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CLUB DE CINE

'Con faldas y a loco': Marilyn en la gran comedia americana

Billy Wilder otorga 'en bandeja de plata' a Monroe un guion brillante y un papel a medida, en el mejor film protagonizado por la actriz.

Por Jorge R. Tadeo 9 de Agosto 2012 | 12:30

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Completamos nuestro particular homenaje a Marilyn Monroe, de cuyo fallecimiento se cumplieron el pasado domingo 50 años, recordando la que muy probablemente fuese su mejor película, la deliciosa 'Con faldas y a lo loco' (discutible traducción a nuestro idioma del original 'Some like it hot', que utilizaba el 'hot jazz' para hacer un juego de palabras) del maestro Billy Wilder, una de las cumbres de la comedia clásica norteamericana.

El genial Wilder, que nos ha dejado obras maestras de la talla de 'El crepúsculo de los dioses', 'El Apartamento' o 'Testigo de cargo', dio rienda suelta aquí a su lado más jovial junto al guionista I.A.L. Diamond, para diseñar un divertimento que roza la perfección. Y es que Wilder, sin renunciar a rasgos de autor desde la escritura y la direccion, no se olvidaba del gran público, haciendo productos destinados a la mera diversión, sin dejar por ello de cuidarlos hasta la última línea de guion... de ahí su brillantez.

 Curtis y Monroe

Y es que resulta muy fácil para cualquier tipo de espectador (incluso para esos jóvenes cinéfilos reacios a ver cine clásico en blanco y negro) disfrutar de lo lindo con esta comedia imperecedera en la que Jack Lemmon y Tony Curtis dan vida a dos músicos mediocres que, en tiempos de la Ley Seca, huyen de la mafia fingiendo ser mujeres para poder incorporarse a una banda femenina de jazz, en la que conocen a la dulce y sexy Sugar Kane (una atractiva y divertida Marilyn Monroe con un papel hecho a su medida, canciones incluidas). Una premisa totalmente delirante de la que van brotando instantes de humor glorioso, fruto de la extraordinaria labor de guion de Wilder y Diamond y de la absoluta entrega y complicidad entre sus excelentes protagonistas.

Reparto en estado de gracia

Tony Curtis se muestra sorprendentemente elegante como "mujer" y totalmente arrebatador como hombre, mientras Jack Lemmon es un torbellino de gracia en un papel memorable (mereció una nominación al Oscar, estatuilla que se llevaría al año siguiente por la más amarga, pero igualmente excelente, 'El Apartamento', de nuevo con Wilder). En cuanto a Marilyn, se la ve cómoda en el divertimento, en la piel de chica ingenua y poco consciente de su encanto que no parece alejado del carácter de la propia actriz, que demuestra una gran química con Curtis e interpreta con desparpajo un par de números musicales hechos a medida.

Lemmon y Curtis

Escenas como la de los dos protagonistas rodeados de sus compañeras de banda en las literas del tren, el montaje paralelo del tango que se marca Lemmon con el ricachón Osgood (un inconmensurable Joe E. Brown) mientras Curtis trata de conquistar a Monroe en el camarote o el memorable dialogo que cierra el film (ya se sabe, "nadie es perfecto"), dibujan una sonrisa en la cara con su mero recuerdo y absolutas carcajadas en cada visionado de esta comedia en estado de gracia, cuyo rodaje no iba a resultar sin embargo tan divertido para el maestro de ceremonias Wilder.

Y es que la relación entre el director y su estrella femenina fue bastante tormentosa. Cuatro años antes habían rodado juntos 'La tentación vive arriba', célebre por la escena de Lexington Avenue en la que la ventilación del metro le levantaba a Marilyn la falda. Pero la experiencia en 'Con faldas a lo loco' haciendo frente a los caprichos y descuidos de la actriz en el rodaje, iba a desgastar tanto a Wilder, que el realizador deja perlas como esta sobre Monroe: "Marilyn no necesita lecciones de interpretación, necesita ir al colegio Omega, en Suiza, donde se imparten cursos de puntualidad superior". Y preguntado en su momento sobre la posibilidad de repetir con la célebre rubia, afirmaba: "lo he discutido con mi médico y mi contable, y me han dicho que soy demasiado viejo y demasiado rico para someterme de nuevo a una prueba semejante".

 Marilyn

Pero la magia del cine hace que de rodajes tormentosos puedan salir películas imponentes, basta recordar 'Casablanca' o 'Lo que el viento se llevo'... Y 'Con faldas y a lo loco' es un nuevo ejemplo; una comedia brillante, con mucha chispa e ingenio, actuaciones excelentes, buena música y un final desternillante. Lo decía el propio Wilder: "si una película consigue que alguien olvide por dos segundos que ha aparcado mal el coche, que no ha pagado las facturas o que ha discutido con su jefe, entonces el cine ha alcanzado su objetivo". Y a fe que esta estupenda comedia lo logra con creces.

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