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CLUB DE CINE

'Invictus': Mandela y el juego de la política

Con motivo del 95 cumpleaños de Nelson Mandela, recordamos la notable 'Invictus' de Clint Eastwood, en la que Morgan Freeman interpreta al admirable mandatario sudafricano.

Por Jorge R. Tadeo 18 de Julio 2013 | 09:30

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Aunque algunos se lanzaran pronto a tildarla de convencional, 'Invictus', el enésimo acierto de ese maestro llamado Clint Eastwood, no es desde luego el biopic hagiográfico sobre Nelson Mandela que algunos podían temerse, ni siquiera un drama deportivo con el rugby como protagonista. Tampoco es una película política al uso, ni un retrato social minucioso de la Suráfrica post-Apartheid. Es difícil encuadrarla dentro de un solo género, pues toca todas las citadas temáticas sin decantarse claramente hacia una, lo cual supone a la vez su atractivo y su (leve) talón de Aquiles.

La película se basa en la novela 'El Factor Humano' de John Carlin , escritor y periodista británico que fue corresponsal jefe del diario The Independent en Sudáfrica entre 1989 y 1995, experiencia de la cual se nutre buena parte de su obra, que versa sobre la lucha contra el apartheid y la figura de Nelson Mandela, el cual lideró junto al último presidente del régimen impuesto por la minoría blanca, Frederik Willem de Klerk, una transición modélica a la reconciliación y la democracia en el país africano, que les valió a ambos el premio Nobel de la Paz en 1993.

'Invictus': Mandela y el juego de la política

Con este atractivo material de partida, adaptado al guion por Anthony Peckham, Eastwood vuelve a dar una lección narrativa y de oficio tras las cámaras. Con sorprendente eficacia -y a veces en tan sólo un par de pinceladas- el director nos va mostrando el carisma y arrolladora personalidad de Mandela (las relaciones con sus asesores o el primer cara a cara con François Pienaar lo reflejan muy bien), las tensiones políticas, la cercanía a la quiebra social de una nación polarizada y la fuerza del deporte como herramienta de unión de un país. Todo ello de un modo tan equilibrado y elegante como acostumbra el cineasta, hilando temáticas sin que quede la impresión de que pretenda abarcar demasiado.

'El dueño de mi destino, el capitán de mi alma'

Dentro de este inspirador fresco sobre la tolerancia, el perdón, la superación, la integración o la fuerza redentora del deporte, Morgan Freeman está estupendo (¿alguien lo dudaba?) dando vida a Mandela, aunque solo la versión original hace justicia al esfuerzo del actor en mimetizar incluso el peculiar acento de Madiba. También Matt Damon -nominado al Oscar, al igual que Freeman- está muy correcto como el capitán de los Springboks, la selección de rugby que logró un épico triunfo en el mundial del 95 consiguiendo en cierto modo unir los tensos lazos de la dividida sociedad sudafricana.

'Invictus': Mandela y el juego de la política

Muchos reprochan a Eastwood que le dedique demasiado tiempo a los partidos, pero al fin y al cabo, elleit motiv, tanto del film como de la novela, es el rugby y el interés de Mandela por él como herramienta política; o lo que es lo mismo, la conversión de un deporte de afrikaners en inesperado instrumento de unión. Lo que sí falla es cierta falta de garra de estas escenas deportivas, que parecen rodadas desapasionadamente por una segunda unidad. En cambio, perduran otros momentos, como la visita de Pienaar a la celda de Mandela en Robben Island, mientras escuchamos el inspirador poema de William E. Henley ("soy el dueño de mi destino, soy el capitán de mi alma").

El resultado final es una película notable, con muchas e interesantes cosas que contar, mucho que admirar en su personaje central y en el actor que lo encarna. Un buen traslado a la pantalla de una sagaz revisitación en clave deportiva de un hecho histórico que conviene recordar: la hazaña de un hombre que hizo del perdón, la tolerancia y la constancia, su bandera y unificó un país al borde de la guerra civil, enterrando un régimen salvajemente racista para dar paso a la democracia y la esperanza. Un gran hombre que merecía este buen homenaje a su figura y al que hoy deseamos una pronta recuperación de su delicado estado de salud en el 95 aniversario de su nacimiento.