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El mensajero
2013
5,9
El mensajero

Ahora The Rock se llama Dwayne Johnson y pregunta antes de disparar

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Crítica de 'El mensajero'

De THEmecanic

22 jun 2013

3,0

Sin spoilers

Básicamente, una película de The Rock en la que la ex estrella de la WWE tarde más de 60 minutos en soltar un tortazo o empuñar un arma es un epic fail en toda regla, y más si la susodicha cinta viene aparentemente enmarcada -poster, tráiler, etc...- dentro de la ola de cine de acción a un pelo de acabar directamente en el videoclub que tiene como rey a Jason Statham. El problema es que donde el calvo británico y malhablado ni se lo piensa a la hora de empezar a repartir su particular carisma, hasta el punto de que todas sus películas parecen la misma sólo que con un montaje diferente, Johnson ha optado esta vez por un papel radicalmente distanciado del que nos tiene acostumbrados: el de un padre de familia y empresario que se mea en los pantalones cuando le plantan una pistola en la cara. Sí, con sus dos metros de espalda y esa expresión de cacique del bloque de celdas reservado a los reos más peligrosos, el intérprete ha apostado por un rol principalmente dramático que sólo hubiese tenido sentido de haber estado encarnado por un actor que no parezca una figura de acción a escala real, sino todo lo contrario.

De primeras, la premisa de El Mensajero es tan rocambolesca que sólo podría estar ambientada en Estados Unidos y, para colmo, estar basada en hechos reales. Normalmente, este tipo de películas las protagonizan ex-agentes atormentados o padres de familia sumergidos en una espiral de violencia para proteger a los suyos. Aquí es el propio protagonista, enmarcado en el segundo grupo, el que acude a la policía para ofrecer sus servicios como action hero, buscándose él solito los problemas. La excusa parte de un trato que realiza con la Fiscal del distrito (Susan Sarandon, que hace 20 películas al año) para reducir la condena por tráfico de drogas a la que se enfrenta su hijo. El acuerdo es simple: cuantos más criminales traiga ante la justicia, menos años pasará el chaval entre rejas. Es decir, la trama no consiste en vengarse del narcotraficante de pacotilla que ha engañado a su primogénito y le ha hecho comer el pato; tampoco del jefe de esa banda criminal, algún adinerado capo que se enriquece gracias al dolor ajeno, sino de cualquiera que se cruce con la mole samoana y huela a porro. Far West style.

Ni siquiera merece la pena entrar en el mensaje politico-social de baratillo que ofrece la cinta, que bien podría llevarnos a pensar que está financiada por el propio gobierno y no por Participant Media (Syriana, El Soplón), porque estamos hablando de un proyecto que falla desde los cimientos, no digamos ya en sus pretensiones moralistas. Si por lo menos el protagonista adoptara una actitud determinante desde el comienzo, no ya fabricándose un traje de superhéroe o tatuándose una calavera en el pecho, sino simplemente comprándose una maldita pistola o incluso un bate de béisbol, hasta podría tener su gracia ver a Johnson acercarse a unos traficantes callejeros en busca de información. Por desgracia, su personaje ni ha comprado una pistola o bate ni parece recordar para qué sirve tener unos brazos de 30 kilos. Además, Dwayne Johnson no es Liam Neeson.

Luego tenemos por ahí a Barry Pepper (Salvar al Soldado Ryan, La Última Noche) dando vida a un intenso enlace con la policía para recordarnos que ese arte casi olvidado en el cine de acción llamado "interpretación" también existe, porque si todo dependiera del carisma de Johnson y Jon Bernthal (en la piel de un empleado del protagonista que le introduce en el mundillo) casi nos creeríamos que estamos en el zoo frente a la jaula de los gorilas. En el eje del mal, por desgracia, el panorama no es demasiado diferente. Por un lado tenemos a Benjamin Bratt encarnando al gangster latino de siempre en la medida en que se lo permiten las costuras tras la oreja, mientras que por el otro es Michael Kenneth Williams el que se autoparodia a sí mismo con un pandillero mawtafuca que no le llega ni a la suela de los zapatos a su Omar Little de The Wire o al Chalky White de Boardwalk Empire.

En resumen, hay poco donde rascar en El Mensajero más allá de su correctísima factura técnica, obra del especialista en escenas de acción reconvertido recientemente a director Rick Waugh (Tango y Cash, Desafío Total, El Último Gran Héroe), y del, quizás, pequeño síntoma de madurez de Johnson al aceptar un rol que no le permita enseñar brazo en cada escena y le obligue a recitar más líneas de diálogo que a dar puñetazos. Lo que sucede es que, haciendo un poco de memoria, el actor ya expandió hace años su registro con una mirada a la comedia de lo más agradecida en Be Cool, Superagente 86 o Los Otros Dos, una faceta que supo conjugar de manera inmejorable con su vertiente de pegón en ese entretenimiento de primera llamado El Tesoro del Amazonas. Pero claro, entonces no le importaba que le llamaran simplemente The Rock. Ahora que es Dwayne Johson, y siempre y cuando no estemos hablando de sagas megataquilleras con reparto coral (A Todo Gas, G.I. Joe), tiene más ganas de hablar que de soltar sopapos. Otra cosa es que a nosotros nos apetezca escucharle.

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dokhot

Sin spoilers

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http://noelgallardo.wordpress.com/2013/06/07/snitch-el-mensajero-critica/Leer más

Avatar de erjosu9

erjosu9

6,1

The Rock, el camionero

2007 jun 2013

Con spoilers

Tenía unas altas expectativas en esta película ya que soy un fan acérrimo de The Rock que poco a poco se ha ido convirtiendo en un actor muy querido gracias al carisma que está cosechando y su inmensa legión de fans lo agradecen. Si bien creo que el actor cambia de registro a falta de ver algunas películas (La vida en juego, Southland Tales y Be Cool) ...Leer más

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