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CRÍTICA

'El llanero solitario': "El que mucho abarca..."

Gore Verbinski consigue que el Far West luzca más bonito que nunca, pero al no acompañar un guión coherente, no termina de ofrecer el espectáculo que debería.

Jesús Agudo
Por Jesús Agudo Más 20 de Agosto 2013 | 09:00
El redactor más veterano de esta web. Palomitero y fan de que las series estrenen un capítulo por semana.

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Cuántas alegrías nos dio el trío Depp-Verbisnki-Bruckheimer cuando estrenaron 'Piratas del Caribe: La maldición de la Perla Negra'. Además de presentarnos a uno de los personajes más fantásticos del cine de aventuras reciente, devolvieron el brillo a un género tan muerto como el de los piratas. Si se podía confiar en alguien para resucitar el western, era en ellos. ¿Qué es lo que falla en 'El llanero solitario' entonces?

El llanero solitario

La película arranca en una feria ambulante, donde un niño visita una exposición sobre el Far West. Cuando se para en el diorama de un anciano indio, éste resulta estar muy vivo. No es otro que Toro, el legendario nativo que acompañó al mítico Llanero Solitario en sus aventuras. Así comenzamos a conocer la historia de John Reid, un aspirante a abogado que, tras "morir" y regresar, se convertirá en un ranger enmascarado al servicio de la justicia.

Mientras que con 'Piratas del Caribe' la inspiración era una simple atracción de los propios parques temáticos de Disney, con 'El llanero solitario' Gore Verbinski ha querido actualizar un personaje básico para la infancia de unas cuantas generaciones, pero desconocido totalmente para los niños de hoy en día. Y lejos de servir como reclamo, los mayores no encontrarán en el cine a su héroe enmascarado, y a los pequeños les dará igual quién es, ellos ya no juegan con caballos y revólveres.

Muchos verán como una afrenta que John Reid, que no temía a nadie ni a nada, se haya convertido en un cobardica y torpón jovenzuelo, que tiene que ser rescatado constantemente por su hermano, o su compañero de fatigas. Esa "evolución" en héroe no termina de funcionar, y deja patente uno de los grandes errores que el equipo ha cometido: Johnny Depp. Contar con un actor de esa talla como "el compinche" podía resultar demasiado extraña, pero apoyarse demasiado en la enésima caracterización de la locura por parte de Depp acaba arrastrando a la pareja, por mucho Toro que nos saque alguna carcajada. No es su película, es la de Armie Hammer, y no le permite ocupar el puesto protagonista que le corresponde.

[img=El llanero solitario]https://img.ecartelera.com/noticias/fotos/14700/14741/2.jpg[/imgi] Este punto negativo se veía venir desde hace mucho, pero obviamente no se hace mala una película por un detalle como éste. Y es que 'El llanero solitario' tenía el potencial para ser una superproducción estupenda, y lo llega a demostrar en pantalla. Por ejemplo, sus escenarios son de una belleza inigualable, y es que para empezar son reales. Verbinski vuelve a demostrar que es un as filmando aventuras, y la estética western está perfectamente lograda, dejando el apartado técnico en un más que sobresaliente lugar. La acción también es muy entretenida, con unas persecuciones a caballo, unos duelos y un uso magnífico del ferrocarril para aderezarla. La cinta cuenta con escenas totalmente espectaculares, pero eso sí, absolutamente sobradas, más tirando a 'Piratas del Caribe: En mareas misteriosas' que a la primera entrega. Algunos podrán verla como excesivamente difícil de creer, excesiva, y no andarán muy desencaminados en sus comentarios.

También es realmente destacable la banda sonora de Hans Zimmer, que homenajea al personaje y al género también con fanfarrias y sintonías que despertarán la nostalgia de los padres en la sala. En el apartado interpretativo, el villano de William Fichtner es una maravilla, toda la esencia de un forajido se deja ver en su Butch Cassidy. Una pena que Helena Bonham Carter haya sido tan desaprovechada en el camino.

Como podemos comprobar, hay mucho potencial para sacar la grandeza de 'El llanero solitario'. ¿Qué es lo que lastra a la película? Además de Johnny Depp, dos palabras: duración y guión. Son dos horas y media de película, difíciles de sacar adelante, pero en este caso se hacen realmente insufribles con parones en la acción que sólo nos dejan unas pocas escenas sueltas que merezcan la pena. Esta historia se podría haber reducido en metraje muy fácilmente, y no habría necesitado mucho más para lamerse las heridas y asestar el disparo en el centro de la diana.

Demasiados frentes abiertos

Pero hay otro problema mayor. El libreto es totalmente incoherente, dejando claro que, antes de que Disney cortara el grifo, la historia iba por otros derroteros totalmente distintos. ¿Por qué si no abrirían un arco argumental con unos animales algo sobrenaturales y nunca más tocarían el tema? Verbinski cae en el típico "el que mucho abarca, poco aprieta". 'El llanero solitario' cuenta el origen de los protagonistas, una anticlimática historia de amor polémica, venganzas personales, predecibles conspiraciones con la construcción del ferrocarril, las guerras entre los "blancos" y los indios... No se puede meter todo y esperar algo de lógica en el resultado. Si hubieran acotado mejor la trama, no tendrían que haber arrastrado un guión difícil de levantar.

Es realmente una pena que esta tríada de actor-director-productor no hayan preferido frenar y mirar qué hizo grande a su primera colaboración juntos. La historia mezclaba muy bien la aventura y el toque sobrenatural, y no se metía en camisas de once varas. Y 'El llanero solitario' ha demostrado que tenía el potencial de emular la suerte de la primera travesía de Jack Sparrow, pero el no acotar las ideas les ha llevado mostrar un conjunto de buenas escenas de acción que van como vagones en un ferrocarril sin rumbo, cruzando un bellísimo Far West que no se merecía este desaprovechamiento.