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TALENTO ETERNO

El surrealista encuentro con Miles Davis y otras curiosidades de Philip Seymour Hoffman

El actor neoyorkino habría cumplido hoy 50 años, por lo que recordamos las curiosidades más llamativas de uno de los mayores genios de la interpretación.

Por Alejandro Rodera Herrero 23 de Julio 2017 | 15:05

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El legado de los actores sigue latiendo cuando sus corazones dejan de hacerlo. Aunque no podremos conocer la emoción de ser coetáneos de algunas de las grandes estrellas del séptimo arte, las nuevas generaciones podemos descubrir la visceralidad de Marlon Brando, el empaque de James Stewart y el carisma de Jack Lemmon sumergiéndonos en sus filmografías. Lo mismo se podrá hacer con Philip Seymour Hoffman, al que seguimos recordando con un sentimiento agridulce tras su fallecimiento en 2014.

Philip Seymour Hoffman

Hoffman nació en el suburbio neoyorkino de Rochester el 23 de julio de 1967. Tras el divorcio de sus padres cuando el tenía 9 años, se crió bajo la supervisión de su madre, que a lo largo de los años cambió su trabajo de profesora por el de jueza. Poco a poco, Philip se fue enamorando del mundo de la interpretación, muy influenciado por la inspiradora prosa de Arthur Miller. Entonces decidió adentrarse en el incierto sendero del actor, debutando en la televisión en 1991 en un episodio de 'Ley y orden'. Ese mismo año se estrenó en el cine con la comedia alternativa 'Triple Bogey on a Par Five Hole'.

En la primera mitad de la década de los noventa acumuló roles secundarios en su currículum, demostrando su habilidad de enriquecer un producto con su mera presencia. Antes de terminar el milenio ya había colaborado con algunos de los cineastas más talentosos de su país, como los hermanos Coen o Paul Thomas Anderson. En la siguiente década se chocó de bruces con el abrumador éxito de su trabajo en 'Truman Capote', que le valió decenas de premios, incluido el Oscar. No pisó el freno después de aquel hito y se implicó en proyectos de la talla de 'Synecdoche, New York' y las dos entregas finales de la saga 'Los juegos del hambre', que serían sus últimas apariciones en la gran pantalla.

El 2 de febrero de 2014 el actor fue hallado sin vida en su apartamento de Greenwich. Ese trágico desenlace frustraba el futuro de uno de los actores que más dignificaron el oficio en las últimas décadas. Para conmemorar el que habría sido el quincuagésimo cumpleaños de este incomparable maestro del cine y del teatro, hemos recordado algunas de las curiosidades que le defininieron como humano y como artista:

Curiosidades de Philip Seymour Hoffman

Encuentro espontáneo

Encuentro espontáneo

Antes de que Hoffman se sumergiera de lleno en el mundo de la interpretación, tuvo que dedicarse a diferentes oficios para subsistir. Entre ellos el de socorrista. Mientras desarrollaba esa labor en la monumental Metropolitan Tower, que preside uno de los laterales de Central Park en Manhattan y donde casi nadie subía a darse un chapuzón, el veinteañero actor se encontraba tan plácido. Sin embargo, un día apareció allí la leyenda de la música Miles Davis, y lo que sucedió después fue memorable: "No quería que se sintiera incómodo, así que fingí que no le conocía. Llevaba puesto un Speedo y gafas de sol, se metió en la piscina con las gafas y nadó a perrito unos cinco largos, salió, se quitó las gafas y empezó a mirarme porque creo que él pensaba que yo no sabía quien era. Durante una media hora nos quedamos allí y contemplamos Manhattan; me dijo qué edificios eran suyos, los accidentes en los que se había metido, las novias, de todo menos de la música... Al final dijo: 'Soy Miles...' y se fue," así lo recordó Hoffman hace una década.

Philip Seymour Hoffman en eCartelera

Compañera amuleto

Compañera amuleto

Hoffman se llevó a casa el Oscar en su primera nominación, y después mantuvo una notable constancia a la hora de estar presente en las galas en la categoría de mejor actor secundario. Fue nominado tres veces más, por su labor en 'La guerra de Charlie Wilson', 'La duda' y 'The Master'. En todas aquellas películas copartía pantalla con una prominente Amy Adams, que también se ganó la nominación con las últimas dos, aunque todavía siga esperando a llevarse el galardón a casa.

