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CRÍTICA

'The Purge: La noche de las bestias': Que tengas una noche segura

James DeMonaco dirige su segunda película, que se estrena en España con un reparto encabezado por Ethan Hawke, Lena Headey y Adelaide Kane.

Por Carlos Manuel Hernández Fernández 12 de Julio 2013 | 09:00

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'The Purge: La noche de las bestias' presenta un escalofriante e interesante argumento: 2022, el Gobierno de los Estados Unidos ha conseguido que el país pase por uno de los mejores momentos de su historia, erradicando casi al 100% el paro y logrando que los índices de criminalidad estén en mínimos históricos. Todo ello gracias a una ley que permite durante 12 horas al año, cometer cualquier crimen, incluidos los asesinatos. Ésta es la noche de La Purga, que se complicará para la familia protagonista cuando decidan ayudar a un extraño que llega a su casa pidiendo ayuda, y es una lástima que una idea tan original, no tenga un guión y dirección a la altura.

'The Purge'

Este ejercicio de clichés y poco presupuesto está dirigido por James DeMonaco, el cual es su segundo filme como realizador, y su reparto protagonista lo componen Ethan Hawke, Lena Headey, Adelaide Kane, Max Burkholder y Rhys Wakefield.

Ethan Hawke interpreta al patriarca de la familia, James Sandin, un empresario que se dedica a la venta de sistemas de seguridad para hogares, enfocado a convertirlas en fortalezas para salir con vida de La Purga. El actor se enfrenta a su papel de manera resultona, sin destacar especialmente, pero tampoco decepcionando como protagonista, más sabiendo que no nos encontramos con un musculoso protagonista, sino más con un hombre al que todo se le complica. Quizás la falta de conciencia que tiene en alguna ocasión sobre lo que ocurre a su alrededor, pueden ser algo irreales en cuanto a la imagen de padre protector, como por ejemplo, no salir corriendo en busca de su hija, pero que más bien de ello hay que culpar al guión, más que a la interpretación del Hawke, que como hemos comentado, es correcta.

La madre está interpretada por Lena Headey, la cual va perdiendo fuerza a lo largo de la película debido a unos diálogos que no dejan explotar del todo su valor como actriz. Aún así, Headey hace de su personaje el que más carga emotiva consigue transmitir de todo el reparto, que si bien no es difícil de superar, sí se agradece que en momentos logre hacer de su papel algo veraz, sobre todo en sus dilemas morales y en la protección de sus retoños. Una pena que en ciertos puntos de la cinta, sus decisiones son sean las más coherentes con la situación que viven los personajes.

'The Purge'

Y hablando de los pequeños de la casa, podemos abrir el libro de los clichés y estereotipos y, eligiendo páginas al azar, crear a los personajes encarnados por Adelaide Kane y Max Burkholder. En el caso de Kane, la hija mayor de la familia, será justo lo que tristemente, se espera de ella: vestida con su traje de colegiala durante todo el metraje, será la caricatura perfecta de "chica-pibón" que pasa sin pena ni gloria por pantalla, y cuyo comportamiento llegará a ser exasperante a lo largo de todo el camino.

Pese a ello, el plato fuerte lo tiene Burkholder. El joven actor, convertido en detonante de la historia, parece que no ha trabajado su personaje lo más mínimo antes de comenzar a rodar. Esto se nota cuando, dando por hecho que las noches de La Purga se celebran desde hace unos 10 años, y la edad del actor en el filme es de unos 14-15 años, quiere decir que toda su etapa consciente ha sabido lo que son Las Purgas, las ha vivido durante 10 años, y saben lo que causan. Teniendo este detalle básico en mente, es incomprensible ver en pantalla a un chaval que, incluso, llega a preguntar en voz alta "¿Qué está pasando?" cuando lleva una hora de metraje viendo las consecuencias de lo que, supuestamente, ha estado viviendo durante dos tercios de su vida. Es por ello que este personaje resulta irreal, sin carisma y, en momentos, incluso irrisorio.

Un caso a parte es el papel de Rhys Wakefield en la cinta. El actor, con su ensayada sonrisa durante todo el viaje, encarna al líder de los enmascarados psicópatas que tocan a la puerta de la familia protagonista. Su interpretación intenta ser un cruce entre Alex DeLarge de 'La naranja mecánica' y Paul de 'Funny Games'. Sin comentar la más clara influencia del personaje interpretado por Michael Pitt en el filme de Michael Haneke, lo que consigue Wakefield es un esbozo de niño-burgués-psicópata que, pese a tener algún discurso digno de aportar carisma a su personaje, no consigue darle una actitud genuina, por lo que acaba haciendo aguas, y pese a su lograda sonrisa, da mucho más miedo con la máscara, el cual tampoco es mucho.

'The Purge'

Partida en dos

Con el productor de 'Paranormal Activity' detrás de la película, se esperaba de ella algún punto de tensión memorable, o cuanto menos, paranoia bajo la luz de la linterna. Pero como conclusión, ni una cosa ni la otra. La cinta cuenta con dos partes muy diferenciadas: la primera de ellas más calmada, que busca el terror psicológico con poca iluminación y movimientos lentos, y la segunda parte, todo un festival de acción, tiros, hachas y ruido. Y si en individual, las escenas de "terror" no dan miedo, y las de acción están resueltas sin florituras ni sutileza. En la suma total, nos encontramos en la dirección de James DeMonaco un inexistente interés en innovar, lo cual es una pena, ya que las situaciones que podía provocar la historia daban pie para ello.

El guión, por otro lado, se queda muy corto y poco ambicioso ante una idea que, a priori, resulta tan atractiva. El no saber crear unos personajes creíbles, la moralidad masticada que expone, las situaciones cliché y la simplicidad de todo su argumento, provoca una enorme decepción para quienes esperaban una nueva muestra de cine de referencia para el género, que pese a tener una buena idea original, no ha sabido explotarla como lo merece.

Para finalizar, destacar que aún así el atractivo de su sinopsis puede atraer a su público, pero que no ha de ser muy exigente con 'The Purge', ya que no nos encontramos con lo que prometía ser en un primer momento, y su mayor virtud es ver alguna que otra muerte, las máscaras de los antagonistas, y sobre todo, las conversaciones y controversias que pueden surgir tras ver el filme sobre la moral, la sociedad, el futuro incluso, si se cumpliera la sinopsis del largometraje: una noche, 12 horas en las que todo está permitido. Estoy seguro que en los debates que puedan surgir de esta idea puede salir un guión mejor que el de este filme, así que no olviden apuntar sus ideas y enviarlas al productor, porque habrá segunda parte.