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CRÍTICA

'Crazy, stupid, love', una dramedia tan sexy como adorable

Dirigida por John Requa y Glenn Ficarra, la cinta de Steve Carell, Julianne Moore, Ryan Gosling y Emma Stone en una comedia romántica atípica, de contrastes.

Jesús Agudo
Por Jesús Agudo Más 7 de Octubre 2011 | 09:05
El redactor más veterano de esta web. Palomitero y fan de que las series estrenen un capítulo por semana.

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No es la típica comedia romántica. De hecho, la manera de comenzar es directa, triste. A nadie le gusta ver cómo algo acaba, eso no se muestra en una comedia romántica, pero 'Crazy, stupid, love' define perfectamente lo que es una "dramedia". Sufrimos, pero con un toque irónico de la situación.

Crazy stupid love

John Requa y Glenn Ficarra han conseguido juntar a cuatro pesos pesados de la interpretación para ponerles en una balanza sentimental que llega al punto de equilibrarse por completo. Personajes y actuaciones que se complementan, así crece esta película sin darse cuenta.

Un hombre se entera de que su mujer le engaña, y despechado en un bar se encuentra con el típico mujeriego que decide acogerle en sus brazos para convertirle en alguien como él. Sin embargo, la transformación de ambos les pondrá, llegado el punto, en el mismo escalón.

Ver a una mujer como Julianne Moore siempre es un placer, la clase y el talento de esta actriz salvan cualquier papel, pero sorprende que su marido en la ficción, Steve Carell llegue a ponerse a su mismo nivel, siendo un matrimonio que, aunque tocado, se pueda imaginar uno la foto de familia.

Ryan Gosling tiene la percha perfecta para su papel, pero con anteriores trabajos nos ha dejado claro que por frio que sea, puede derretir a cualquiera, pongamos, Emma Stone. Una pena que su papel quede tan reducido porque, como siempre, termina quedando un recuerdo adorable de la joven actriz.

Crazy stupid love

Mezcla de contrastes

Hablando de adorable, una frase que repiten mucho en la película dice "la perfecta combinación entre sexy y adorable". Precisamente esa es la mejor descripción de esta película. Mientras que la primera parte nos enseña a ser unos rompecorazones con muestras de bastante humor, y una enorme Marisa Tomei, la segunda parte nos dejará un gran sabor de boca con un toque más romántico y esperanzador.

Los niños parecen ser meros secundarios en la película, pero a medida que transcurre nos vamos dando cuenta de que son una parte imprescindible de la historia, sobre todo cuando en la adolescencia experimentamos las tres cosas: el amor, la estupidez y la locura. En este recorrido por las fases de una pareja no podía faltar su punto de vista, siempre con algo de humor.

En el fondo vemos que es una manera de mostrarnos que se pueden llegar a cometer muchos errores, que se pueden dar muchos bandazos, y sin embargo conocer a alguien es de las pocas cosas que nos puede cambiar por completo sin darnos cuenta, y eso se ve perfectamente en la película.

No exenta de clichés y tópicos, pero mostrados de una manera más cuidada que en otras películas del género, 'Crazy, stupid, love' no es ni la comedia romántica al uso ni el humor adulto que tanto se lleva ahora, es más bien una película con un toque de libro de autoayuda con la ilusión del enamorado que todo lo puede.

El momento crítico hacia el final de la película levantará carcajadas con sabor agridulce, algo aparentemente contradictorio pero que acaba complementándose de forma perfecta. Como las grandes cualidades de esta película, opuestos que se atraen: la tristeza inicial con la risa, lo joven y lo no tan joven, la locura y la búsqueda de la estabilidad, lo sexy y lo adorable.