Philip Seymour Hoffman en eCartelera

Especialista en exorcismos

Especialista en exorcismos

El actor no salió de su estado natal para completar sus estudios primarios. Hoffman asistió al instituto jesuita McQuaid, donde coincidió con una persona muy especial, no sólo por su evidente vocación por el teatro, sino por su implicación en una de las películas más representativas de los años setenta. El padre William O'Malley era el encargado de organizar las producciones teatrales y musicales de la escuela, y sabía bien de lo que hablaba, ya que interpretó al padre Dyer en la aclamada e icónica 'El exorcista'.

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Etapa de sobriedad

Etapa de sobriedad

A una temprana edad, a los 22 años, decidió que se alejaría del vicio del alcohol. En ese momento decidió no caer en aquel destructivo hábito de la bebida porque temía por la integridad de su vida. Durante un largo tiempo esa negativa a la autodestrucción se mantuvo con integridad, pero en 2013 se vio obligado a acudir a un programa de rehabilitación para acabar con su adicción a la heroína, pero su breve paso por el centro no fue suficiente para exterminar el vicio que acabaría con su vida un año después.

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Relación de excepción

Relación de excepción

Sin lugar a dudas, la relación más prolífica de la truncada carrera de Hoffman fue la establecida con Paul Thomas Anderson, uno de los cineastas que patearon el trasero de los ejecutivos más conservadores del noventero sistema de estudios de Hollywood. Desde la primera película de Anderson, 'Sydney', hasta la última antes del fallecimiento del actor, 'The Master', Hoffman participó en todas menos en 'Pozos de ambición'. Cinco películas que se podrían incluir entre lo más bruñido de las tres últimas décadas.

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Gustos populares

Gustos populares

En cuanto a sus películas y series predilectas, el actor tenía unos gustos bastante similares en ambos campos. Al hablar de la gran pantalla, uno de sus títulos favoritos siempre fue 'Uno de los nuestros', la violenta incursión en el mundo de la mafia del Martin Scorsese más inspirado. Y cuando hablaba de televisión se acercaba más a la nueva edad de oro de la pequeña pantalla, ya que era un apasionado de 'Breaking Bad'.

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Contra la adversidad

Contra la adversidad

Como todo profesional que se precie, Hoffman no se dejó llevar por las adversidades cuando se encontraba en pleno rodaje de 'Casi famosos'. El actor estuvo con la gripe durante la grabación de la popular película de Cameron Crowe, pero, afortunadamente para él, su rol en la cinta era lo suficientemente reducido como para no tener que compaginar durante demasiado tiempo el estado gripal con las exigencias de un rodaje.

Philip Seymour Hoffman en eCartelera

Ídolos cercanos

Ídolos cercanos

A la hora de enunciar los nombres de los colegas que más le han inspirado, Hoffman hizo una selección de lo más rutilante: Meryl Streep, Paul Newman, Christopher Walken y Daniel Day-Lewis. Con Streep coincidió en 'La duda'; con Newman, en 'Ni un pelo de tonto', al comienzo de la carrera de Hoffman; con Walken, en 'El último concierto'. No tuvimos la oportunidad de verle junto a Day-Lewis, pero sí que comparten cima en el olimpo de los mejores actores de su generación.

Philip Seymour Hoffman en eCartelera

Emprendedor

Emprendedor

El actor asistió a la neoyorkina Tisch School of the Arts, donde conocería a uno de los directores que más le aportarían a lo largo de su carrera. Durante su periplo universitario, Hoffman fundó el grupo de teatro Bullstoi Ensemble, que no tuvo un largo recorrido, pero que le sirvió para entrar en contacto con el cineasta Bennett Miller, que años más tarde contaría con él en 'Truman Capote' y 'Moneyball: Rompiendo las reglas'.

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Ambiciones frustradas

Ambiciones frustradas

Durante su etapa en el instituto sufrió una lesión que le impidió centrarse en una carrera deportiva. En su segundo año vio como se le cerraban las puertas de diversos deportes, que en Estados Unidos pueden suponer la diferencia entre llegar becado o no llegar nunca a la universidad. Finalmente, y para el deleite de todos nosotros, Hoffman siguió su auténtica vocación y se consagró como uno de los actores más genuinos de la historia del cine.

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