å

CRÍTICA

'La vida inesperada': La Nueva York idealizada del cine a examen

Javier Cámara es Juanito, un actor de teatro que vive en Nueva York y paga el piso como buenamente puede. Raúl Arévalo es su primo, que decide visitarlo a varios meses de su boda.

Por Jesús Márquez 24 de Abril 2014 | 10:00

Comparte:

¡Comenta!

'La vida inesperada' es una película sobre Nueva York, o sobre lo que esperamos de la vida y lo que ésta nos ofrece, pero a partir de Nueva York; la ciudad que todos conocemos por el cine, aunque desde una perspectiva que contrasta con lo que ese cine nos tiene acostumbrados. La ciudad de los sueños, la ciudad donde todo es posible: ¿quién no ha pensado cómo sería su vida si viviera allí? Los dos protagonistas de la película de Jorge Torregrossa sí, desde luego. De ahí el viaje de ambos, dejando su país atrás: el personaje de Javier Cámara en búsqueda de convertirse en un actor de éxito y el de Raúl Arévalo con la intención de dar un vuelco a su vida.

Raúl Arévalo en 'La vida inesperada'

Lo que esperas de la vida

Juanito, Javier Cámara, lleva ya diez años en Nueva York, intentando sobrevivir al día a día y apañándose un sueldo como buenamente puede. Sus planes no salieron como esperaba y su carrera como actor está lejos de despegar, por lo que no le queda otra que tirar de pluriempleo. Su primo, Raúl Arévalo, a escasos meses de su boda, viaja desde España para hacerle una visita a Juanito: no tiene nada claro eso de casarse y espera encontrar en Nueva York la respuesta a lo que quiere de la vida. El primo, como se le conoce en la propia película, representa la visión más idealizada y romántica de la ciudad a la que acaba de llegar; Juanito, por su lado, lleva más tiempo viviendo allí y es algo más realista, pero es muy persistente y paciente con sus sueños.

Para clavar ese binomio entre idealización y realidad entra en juego la banda sonora de Lucio Godoy y Federico Jusid, que a modo de homenaje a 'Manhattan' se convierte en una de las primeras y más reconocibles referencias al cine neoyorkino y concretamente a la filmografía de Woody Allen: la idea es hacernos pensar en la ciudad que nunca duerme que ya conocemos, la que nos lo promete todo. El famoso plano del puente de Brooklyn se reproduce tal cual y se utiliza para reflejar los sentimientos del primo, quien está descubriendo en Nueva York todas esas oportunidades que le prometió el cine; en primer plano está Juanito, al que todo eso ya la queda lejos, pero quien aún no se ha cansado de luchar.

Raúl Arévalo y Javier Cámara en 'La vida inesperada'

Con esta premisa, 'La vida inesperada' se mueve con naturalidad entre la comedia y el drama más doloroso, que siempre se afronta con la suficiente ligereza para estar lejísimos de la frivolización pero muy cerca de que no abandonemos la sonrisa que se te queda en la cara en ni un solo un momento, por duro que pueda ser dentro del subtexto de la película. El humor no es demasiado obvio, pero sí que peca de algunos momentos demasiado directos o incluso de chistes un pelín cursis. En cualquier caso, el guion de Elvira Lindo, que Torregrossa admitió durante el Festival de Málaga que se pulió una y otra vez durante las fases de pre-producción y producción - como en cualquier otra película, en realidad -, es bastante divertido y tonalmente es una cosa fantástica.

La química entre Cámara y Arévalo, fundamental para la película, es hipnotizante porque, como todos sabemos ya a estas alturas, son un par de titanes, pero también tienen culpa los diálogos: la relación entre los dos primos es divertidísima y aunque hay conflicto, lo que es de esperar de un filme con una sinopsis como esta, siempre aparece de forma orgánica y no es nada exagerado; no hace falta crear más conflicto del necesario, ni al contrario, 'La vida inesperada' sabe que pasarse de intenso tanto por un lado como por otro no hace ningún bien a nadie.

Lo que la vida te ofrece

Lo que esperamos de la vida, las expectativas que ponemos en ella, difieren muchísimo de lo que nos acaba ofreciendo. En este caso, la lucha de los protagonistas por alcanzar esas expectativas es furiosa y encarnizada: una lucha por la que Juanito lleva peleando diez años y a la que su primo se acaba de unir.

Raúl Arévalo en 'La vida inesperada'

A continuación, me gustaría exponer algunos pensamientos acerca del final de la película y lo que implica para el resto de la cinta. Creo que esta crítica quedaría incompleta sin algunas de estas reflexiones, pero recomiendo dejar de leer aquí si aún no habéis visto 'La vida inesperada' y, en cualquier caso, pasar al último párrafo de esta crítica, libre de destripes. A modo de resumen sin spoilers sobre lo que menciono en la propia zona de spoilers: el desenlace es atrevido, aunque desde un punto de vista personal se podría haber rematado mejor y habría sido una película mucho más redonda, con un mejor sabor de boca tanto como final como por lo que podría haber significado para la película en sí.

SPOILERS

El mayor giro de guion de la película radica en que lo que ofrece la vida no es necesariamente peor que lo que esperamos de ella. No es una cuestión de conformarse con lo que tenemos, es más una cuestión de cambiar de sueño. Abandonar al yo de 17 años y sus pensamientos irreales, quizás no ligados con lo que queremos actualmente, cuando ya hemos doblado su edad: estabilidad y nuevos sueños, quizás no mejores, pero sí diferentes y más realistas.

Javier Cámara en 'La vida inesperada'
Sin embargo, aunque el discurso de cierto personaje nos convence de que es buena idea aprovechar los giros inesperados que da la vida y abandonar nuestras convicciones por muy duro que sea eso, no parece que sea lo que los personajes realmente quieren. Juanito abandona la actuación y su primo elige lo conocido y estable frente a todas las experiencias que ha descubierto en Nueva York: ¿es eso lo que realmente desean esos personajes en su interior?

No dudo que Juanito prefiere la vida inesperada que consigue al final de la película frente a la que llevaba viviendo durante todo el filme, pero eso es así solo porque 'La vida inesperada' me lo dice explícitamente. No obstante, me parece un final muy amargo porque lo que me dice el desarrollo de los personajes es que aquello que eligen al final va en contra de las convicciones y motivaciones que me han enseñado durante toda la película; Juanito lleva muchos años cargando con la motivación de ser actor, pero nunca parece cansado de ello, solo de tener que luchar para serlo: él sigue disfrutando de la actuación.

FIN DE LOS SPOILERS

En cualquier caso, detalles así, innegablemente importantes para la película, no la estropean en absoluto. De hecho, es un final atrevido que encaja a la perfección con gran parte del tono y el fondo de la película, pero que choca un poco con cierta falta de preparación de terreno para un final que se ve venir, porque hay construcción dramática en torno a la trama, pero no tanto en los personajes. En cualquier caso, 'La vida inesperada' es una feel-good movie que de vez en cuando juega con nuestro corazoncito sin preocuparse mucho por su estado y abarca algunas direcciones nuevas en torno a temas que ya se habían tratado mil veces: algo que, como siempre, es profundamente elogiable.