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PRECRÍTICA

'Las vidas posibles de Mr. Nobody', bellísima fantasía cuántica

Con motivo del estreno del maravilloso film del belga Jaco Van Dormael, recuperamos la crítica realizada en la pasada edición del Festival de Sitges.

Por Óscar Martínez 7 de Octubre 2009 | 21:49

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Dentro de la física cuántica, la teoría de las cuerdas nos dice a grosso modo que nuestro universo está constituido por tres líneas espaciales y una temporal, pero que en realidad existen infinitas líneas que constituyen lo que popularmente conocemos como universos paralelos.

De dicha premisa se sirve precisamente el cineasta belga Jaco Van Dormael para confeccionar ese espléndido puzle de casualidad y causalidad llamado 'Mr. Nobody', en el que un joven llamado Nemo (Jared Leto) posee la curiosa capacidad de recordar todas y cada una de esas infinitas líneas y, por ende, las consecuentes infinitas permutaciones que podrían haber marcado el trascurso de su vida.

'Las vidas posibles de Mr. Nobody', bellísima fantasía cuántica

Con un montaje simplemente magnífico, y con un ritmo brioso e intenso que no decae en lo más mínimo durante sus más de dos horas de duración, Mr. Nobody es una fábula afable, una hipótesis de poso abiertamente romántico y vitalista que, al menos por el momento, se confirma como el mejor film proyectado a día de hoy en el festival junto a la griega 'Canino' y la británica 'Moon'. A pesar de que historia y estética no pueden dejar de recordarnos en cierta medida al primer Michel Gondry -o lo que es lo mismo, a los guiones de Charlie Kaufman-, así como, de refilón, a filmes como 'Donnie Darko' o 'El efecto mariposa', lo cierto es que 'Mr. Nobody' posee la suficiente fuerza y personalidad como para erigirse como un título completamente emancipado de sus posibles predecesoras.

La nueva película del cineasta belga rebosa pasión por los cuatro costados, atrapa al espectador con una fuerza inusitada y nos sumerge en un multiverso de encrucijadas en el que cada pequeña decisión conducirá a una vida completamente distinta para su protagonista, que en su último aliento -o el primero, quién sabe, o uno que jamás profirió o que todavía está por proferir- irá rememorando las diferentes vidas que podía -o, en realidad, que efectivamente ha vivido, si bien en otro plano- haber vivido, y con ellas un infinito crisol de emociones y sentimientos a flor de piel -el amor y el desamor, el odio y la piedad, la avaricia y la humildad, etc…- hasta llegar, de manera inevitable, al único punto de confluencia de todas estas posibles vidas, la muerte.

'Las vidas posibles de Mr. Nobody', bellísima fantasía cuántica

Una historia magnífica, perfectamente conducida e interpretada, en el que su trasfondo eminentemente romántico no perjudica a su bis fantástica, y que atrapará por igual tanto a seguidores del género como a neófitos.