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SEFF 2013 - DIA 2

Las mujeres marcan el paso en la segunda jornada del Festival de Sevilla

La portentosa interpretación de Juliette Binoche en 'Camille Claudel, 1915' y el valiente debut en la dirección de Valeria Golino, destacan en el segundo día del certamen.

Por Jorge R. Tadeo 10 de Noviembre 2013 | 16:20

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Este sábado tuvo lugar la segunda jornada del Festival de Cine Europeo de Sevilla, marcada por el anuncio de las nominaciones de los European Film Awards y también por la altísima afluencia de público a las distintas sedes del certamen para satisfacción de los organizadores, que parecen ver recompensada su apuesta por el riesgo y la heterogeneidad de propuestas en esta décima edición. De lo visto ayer, como avanzamos en el titular, destacamos dos obras de marcado carácter femenino que analizamos a continuación.

Las mujeres marcan el paso en la segunda jornada del Festival de Sevilla

'Camille Claudel, 1915' no es el primer acercamiento de la ficción francesa a la figura de esta escultora maldita, pupila y amante de Rodin, que terminó su vida encerrada en un centro psiquiátrico con el consentimiento de su familia de artistas. Sin embargo, el hecho de que sea Bruno Dumont quien esté detrás del proyecto, asegura que no nos encontramos ante un biopic al uso. Con un guion que surge de las cartas escritas por la artista, su hermano y su médico durante los años de confinamento de la artista, y con la entrega absoluta de una inmensa Juliette Binoche (pura fragilidad, desgarro y fuerza como rostro de la tragedia pura), la película -que solo pierde el paso en ese fallido tramo discursivo en el que irrumpe el hermano de la protagonista- se convierte en una cruda exploración de la locura, la desesperación y el dolor del abandono, a la par que una pertinente alegoría sobre el silenciamiento histórico de la mujer en el Arte.

Por suerte, el cine va abriendo la puerta con más frecuencia a la visión femenina del mundo. Desde ese prisma, la actriz italiana Valeria Golino debuta tras la cámara con la arriesgada 'Miele', película que sigue los pasos de una mujer que ronda la treintena y se dedica a asistir el suicidio de enfermos terminales proporcionándoles sustancias letales que importa de México. Valiente, sin miedo a la cuerda floja, sobre la que se sostiene gracias a una sabia sensibilidad que sabe huir al mismo tiempo de la ñoñería y del amarillismo, la película es un contundente viaje emocional que plantea un debate moral sin intención de manipular a la audiencia y que gana fuerza cuando aborda la relación de la protagonista con un hombre decidido a suicidarse. La labor de Golino tras la cámara es sobria, concisa y elegante, destacando en la dirección de actores.

Las mujeres marcan el paso en la segunda jornada del Festival de Sevilla

Pedazos de vida y cuentos morales

Dentro de la sección oficial a concurso pudimos ver 'Un episodio en la vida de un chatarrero' de Danis Tanovic, elocuente título para una obra fronteriza entre el documental y la ficción que sigue a una familia bosnia de etnia gitana en su odisea para lograr que los médicos traten a una madre que requiere intervención quirúrgica pero carece de cobertura sanitaria. La cámara está siempre pegada a esa realidad que quiere retratar (incluso en un momento gloriosamente casual, la cámara es golpeada por accidente por una escalera con la que carga uno de los personajes). Galardonada en Berlín con el gran premio del jurado, a la película se le agradece su veracidad naturalista y su denuncia sin coartadas didácticas, pero su valor antropológico está por encima de su alcance como obra cinematográfica, a la que le falla entre otras cosas el ritmo.

Por útlimo, reseñamos la última cinta de Lenny Abrahamson, al que trajo a España hace unos años el Festival de Gijón con la magnífica 'Adam y Paul', cuando el certamen lo dirigía José Luis Cienfuegos, ahora al frente de Sevilla. Ya convertido en uno de los cineastas irlandeses de referencia con tan solo tres films a sus espaldas, presentó en la Selección EFA 'What Richard Did', otro incómodo cuento moral sin moralina, de discutido final abierto y muy acertada a la hora de retratar las relaciones afectivas y familiares de sus protagonistas adolescentes. Bien interpretada, narrada con la pausa reflexiva que requiere para poder digerir su encrucijada moral y con una lograda fusión del paisaje irlandés con la evolución emocional de sus protagonista, supone un nuevo paso adelante en la carrera de su director.

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