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EL LEGADO

'El Padrino': Recorrido a toda una saga

Repasamos una de las franquicias clave en la historia del cine con motivo del 40 Aniversario de su estreno oficial en los cines de Estados Unidos.

Por Hugo Rosales 24 de Marzo 2012 | 12:00

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Hoy se cumplen 40 años del estreno oficial en cines de la primera entrega de 'El Padrino'. Una saga que mantiene su vigencia cuatro décadas después, consagrada como una de las mejores aportaciones a la historia del cine tanto para el público como la crítica. Iniciamos un repaso a una obra maestra que estuvo a punto de no llegar a serlo.

La saga 'El Padrino' cumple 40 años

La producción

Numerosa mitología ha rodeado siempre a la adaptación de la obra de Mario Puzo, y cierto es que Francis Ford Coppola se enfrentó a numerosas complicaciones durante su desarrollo. Pero para comprender la magnitud de los hechos, es preciso remontarse a inicios de los años 70 y a la situación financiera y de aceptación popular del cine en aquellos tiempos. Hollywood no solo se enfrentaba a un cambio, la irrupción de la televisión y el desgaste del sistema de estudios la había condenado a una posición más que delicada pues el público le estaba dando la espalda. Paramount no escapaba a esa realidad, una compañía prácticamente en quiebra que, aliviada momentáneamente por el éxito de 'Love Story', pretendía copiar su modelo: adaptar la novela número 1 en el país en ese momento. Lo que no esperaban es que 'El Padrino' no solo generó grandes beneficios, salvó a la compañía y se convirtió en una de las obras de referencia de la historia del cine.

Sin embargo, el proceso de preproducción fue una travesía por el desierto, ninguno de los grandes directores de la época querían aceptar el encargo de adaptar el best seller de Mario Puzo: un pastiche de las historias del cine negro con subtramas cercanas al culebrón. Ni siquiera Coppola estaba interesado en ella, pero la situación apremiante de su productora American Zoetrope tras la financiación de la ópera prima de George Lucas, 'THX 1138', contribuyó a ello. Y la realidad es que el tono crepuscular y shakesperiano del material lo fue atrapando tanto que ya no pudo escapar, la obra maestra ponía su primera piedra.

El reparto de El Padrino. Parte I

Coppola se trataba de un director joven, sin grandes éxitos (aunque acaba de ganar el Oscar por el guión de 'Patton') y cuya visión chocaba con la de los grandes dirigentes de Paramount, que buscaban una peli contemporánea de escaso presupuesto y valor que simplemente generara ingresos rápidos. El camino fue largo y tormentoso, pero el cineasta italoamericano terminó imponiendo su criterio: una peli de época, con holgada financiación y rodada en Nueva York. Problemas similares surgieron con el reparto; Francis exigió en el papel protagonista a Marlon Brando, leyenda de la actuación con una perniciosa fama de conflictivo, con lo que el estudio exigió tres condiciones, convencidos de que el ídolo no aceptaría: hacer una audición, cobrar el salario mínimo y hacerse cargo de todos los gastos que generaran sus desplantes. Sorprendentemente, Brando no solo aceptó sino que su magnética interpretación encandiló a los productores y luego a la audiencia. Algo que se repitió con el resto del grueso del elenco: Al Pacino, un actor desconocido en ese instante, no encajaba con el prototipo de joven rubio y apuesto que señala la novela (que recuerda a nombres como Robert Redford) pero terminó de convencer tras la escena del asesinato en el restaurante; únicamente se quedó fuera un joven italoamericano llamado Robert de Niro para el papel de Sonny. El estudio exigió a James Caan, más conocido por la audiencia, algo que no debió disgustar a Coppola puesto que ya había trabajado con el actor y pudo reservarse a De Niro para la segunda entrega como un joven Vito Corleone.

El rodaje

Los problemas no desaparecieron al iniciarse las grabaciones, más bien se intensificaron. Los productores ejercieron enorme presión a un Coppola, que hasta mitad de rodaje temió que fuera sustituido, un proceso titánico que vio sus frutos una vez terminado. Buena parte del éxito fue gracias al guión de Coppola en colaboración con Puzo, paradigma de la adaptación perfecta. El director siguió una peculiar técnica a la hora de elaborar el libreto de la película: una lectura inicial con detenimiento en la que realizaba anotaciones en todas las páginas que contaban algo relevante, para posteriormente arrancar esas hojas y pegarlas en su archivador; sólo trabajaba con eso. No empleaba el libro, pero contaba con todo lo que necesitaba, y así clasificó el material en función de diferentes criterios: sinopsis, elementos importantes, contexto histórico, imagen y tono, problemas a la hora de adaptar... lo que llevó a Coppola a escribir el borrador inicial para luego colaborar con Puzo en el acabado, de una forma bastante libre e independiente pero siempre con la aprobación del autor. Esta forma de trabajo llevó a la película a eliminar subtramas prescindibles (los que hayan leído el libro recordarán que buena parte de su contenido incluye las morbosas aventuras del personaje del cantante Johnny Fontane, totalmente alejadas del núcleo principal de la historia) y condensar el grueso principal con una sutileza elogiable que guarda fidelidad con lo verdaderamente esencial de la novela.

