ha convertido la cartelera.

Rita Azevedo Gomes aborda algo en apariencia mínimo y olvidado por la historia, pero radicalmente conectado a esta, que se torna inmenso a nuestros ojos: la relación epistolar que mantuvieron a lo largo de dos décadas los poetas portugueses Sophia de Mello Breyner Andresen y Jorge de Sena. Un sincero intercambio de cartas, vivencias y poemas, forzado por el exilio de este último durante la dictadura de Salazar, que cobra la forma de una vanguardista correspondencia visual que discurre por senderos todavía por explorar.

Correspondencias de Rita Azevedo Gomes

Ante al reto de poner en imágenes sus palabras, Rita Azevedo Gomes ha reconocido en diversas ocasiones que desde un primer momento optó por alejarse de los cánones del documental clásico, en los que no se encontraba cómoda porque coartaban su estilo cinematográfico, de un genuino carácter dramatúrgico. Pero tampoco quería novelar su vida, por lo que evitó la idea de que fueran representados por actores. Finalmente, la solución surge de un punto intermedio pleno de libertad. Un juego de montaje y puesta en escena próximo al cine ensayo, en el que confluyen un dispositivo cinematográfico a través de exquisitos retablos interpretados por una serie de cómplices y amigos de la directora, el latir de la propia vida de aquellos que recitan o leen sus textos, así como imágenes de archivo y grabaciones que combinan (multiplican e incluso superponen) material en digital con otro en celuloide, estableciendo un corpus que diluye la distancia entre el pasado y el presente, entre el cine y la literatura, entre Grecia y Portugal.

"Musa, enséñame el canto en el que el mar respira"

Esta insondable mixtura de fuentes y técnicas nos invita a seguir el devenir que cobran los poemas y las cartas de Sophia de Mello y Jorge de Sena. Conforme pasan los años y la lejanía de la patria se torna trágica, los ecos de la Antigüedad Griega surgen como recurso literario frente a la oscuridad del presente. A lo largo del metraje ellos cambian de rostro, de voz e incluso de idioma (un gesto que nos recuerda todo lo que nos atañe como continente), pero no se pierde una sensibilidad compartida que apunta a las cuestiones irresolubles del alma, que mantiene a la muerte como constante. A la que se enfrentaba la directora de 'Frágil Como o Mundo' a lo largo de los tres años que continuó filmando, durante el que fue tratada de una grave enfermedad. Un fatalismo que se impregna al conjunto y que encuentra como vía de escape el mar. El mismo mar que les separaba (Jorge de Sena emigró a Grecia y posteriormente a Estados Unidos) aparece de forma recurrente en la composición de las imágenes marcando la distancia entre ambos, creando un fuerte sentimiento de pérdida presente en cada fragmento, pero también de eternidad, el que alcanzan sus ideas.

Correspondencias de Rita Azevedo Gomes

Una de las mejores maneras de apreciar la forma en la que está pensada 'Correspondencias' es que en palabras de la directora, solo tenía decididas la primera y la última secuencia, el resto de la película sufrió de diversos montajes, se recortaron algunas aportaciones y pudo contar con un desarrollo diferente. En cambio, el hilo invisible que nos conduce de la secuencia inicial, protagonizada por Rita Durão (protagonista de 'La venganza de una mujer', anterior película de Rita Azevedo Gomes) y Luis Miguel Cintra (célebre actor portugués habitual del cine de Manoel de Oliveira), que a partir de sus gestos y miradas nos enlaza a la historia reciente del cine portugués, hasta el último plano, es inquebrantable. Porque finalmente es una película que habla de nosotros, de la imposibilidad de un abrazo, de esta Europa cruel que fuera asolada por el fascismo, cuyas palabras resuenan con más relevancia y belleza si cabe al final, en una gruta desde la que surgió la civilización, y por ende la poesía, desde la que escuchamos su último canto de sirena.

"La poesía pide a la gente dos cosas contradictorias. Una, que se ponga en el vacío, y otra, que se ponga en comunión". 'Correspondencias' también pide al espectador algo contradictorio. Lo primero ante todo renunciar a una narrativa convencional, es decir, situarse en el vacío, aceptarlo. Pero también le obliga a encontrarse a sí mismo en los poemas y en los instantes de vida que se cruzaron ambos poetas, solicita entrar por tanto en comunión con ellos. Que la película evite la conexión lógica de imágenes provoca otras nuevas, distintas posibilidades de fundir el texto con el montaje y de introducir personajes, como por ejemplo una suerte de clown melancólico que deambula por distintos mundos y que podría encarnar ese alma condenada al exilio de Jorge de Sena, interpretado por el crítico y cineasta Pierre Léon.

Correspondencias de Rita Azevedo Gomes

A partir de su presentación a concurso en la pasada edición del Festival de Locarno hasta la fecha, la figura de Rita Azevedo Gomes ha sido ampliamente reivindicada en España, estando presente en múltiples festivales de nuestra geografía y siendo objeto el mes de mayo de una retrospectiva completa en el Cine Doré de la Filmoteca Española. Además, como guiño final, el estreno de 'Correspondencias' coincide en el tiempo con la Feria del Libro de Madrid, en la que que este año Portugal es precisamente el país invitado. Ojalá esta concatenación de acontecimientos sirvan para dar a conocer su cine, pero sobre todo para reconocernos como sociedad en aquellas cartas.

Nota: 9

Lo mejor: Ser partícipes de la relación entre Sophia de Mello y Jorge de Sena a través de un dispositivo cinematográfico inabarcable.

Lo peor: Que el cine de Rita Azevedo Gomes haya tardado tanto tiempo en llegar a nuestras pantallas y aún carezca del reconocimiento que merece.

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