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CRÍTICA

'Ted': El deseo de todo niño grande

Seth MacFarlane utiliza todos los recursos que le han hecho ser un éxito en la pequeña pantalla para presentarnos una oda a la inmadurez y al colegueo repleta de chistes verdes y cultura pop.

Jesús Agudo
Por Jesús Agudo Más 4 de Agosto 2012 | 08:48
El redactor más veterano de esta web. Palomitero y fan de que las series estrenen un capítulo por semana.

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La transgresión es un arte. Soltar una retaíla de palabras malsonantes y chistes verdes no asegura el éxito, ni mucho menos. Se puede ser muy cutre recurriendo al "lado travieso" de la comedia, y sólo unos pocos son capaces de hacer productos de calidad dejando al resto a la altura del betún.

Ted

Seth MacFarlane ha sabido meterse en el segundo grupo con esa firma personal que tienen sus series, 'Padre de familia' y 'American Dad'. Y lo consigue porque, a pesar de que estos dibujos animados no están (nunca) destinados a los pequeños de la casa, el propio MacFarlane es la definición de "niño grande". Ese toque de inocencia que se deja ver entre tanto famoso ridiculizado es lo que sorprende de 'Ted', su primer trabajo en la gran pantalla con actores reales. El osito de peluche es tan irreverente como sus otros personajes, pero también es el reflejo de lo mucho que disfruta MacFarlane con su sátira pop, el alma dentro de la grosería.

En 'Ted' conocemos a un niño que no tiene amigos, y por eso pide que su juguete cobre vida para ser amigos para siempre. El deseo se cumple, y ya con más de 30 años, John y Ted son inseparables. Algo que no hace mucha gracia a Lori, la novia de John, que cree que su pareja no es capaz de madurar por culpa de su oso de peluche.

MacFarlane sabe que 'Ted' no podía ser un capítulo largo de alguna de sus series, razón por la que, en parte, se atreve con un poco de sentimentalismo y rebaja la intensidad de sus bromas para contar, ante todo, una historia sobre la madurez, el amor y la amistad. ¿Es capaz? Como sólo él sabe, de forma muy entretenida y desternillante.

Ted
No es la típica comedia al uso, gracias precisamente a esos flashbacks, apariciones estelares de famosos con mucho sentido del humor (sobre todo va por ti, Ryan Reynolds) y chistes atacando a las minorías, esos que están muy mal vistos pero que luego levantan más carcajadas en la sala. El director ha sabido extrapolar la estructura de sus trabajos televisivos para adaptarlo a televisión.

Su personaje es el alma de la película, gracias en gran medida a la lengua viperina del propio MacFarlane, que se convierte en el relleno perfecto para el peluche, robando todo el protagonismo a Mark Wahlberg (que sigue con el carisma perdido en algún lugar muy lejano) y limitando a Mila Kunis a sacar a relucir su encanto natural con personajes bastante planos. A quien hemos ido a ver es a Ted, más aún cuando la animación es bastante aceptable.

MacFarlane en estado puro

La historia no deja de ser la típica riña de parejas sobre la inmadurez de uno y su relación con los "amigotes" (en este caso de peluche). El oso refleja lo que todo el que entre en la sala quiere experimentar: la risa de un niño cuando oye una simple palabrota. 'Ted' es puro surrealismo, como todo el trabajo del director. Sólo él puede conseguir que no sea raro ver a un peluche que habla y se enrolla con una rubia despampanante, ni que haya sido capaz de resucitar a 'Flash Gordon'. El único toque "real" dentro de la situación absurda es el fugaz paso por la fama de Ted, canalizado en el fan obsesivo que es Giovanni Ribisi en un papel bastante corto pero destacable.

Es de suponer que, visto lo visto, cualquier crítico de las series de MacFarlane no pisará un cine para ver su película. Si dudan, prueben a ver algún capítulo de sus series antes, porque seguirá encantando a los que le adoran y seguirá repugnando a sus detractores. 'Ted' es MacFarlane en estado puro, y si uno no disfruta con su humor aparentemente básico pero lleno de dobles sentidos, no verá más que una comedia cutre y chabacana. Los demás, los que también sabemos ser niños grandes, saldremos sabiendo qué regalo pediremos en las próximas Navidades.

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