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CRÍTICA

'Lluvia de albóndigas 2': Mucha comida, pero poca hambre

La nueva cinta de animación, secuela directa del filme de 2009, no sabe complacer a los gustos más refinados, aunque los niños, son otro cantar.

Por Carlos Manuel Hernández Fernández 20 de Diciembre 2013 | 09:00

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Desde mi punto de vista, las películas de animación infantil pueden englobarse en dos bloques: por un lado aquellas que han ido adecuándose poco a poco a lo que marca las nuevas generaciones, y por otro lado, aquellas que más bien han marcado a los niños y niñas de esas generaciones. En el caso de 'Lluvia de albóndigas 2', nos encontramos con el primer tipo, ya que la nueva cinta de Cody Cameron es en cierto modo, un modo de ver la forma en que los niños de hoy en día consumen la información: todo a mil por hora, sin descanso para mirar el móvil, y con algún que otro toque de ingenio, para una película que eso sí, ha puesto como protagonista a un científico en lugar de un aventurero de bulto, y eso sí, es todo un alarde de imaginación en cuanto a convertir a los alimentos en animales, todo ello con unos juegos de palabras muy agudos.

'Lluvia de albóndigas 2': Mucha comida, pero poca hambre

La película es una continuación directa de su primera entrega, que si bien hace unos cuatro años que se estrenó, no tiene porqué ser un inconveniente para ver esta nueva obra, ya que el filme cuenta con un prólogo que nos narra de manera clara los hechos ocurridos en su primera entrega. La sinopsis oficial reza: "El genio inventor Flint Lockwood finalmente está siendo reconocido y es invitado por su ídolo Chester V a ser parte de The Live Corp Company, donde los mejores y más brillantes inventores del mundo desarrollan tecnologías para el bien de la humanidad. La mano derecha de Chester ? y uno de sus más grandes inventos ? es Barb (un orangután altamente evolucionado con cerebro humano), que también es sagaz, manipulador y le gusta pintarse los labios. El sueño de Flint siempre ha sido ser reconocido como un gran inventor, pero todo cambia cuando descubre que su célebre máquina (que convierte el agua en comida) sigue operando y ahora está creando animales mezclados con comida- "¡zoosobras!". Con el destino de la humanidad en sus manos, Chester envía a Flint y sus amigos a una misión peligrosamente deliciosa, ¡luchando contra tacodrilos hambientos, chimparones, tartaboas, quesarañas con tocino doble y otras criaturas de la comida, para salvar al mundo una vez más!".

La historia no llega a ser tan rompedora como en la primera entrega, pero aún así se trata de una continuación lógica de los hechos ya narrados, y da pie a un imaginario muy rico (en todos los aspectos de la palabra). En el filme asistiremos a una larga lista de animales con aspecto de comida, desde mantequilla a tacos, hamburguesas gigantes o nubes diminutas, todas ellas bastante bien diseñadas y que claro, tendrá unos nombres que juegan con las palabras y que tienen su gracia. Un detalle añadido en esta segunda entrega, es el del personaje de Fresi, una fresa pequeña que sigue a los protagonistas, y que pese a que tiene su encanto, uno no puede dejar de verla como un recurso de guión para ganarse al espectador con un personaje mono.

'Lluvia de albóndigas 2' no llega tampoco a innovar mucho con su historia, que básicamente no evoluciona mucho desde su sinopsis, tratándose de ir a buscar algo a un sitio y todo lo que pasa por el camino. Es aquí donde aparece uno de los aspectos más positivos del filme: mantiene un buen ritmo de acción. Esto se debe a que no hay momento de descansa durante una gran parte del largometraje, algo que por una parte es bueno, ya que este no parar es bastante entretenido, pero a su vez, puede resultar algo agobiante, ya que como la historia no da mucho de si, lo que me hace pensar es que han llenado el filme de momentos de tensión y acciones, quizás para evitar que los personajes estén quietos y tengan que hablar, quemando los pocos cartuchos y moralejas que tiene la historia.

