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CRÍTICA

'Cisne negro', la genial locura de Aronofsky

Natalie Portman despliega todo su talento interpretativo en esta perturbadora historia donde realidad y ficción nos confunden tanto como a su protagonista.

Por Laura Sande 19 de Febrero 2011 | 00:08

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Amor u odio, esos son los dos sentimientos que suelen generar las películas de Darren Aronofsky, un director tan personal que parece extraño que se haya embarcado en una aventura como la secuela de 'Lobezno'. Pero a todo cineasta le llega su superproducción. Con 'Pi (fe en el caos)' nos mostraba la obsesión de un matemático, 'Réquiem por un sueño' nos hizo alucinar en el mundo de las drogas, con 'La fuente de la vida' bajó el listón viajando en el tiempo y 'El luchador' supone su obra más conmovedora y dramática, acercándonos a la realidad de un luchador de wrestling en horas bajas.

Natalie Portman en Black Swan
Ahora nos llega 'Cisne negro', avalada con más de 20 galardones y 5 nominaciones a los Oscar. El talento de Aronofsky se alía en esta ocasión con el mundo de la danza para mostrárnoslo del modo más cercano visto hasta ahora. La historia gira en torno a Nina Sayers, una dulce bailarina de ballet que debe encontrar su lado más oscuro para encarnar a la protagonista de 'El lago de los cisnes'.

Hablar de 'Cisne negro' implica hablar de Natalie Portman, cuerpo y alma de la película con una interpretación sencillamente brillante. La actriz, máxima favorita para llevarse el Oscar, protagoniza casi todos los planos de la cinta mostrando su turbio viaje emocional desde la inocente aspirante hasta el perturbado resultado de ser la bailarina perfecta. El rostro de Portman nos ofrece un recital de sentimientos - impotencia, rabia, deseo,... - en un papel tan complejo como el que tiene que interpretar la propia Nina y que nos lleva a perdernos entre fantasía y realidad junto a la protagonista.

La fascinante historia se sirve del ingenio visual de Aronofsky para hacernos bailar junto a Natalie Portman y dudar de todo lo que estamos viendo. Los espejos se convierten en los mejores aliados del director para jugar con la mente de Nina con mejor resultado que muchos thrillers psicológicos y nos regala maravillosas secuencias como los pies de Nina a cámara lenta bailando al son de sus puntas.

Natalie Portman y Darren Aronofsky en Cisne negro

'Cisne negro' es, sin duda, una de las películas imprescindibles del año y dejará fascinada a una buena parte de los espectadores. Los que ya la hayáis visto comprenderéis que en esta crítica no ahonde demasiado en la historia, y que los que todavía no conocen a la exquisita Nina Sayers deben llegar a sus butacas dispuestos a disfrutar.

El gran trabajo de Aronofsky radica en volvernos a traer una historia diferente con un formato impecable, alejándose de otros productos menos novedosos, como otros de los que compiten en los Oscar. Parece claro que ni Darren ni su cinta se llevarán la estatuilla, ya que los académicos se guardan sus almas retorcidas en el armario, pero este 'Lago de los cisnes' logra dejarnos sin respiración y ese es el mejor premio en el panorama actual del séptimo arte.

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