Francis Ford Coppola, director de la saga El Padrino

En Paramount no estaban contentos con el resultado, así que estaban dispuestos a modificar bastantes cosas en postproducción. La película era muy larga, y no aceptarían un metraje superior a un par de horas, como así recordaron a Coppola, quien les mostró un montaje tan simplificado que tuvieron que aceptar la versión de 170 minutos. Por otra parte, la fotografía era demasiado oscura, algo en lo que Gordon Willis, responsable de la misma, no cedería hasta llegar a un acuerdo con el estudio, como así ocurrió con la excelente banda sonora compuesta por Nino Rota, músico de confianza de toda la carrera del reputado director italiano Federico Fellini. La cuidada dirección artística recreaba a la perfección el ambiente de la época, pero tampoco se libró de las reticencias de la Paramount. Decorados y vestuario encarecieron sobremanera el presupuesto, que del previsto millón de dólares pasó a unos desorbitados 6 millones. Inversión que luego demostraría su acierto, la película funcionó mucho más alla de la simple rentabilidad, arrasó en taquilla.

Recepción y legado

'El Padrino. Parte 1' se estrenó oficialmente en Estados Unidos el 24 de marzo de 1972 y fue todo un fenómeno de la época. A recaudación de más de un millón por dólares por día durante las primeras semanas (las colas en las taquillas eran kilométricas) superó holgadamente los 100 millones de dólares al final de su recorrido comercial en Estados Unidos y rozó los 250 millones en todo el mundo, a lo que se sumó una excelente recepción de la crítica para ganar 3 Premios de la Academia: Mejor película, mejor actor principal (Marlon Brando) y mejor guión adaptado. Logros de los que su secuela, 'El Padrino: Parte II', no se alejó en demasía. A pesar de que no consiguió tanta aceptación popular, su realización fue más que rentable comercialmente y las reticencias iniciales a nivel de crítica se fueron diluyendo para ganar 6 Oscar: mejor película, director, guión adaptado, actor secundario (Robert de Niro), banda sonora y dirección artística. El tiempo ha colocado a esta continuación podríamos que decir que a nivel de la primera y ambas películas están aceptadas entre los títulos más reconocidos de la historia del cine.

La realización de 'El Padrino: Parte III' merece una reflexión particular. Coppola había atravesado un periodo de penurias de económicas en los años 80 tras el fracaso comercial de 'Corazonada', lo que lo obligó a aceptar trabajos de encargo durante toda esa década. Decidido a aliviar de una vez por todas su situación financiera, aceptó una continuación que, de todos modos, funcionaría a modo de epílogo, separada del núcleo de las dos anteriores y que llevaría por título 'La muerte de Michael Corleone'. Algo en lo que Puzo estaba de acuerdo, pero no la Paramount, que exigió la etiqueta del sello de la saga 'El Padrino'. Masacrada por la crítica durante su estreno, lo que no impidió que fuese nominada a 7 premios Oscar, buena parte de las iras se cebaron con la terrible interpretación de Sofia Coppola. Sin embargo, con el paso de los años han ido surgiendo voces defensoras hacia esta entrega, que si bien es claramente inferior a sus predecesoras, es poseedora de una calidad bastante apreciable que incide en el tema de la familia.

La familia, parte importante en la saga

Y es que la familia es núcleo esencial de esta saga, con unos personajes que se sitúan como antihéroes pues sus reprobables actos buscan como fin defender a los suyos. Algo a lo que no escapa la figura de Coppola, y es que son evidentes las reminiscencias de la vida personal del cineasta dentro de la propia franquicia, con un Michael Corleone que, pongámoslo entre comillas, es una especie de alter ego de su persona. Coppola con la realización de 'El Padrino: Parte III', también buscaba una especie de redención, liberación, tanto cinematográficamente como a nivel personal. La trágica muerte de su hijo mayor Gian-Carlo aún estaba fresca en su memoria y esta historia contribuyó a enterrar su dolor, de ahí surge el personaje de Mary Corleone y su funesto final, al que la inesperada renuncia de Wynona Rider llevó a su hija Sofia al papel, una discutible interpretación que, sin embargo, puede que a Francis le resultara inevitable.

De todos modos, la tercera entrega no empaña el legado de la saga, la cual renovó los mecanismos de Hollywood previos al fenómeno blockbuster con 'Tiburón', y ya forma parte de la cultura popular. Citas y personajes han traspasado la pantalla, en una película que actualizó los códigos del género de cine negro y la visión del espectador hacia la mafia (término que se evita en la franquicia) puesto que sus protagonistas actuaban según sus creencias, lo que les dotaba de cierto atractivo. No es un film maniqueo que pretenda implantar una enseñanza moral (moraleja) como era habitual y distinguible en el cine negro clásico. La saga 'El Padrino' es todo un hito de nuestra época que hoy cumple 40 años. Mis felicitaciones, Padrino.

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