å

CLUB DE CINE

'Sweeney Todd': Un Burton siniestro y melódico

Tim Burton adapta primorosamente al cine un violento y atípico musical de Stephen Sondheim, en el que fue su sexto trabajo junto a Johnny Depp.

Por Jorge R. Tadeo 10 de Mayo 2012 | 13:00

Comparte:

Ver comentarios (15)

En la víspera del estreno de 'Sombras tenebrosas' y antes de recuperar nuestro especial de mayo dedicado al Festival de Cannes, repasamos una de las películas más aplaudidas de Tim Burton. El cineasta de Burbank luchó durante años por llevar a la gran pantalla el fascinante musical 'Sweeney Todd' de Stephen Sondheim y Hugh Weller, una producción estrenada con gran éxito en Broadway en 1979, con Angela Lansbury y Len Cariou en los papeles protagonistas y galardonada con 8 premios Tony (los Oscar del Teatro), que estaba basada a su vez en una obra dramática de 1973 escrita por Christopher Bond.

La acción de 'Sweeney Todd' está situada en el siglo XIX en los barrios bajos de Londres, con unos ambientes tétricos por los que desfilan personajes oscuros y excéntricos que casan a la perfección con el imaginario siniestro del Burton más oscuro ('Sleepy Hollow', 'Batman'). No era la primera incursión del cineasta en el musical, pues son bien conocidas sus dos maravillas animadas: la extraordinaria 'Pesadilla antes de Navidad' y la entrañable 'La novia cadáver'. Pero sí era la primera vez que lo abordaba en imagen real y sin contar con su mano derecha, el compositor Danny Elfman, pues se apoya en este caso en las canciones originales de Stephen Sondheim, autor de otros musicales de gran éxito como 'Follies' o 'West side story'.

 Depp y Rickman

Y es precisamente la brillantez de las magníficas canciones de Sondheim, que permanece intacta en el traslado a la pantalla de cine, junto a la impactante fuerza visual que le imprime Burton a las imágenes del film, lo que consigue que el film funcione magníficamente, gracias también a un reparto en el que Johnny Depp está notable (y sorprende con una voz más que aceptable), pero la enorme sorpresa es una sublime Helena Bonham Carter, que aprovecha el papel de la Sra. Lovett que Burton (esposo de la actriz) le pone en bandeja, para ofrecer al espectador su mejor trabajo en pantalla hasta la fecha.

El barbero y su venganza

El film cuenta la historia de una venganza, con ciertos ecos del clásico 'El conde de Montecristo'. Benjamin Barker (Johnny Depp), es un buen hombre que se gana la vida como barbero en un humilde local de la Calle Fleet, felizmente casado con su esposa Lucy y con una hija recién nacida llamada Johanna, que ve como el capricho del poderoso Juez Turpin (Alan Rickman) por su mujer, hará que le arrebate a su familia por la fuerza y le condene a 15 años de prisión, durante los que adquirirá una nueva identidad, la de Sweeney Todd, cuyo único objetivo será la venganza.

Todo esto lo conocemos en el magnífico arranque del film, que logra con el encadenamiento de los temas 'No place like London' y 'A barber and his wife' poner en situación rápidamente al espectador y hacerle partícipe de los deseos de vendetta del protagonista. La historia sigue ganando interés con la irrupción en escena de la Señora Lovett (Bonham Carter), que regenta una tienda donde cocina nauseabundos pasteles de carne y que siente una gran atracción por el barbero. Lovett se convertirá en cómplice de su venganza a la vez que intentará conquistar al barbero (y juntos nos dejarán momentos musicales tan magníficos como 'A Little Priest' o 'By the sea').

 Depp y Bonham Carter

Falla sin embargo, y es quizá el mayor lastre del film, la indecisión de Burton, o más bien del guionista John Logan, a la hora de apostar firmemente o renunciar a una trama secundaria que ejerce durante buena parte de la película de esqueleto central, para acabar extrañamente relegada y sin un desenlace claro. Hablo del romance del joven Anthony (Jamie Campbell Bower) pupilo de Todd y Johanna (Jayne Wisener), la hija de este, a la que el Juez Turpin mantiene cautiva en su casa. Aparte del precioso tema musical que lleva el nombre de la joven, esta subtrama no aporta demasiado, interrumpe el ritmo y carece de la fuerza que sí posee la historia de Todd y Lovett.

Tampoco aporta mucho más que un mero alivio cómico un tanto grotesco, el breve episodio del enfrentamiento de Sweeney con el farsante Adolfo Pirelli, interpretado por el siempre excesivo Sacha Baron Cohen. Sin embargo, de esta subtrama surge un nuevo filón dramático excelente para la historia por medio del personaje de Toby, ese niño perdido, un tanto dickensiano, que hallará refugio en la señora Lovett, a la que tratará de proteger de la creciente locura violenta de Todd, sin demasiado éxito. Toby (un muy destacable Edward Sanders) y la señora Lovett, nos regalan el clímax emotivo del film interpretando la maravillosa 'Not while I'm around'.

 Depp como Sweeney Todd

La película, impecable artísticamente (la oscarizada dirección artística de Dante Ferretti, el vesturio y la fotografía son excelentes) y con una lograda atmósfera oscura y envolvente, va mostrándonos entre magníficas canciones ('My friends', 'Epiphany', 'Wait') la deriva hacia la locura de Todd, provocada por sus crecientes ansias de venganza, mientras el espectador va acercando sus emociones y su empatía a la señora Lovett, que se convierte en testigo directo de la paulatina pérdida de la razón de un protagonista cegado por la ira. Sin embargo, en una sorprendente deriva final, el espectador quedará huérfano de referentes, pues todos los personajes se verán condenados al dejarse llevar por sus emociones más primarias, desembocando en un desenlace que no puede ser más trágico y violento. Digno de una tragedia shakespiriana y rematado por Burton con un último plano sencillamente sublime.

'Sweeney Todd' es por tanto una obra mayor del irregular pero siempre interesante Tim Burton. Aunque también, por su frialdad y su condición de musical, sea también una de las películas que genere pasiones entre un grupo más reducido, pues suele captar el cineasta más adeptos con sus cuentos coloristas como 'Eduardo manostijeras', 'Big Fish' o 'Charlie y la fábrica de chocolate'. Pero parece que el riesgo y la fuerza de 'Sweeney Todd' comienza a echarse de menos en los últimos trabajos del cineasta, que esperemos recupere la senda de aciertos que lo ha colocado con merecimiento como uno de los talentos más singulares y destacados de Hollywood en las últimas dos décadas.