La grandeza tiene siempre sus ventajas y sus inconvenientes. Una vez uno se hace un nombre, el listón estará cada vez más alto y ni el público ni los profesionales pasarán por buena cualquier cosa. Pixar puede (y está) sufriendo por ello "gracias" a 'Brave (Indomable)'. Sin embargo, en opinión de un servidor, el linchamiento es muchas veces injustificado.
Los del flexo han tenido una racha que ya quisieran muchos con absolutas joyas de la animación como 'Wall-E', 'Up' o 'Toy Story 3'. Ninguna otra cinta de la competencia, ni de sus hermanos de Disney, puede llegar al nivel de ellas, eso es innegable. En las dos primeras, la originalidad cobra vida a través de sus dibujos. ¿Quiere esto decir que 'Brave' no está a la altura? Diseccionemos el primer cuento clásico de Pixar y veamos si, realmente, no es digno de llevar la firma del estudio.
Merida es la joven heredera de un reino de Escocia, y como tal ha sido educada por su madre para convertirse en una princesa refinada, dueña de su castillo. Ella no quiere cumplir su destino. Prefiere correr con su caballo por las Highlands, explorar y practicar con su arco. Así que decide pedir ayuda a una anciana bruja para que cambie su destino, y el de su madre.
Partamos de una obviedad total: 'Brave' es visualmente impresionante. Con los avances de la tecnología y el saber hacer de los de Pixar, los planos de Escocia, sus bosques y colinas son de una belleza sólo superada por las propias Highlands. Lo mismo ocurre con los personajes. La película cuenta con muchos planos llenos de gente, situaciones que consiguen superar sin problemas, al igual que el diseño de los personajes principales.
Dejando huella en el "Érase una vez"
Pixar ha querido meterse de lleno en un cuento clásico. Mientras que unos tacharán esta decisión como intrusismo por parte de Disney o de falta de originalidad, ¿en qué momento se han metido en el mundo de las princesas? Si hay alguien que tiene carta blanca para hacer la película que les plazca es a ellos, sobre todo si el resultado es 'Brave'.
Pocos peros se le podría encontrar a la cinta de no ser por el pasado del estudio. Merida es un personaje lleno de fuerza con una historia que contar. Las relaciones madre-hija y la moraleja de que ambas tienen que saber ponerse en la piel de la otra para entender sus necesidades se plasman en un cuento con muchos toques de misticismo, emoción y ternura. Pixar consigue dotar de alma y de su sello propio a un planteamiento aparentemente típico. No será la historia más compleja (chicas rebeldes hemos visto ya unas cuantas, y el "giro" mágico de la película se ve venir desde las primeras escenas), pero no deja de ser un cuento, pensado para enseñar una moraleja a un niño y los del flexo consiguen, de nuevo, que disfrute hasta el adulto.
Aunque no se puede negar que no llega directa al corazón como el robot recoge basuras o el anciano de la casa de globos, consigue sacarnos una sonrisa y sumergirnos en la niebla misteriosa de las tierras del norte de Gran Bretaña, algo que no se puede decir tan a menudo. Si el apartado visual, además de una gran banda sonora con toque celta, no se queda corto y sube un peldaño, ¿es que Pixar no puede simplemente comenzar con un "Érase una vez"? Quizás no, menos después de 'Cars 2', pero seguiré pensando que ya les gustaría a muchos poder ofrecer un trabajo con tanto sentimiento como lo hacen ellos.
