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CLUB DE CINE

'Los otros': el cuento gótico de Amenábar y Kidman

Ahora que 'Lo imposible' arrasa en todo el país, reseñamos la que, a día de hoy, aún es la producción española más taquillera de la historia.

Por Jorge R. Tadeo 16 de Octubre 2012 | 11:40

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Tras alcanzar el éxito con sus dos primeras y muy estimables películas, se esperaba con ganas el proyecto internacional de Alejandro Amenábar, un guion que había nacido con pretensiones más modestas, pero que tras caer en manos de la productora Paula Wagner, habitual socia de Tom Cruise, acabaría cristalizando en una coproducción con capital norteamericano protagonizada por Nicole Kidman, en aquel entonces casada con el actor y con una cartera de proyectos un tanto escasa. El propio Cruise (productor ejecutivo de la cinta) adquiriría además los derechos para poder rodar el remake de 'Abre los ojos'. El resultado: la inferior 'Vanilla Sky'.

'Los otros' supuso la confirmación de Amenábar como casi único (en aquel momento) adalid de un cine español de género que miraba cara a cara a las cintas fantásticas de Hollywood en cuanto a calidad de producción, pero que le daba mil vueltas en inteligencia y sofisticación. En ese sentido, Amenábar, a pesar de que su guion es de finales de los 90, se adscribe con 'Los otros' a la moda pujante del terror psicológico, que un año atrás había puesto de moda la excelente 'El sexto sentido' (pena de desenlace casi mimético...). Eso sí, en el film de Amenábar, la ambientación gótica y de época (la historia discurre en la Gran Bretaña de los años 40), con ecos de las novelas de Henry James, ejerce de elemento sugestivo y claramente diferenciador.

'Los otros': el cuento gótico de Amenábar y Kidman

La película, hábilmente escrita, estupendamente ambientada, elegantemente dirigida y magistralmente protagonizada por Nicole Kidman, es sin lugar a dudas una de las mejores muestras de horror psicológico de su década. Un cuento de fantasmas que transcurre en un oscuro caserón inglés, con niños enfermos, ama de llaves sospechosa, jardines nebulosos, apariciones fantasmales y ruidos en el piso superior... Son lugares comunes del género, con los que el director juega hábilmente para crear una atmósfera envolvente, que mantiene al espectador clavado a la butaca, mientras va desgranando pistas sobre las claves de su misterio, haciendo al público partícipe de la búsqueda de la verdad por parte de los niños protagonistas (por cierto, magníficamente dirigidos).

La australiana Nicole Kidman, que como curiosidad rodó el film en pleno proceso de separación con Cruise y justo después de lesionarse una rodilla rodando 'Moulin Rouge', lleva el peso de la película con un recital interpretativo en la piel de Grace, una mujer (ultrareligiosa) que cuida de sus hijos fotosensibles en un caserón británico en el que no permite que entre la luz en ningún momento para proteger a los pequeños. Lo hace sola, puesto que su marido no ha vuelto desde su marcha al frente en la Segunda Guerra Mundial, pero ella sigue esperando su regreso. El ama de llaves y el resto del servicio han abandonado la casa por circunstancias desconocidas, pero tres nuevos ayudantes llegarán a la casa en la que Grace y los niños comenzarán a notar la presencia de extraños a los que sin embargo no pueden ver...

'Los otros': el cuento gótico de Amenábar y Kidman

Suspense a media luz

Amenábar, ofrece una trama sugestiva, heredera del 'Suspense' de Jack Clayton y de la clásica 'Al final de la escalera'. Un misterio que engancha y funciona desde su detallada y pausada presentación del entorno y sus protagonistas, que logra meter al espectador en el centro del miedo, hasta su coherente giro final. Pero lo que eleva su historia es el estilo con el que rueda en esa mansión, la tensión que logra crear sin recurrir a truculencias, echando mano de un suspense clásico y elegante que atemoriza con recursos tan sutiles como el crujir de las escaleras, un piano que comienza a tocar en medio de la noche, una frondosa niebla en el exterior de la casa o el rostro desencajado de Kidman atravesando los pasillos a la tenue luz de una lámpara de gas. Todo acompañado por una inquietante y sobria banda sonora del propio Amenábar. Un logro más de este cineasta todoterreno.

'Los otros' supone además en la filmografía de Amenábar el cierre de una magnífica trilogía de cine fantástico y el comienzo de otra que podríamos calificar de "cine anticlerical", continuada por su encendido alegato en favor de la eutanasia en la dramática y oscarizada 'Mar adentro' y su defensa de la ciencia frente al extremismo religioso en la infravalorada 'Agora', su proyecto más ambicioso hasta la fecha. En 'Los otros' Amenábar lanza sutilmente sus dardos contra la fe ciega de una madre que impide que "la luz" entre en su hogar, sometiendo a sus hijos a una férrea educación católica, lecturas diarias de la Biblia incluídas.

'Los otros': el cuento gótico de Amenábar y Kidman

Estrenada con cierta frialdad en la sección oficial del Festival de Venecia, el resultado final superó sin embargo todas las expectativas, con 25 millones de euros recaudados en España (aún hoy una cifra record en el cine de producción nacional) y sobre todo un excelente rendimiento internacional, liderando la taquilla en Australia, Francia o el Reino Unido y arrasando en Estados Unidos, donde obtuvo excelentes críticas, casi 100 millones de dólares de recaudación y una nominación al Globo de Oro para su actriz protagonista, a la que en nuestro país se le negó el Goya en favor de Pilar López de Ayala, en una de las decisiones más discutibles y tristemente chovinistas que se recuerden en nuestros Premios de la Academia, que sí otorgaron al film otros ocho galardones, incluyendo mejor película y dirección.

En definitiva, 'Los otros' no solo es un hito en el cine patrio, sino que supuso el pistoletazo de salida a la internacionalización del mismo y abrió el camino del éxito a una nueva generación de cineastas especializados en el cine de género, que han llevado al fantástico español a un momento extraordinariamente dulce, dentro y fuera de nuestras fronteras. Una película que (salvo un perdonable bache narrativo con el prescindible regreso del personaje del marido) funciona como un reloj en su objetivo de inquietar a su público, intrigarlo, asustarlo e incluso conmoverlo en su desenlace. Una película elegante, sofisticada y extremadamente efectiva.