å

FESTIVAL DE SAN SEBASTIÁN

Arranca el Festival de San Sebastián 2013: El 61º Zinemaldia se viste de corto

La LXI edición del Festival de San Sebastián fue abierta con 'Futbolín', cinta de animación de Juan José Campanella, y siguió con 'La mirada del amor', película protagonizada por Annette Bening.

Por Adrián Peña 21 de Septiembre 2013 | 09:00

Comparte:

Ver comentarios (1)
Campanella y Arturo Valls en el Festival de San Sebastián 2013
Este viernes a primera hora de la mañana, arrancó la 61 edición del Festival Internacional de San Sebastián que reservó los vestidos de largo y el glamour para la gala inaugural de la noche a la que asistieron personalidades internacionales como Annette Bening, Oliver Stone o Terry Gilliam. Por la mañana tocaba vestirse de corto para recibir al argentino Juan José Campanella y su película de animación, 'Futbolín' (en España se estrenará como 'Metegol', título mucho menos acertado que el original), una historia de superación personal en la que el deporte rey, el fútbol, es, como dijo Campanella en la rueda de prensa, "el contenedor" del relato.

Aunque él mismo no se considera muy futbolero, todo aquel que se haya perdido un poco por la filmografía de Campanella sabrá que siempre aprovecha en casi todas sus películas para introducir el fútbol en la historia de una manera u otra porque, según considera, el fútbol es un deporte pasional que lo utiliza "para manifestar otras pasiones en la vida", afirmando que "'Futbolín' es tan de fútbol como 'Casablanca' es de guerra".

Se trata de la primera película de animación que inaugura el festival y, al mismo tiempo, es la primera producción argentina de animación en 3D. Quizás no era la película adecuada para inaugurar un festival internacional o, mejor dicho, quizás la crítica considera que el cine de animación aún no está a la altura del cine de imagen real. Sea como fuere, el director argentino ha creado un encantador filme que hará las delicias de todo amante del deporte rey con la innumerable ristra de ocurrentes chascarrillos futboleros y que podrá ser disfrutada, también, por todo aquel amante cinéfilo que goza como un niño cuando le cuentan una buena historia porque, detrás de ese toque fantastique y de aventura que tiene 'Futbolín', se halla una historia tan tradicional como excelentemente contada que reafirma a Campanella como un magnífico cuentahistorias.

Campanella y Arturo Valls en el Festival de San Sebastián 2013

'Futbolín' destila un aroma infantil por cada uno de sus poros. En palabras del propio Campanella, "'Futbolín' es una película dirigida a los niños", así que el espectador debe ir a la sala de cine con ese espíritu ya que resulta imposible no soltar una carcajada ante su ingenioso humor slapstick o rendirse ante la imaginería visual que ofrece la dirección de Campanella y el uso que hace del 3D, capaz de convertir una partida de futbolín en un evento de lo más trepidante.

Trufada de guiños a diferentes clásicos como 'Casablanca', 'Ciudadano Kane' o 'Apocalipsis Now', me quedo con el más significativo de toda la película, el de '2001: Una odisea del espacio', que podría resumir con gracia uno de los mensajes del propio filme: llevamos el fútbol en nuestro ADN desde el nacimiento de la humanidad.

'La mirada del amor' de Annette Bening y Ed Harris

Por la tarde fue el turno de una película que habla sobre presencias amorosas espectrales que acechan desde el pasado, la imposible obsesión por intentar revivir un difunto amor e imposibles búsquedas de caricias extraviadas en museos. No, no se trata de 'Vértigo' sino de 'La mirada del amor' de Arie Posin que, por si no quedase claro a lo largo del metraje que estamos ante un trasunto insípido del clásico de Hitchcock, Posin nos lo deja bien claro con ese evidente guiño en forma de póster del filme de 1958 colgado en la pared de una habitación al principio de la película.

Annette Bening en el estreno de 'La mirada del amor'

Obviando esa excesiva influencia que desprende el filme, la dirección de Posin, como ya ocurría en su primer trabajo 'Kidnapped: Historia de un secuestro', queda difuminada tras una indefinición tonal que ni unos maestros de la interpretación como Annette Bening y Ed Harris logran salvar. En ciertos momentos no sabes si estás ante un melodrama sobre el intento de superación de la pérdida de un ser querido o ante una comedia romántica de lo más convencional. De esta manera, 'La mirada del amor' malogra el interesante punto de partida que plantea convirtiéndose, así, en una cinta correcta, sin más.

Películas