'Lluvia de albóndigas 2': Mucha comida, pero poca hambre

Quizás es algo acorde a los tiempos, el estar siempre a la prisa, pasar de una cosa a otra sin apenas descanso, y vale que sea una película de animación infantil, pero ya con una mirada adulta, se hace algo pesado tanto salto y tanto correr, más si no es apoyado con una historia suficientemente atractiva, ni tampoco con unas líneas argumentales secundarias con sustancia, ya que en este filme, lo secundario es bastante insulso. Hay también cierta crítica o más bien parodia del mundo de las empresas 'chic' con el personaje de Chester V, algo así como un Steve Jobs de la comida, que de lugar móviles y ordenadores, en esta cinta lo que quiere es crear la barrita energética definitiva. Esta parte está bien, ya que usa de manera acertada al personaje para hacer a un malo más de ahora, más corporativo y manipulador, y es en parte uno de los roles más atractivos, pero tampoco se trata de un alarde de carisma, y se echará de menos que no se le haya dado más profundidad.

Los protagonistas volverán a sus atributos de la primera entrega, desde el científico alocado a la presentadora del tiempo, pasando por el policía hasta el niño anuncio que ahora es de la panda. Si bien no se trata de un equipo para rememorar como de los mejores en la animación, juntos saben estar, y es bueno ver a unos personajes que rozan más el patético que el heroísmo, lo cual da su atractivo al filme, ya que abre la puerta a ese tipo de héroe más humano, más que le ha tocado salvar al mundo sin tener mucha idea de cómo, y eso sí, está deseoso de emprender la aventura. Otro de los aspectos que no acabo de aclarar del todo, es de la moraleja de la película. A lo largo del metraje he ido pensando que igual la más acertada es la de que la ambición sin mesura no es buena, y que los malos momentos pueden superarse con los amigos o algo así... Pero nada tiene que ver con la comida.

Creo que me he quedado con las ganas de ver una reflexión que le diera más profundidad al despilfarro de comida, ya que durante toda la cinta todo es opulencia alimenticia, pero nadie ve en ello una manera de salvar al mundo del hambre, o de querer convertir la misión en una manera de llegar a comprender el uso de la máquina para que nadie pase hambre. Esto no es así, y en el universo de 'Lluvia de albóndigas 2' todo me hace pensar que los humanos, en lugar de comerse a los apetitosos animales comida, lo que harían es tenerlos de mascotas. Esto en parte tiene su lógica, ya que se les ha caracterizado como animales más y menos monos, y con ello tienen sus sentimientos, pero por parte echo de menos más crítica sobre tal derroche de alimentos.

'Lluvia de albóndigas 2': Mucha comida, pero poca hambre

Bon appétit

En cuanto a la animación en si, se nota un gran cambio respecto a la primera parte, y esta ocasión, se verá mucho más trabajada y llena de vida, con escenarios mucho mejor elaborados y mucho colorido. En la primera parte me llegué incluso a fijar en que algunos diseños de personajes extras estaban incluso duplicados, hasta tres vece en la misma escena, pero esto no pasa con su continuación, la cual sí es un auténtico alarde de imaginación con todos los personajes comida, que además de estar muy bien diseñados siguiendo las formas que insinúan como alimento, han conseguido ser unos animales muy bien marcados, con un gran trabajo de creación de muchos y diversos animales, que a su vez, han sido tratados de una manera que nos hace dudar entre correr de ellos o intentar comérnoslos.

En definitiva, la cinta ofrece una historia poco elaborada, que básicamente es sobre ir desde el punto A al punto B, y basa su acción a momentos frenéticos y de correr y múltiples escenas de tensión, todo ello muy rápido para no dejar tregua al espectador, viendo que su manera de entretener no se basa en una historia memorable o unos personajes carismáticos, sino más bien se basa en el no parar para que el espectador no se de cuenta de que, básicamente, no tiene una historia que narrar y todo ello es humo para que no nos demos cuenta de que no estamos ante un guión que de mucho de si. Pese a ello, toda la animación se ha visto beneficiada con el paso del tiempo, y ahora es más vistoso y ameno ver a los personajes en acción, además del gran acierto de convertir la comida en animales y todo lo que ello aporta a la acción, con hamburguesas como arañas gigantes y tacos despiadados que parecen cocodrilos, todo ello que seguro que visto desde los ojos de un niño es algo muy positivo e imaginativo, pero que un adulto echará de menos algo más que aportar, una moraleja algo más profunda que valga la pena ir al cine con los niños a ver la cinta, porque la película está bien en algunos aspectos, pero se queda muy en la superficie glaseada de un tema que podía haber dado más de si.

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