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PRECRÍTICA

'Caos calmo', reflexiones en el parque

Nanni Moretti vuelve a centrarse en la pérdida de un ser querido para ofrecernos una notable tragicomedia indiscutiblemente italiana.

Por Óscar Martínez 18 de Junio 2008 | 18:07

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Dirigida por Antonello Grimaldi y protagonizada por Nanni Moretti, Valeria Golino, Isabella Ferrari, Alessandro Gassman, Blu Yoshimi, Hippolyte Girardot, Kasia Smutniak, Denis Podalydès, Charles Berling y Silvio Orlando, 'Caos calmo' estuvo nominada al Oso de Oro en pasada Berlinale.

La película cuenta la historia de Pietro, un alto ejecutivo de una empresa audivisual, quien, tras perder a su mujer, siente una extraña mezcla de caos y calma al mismo tiempo. Pero no ha encontrado la paz interior desde que Lara murió, de forma inesperada, un día de verano en la que él no estaba en casa. Pietro lleva a su hija Claudia al colegio y, durante días, se queda en el coche sentado, esperando, observando a la gente...

Sin duda alguna, Nani Moretti es uno de los principales nombres del panorama cinematográfico italiano desde hace ya bastante tiempo, ya sea delante o detrás de las cámaras (o compaginando ambas facetas) en títulos como'La voz de su amo', 'La misa ha terminado' o 'La habitación del hijo', y cuyo particular modo de plasmar (y entremezclar) el drama y la comedia le ha servido para obtener una consagrada reputación internacional que le ha valido, entre otros muchos galardones, dos Palmas de Oro.

En esta ocasión, Nanni Moretti se limita a las labores de interpretación y guionización (en fin, adaptación) dejando la dirección a un cineasta habitualmente televisivo, en una película que focaliza absolutamente toda la acción en su persona, en un (nuevo) monólogo en el que los diversos personajes construyen la historia a su alrededor.

Sutileza al poder

'Caos calmo' es una película engañosamente ligera, en la que el drama parece flotar de manera perenne en el ambiente pero sin llegar a relucir en casi ningún momento; por contra, tanto el sutil humor entre irónico y surrealista como un sosegador bienestar se erigen como las principales sensaciones transmitidas al espectador, con un metraje pausado e intimista, en el que la aceptación de la pérdida de un ser próximo (que no querido) y las consecuentes responsabilidades se erigen como leitmotiv de su entramado, si bien de un modo casi antagónico al visto en La habitación del hijo.

La película de Antonello Grimaldi abre las peculiares puertas de los pensamientos de su protagonista, un ejecutivo que, curiosamente, parece sufrir por la ausencia de sufrimiento, en una ingeniosa ironía hacia la insesibilidad y frivolidad que transmite la sociedad aburguesada a la que pertenece. Y es que 'Caos calmo' es, en realidad, una búsqueda de la propia persona, una entrañable introspección sobre uno mismo que surge a través de las diversas interacciones con los diferentes secundarios, todos ellos lo suficientemente carismáticos y dispares como para ofrecernos un poliédrico retrato del protagonista, y cuyo desfile culmina en el cameo de Roman Polanski.

De este modo, 'Caos calmo' sobresale notablemente en el apartado interpretativo, dejando a un lado las labores cinematográficas en las que, por contra, cabe destacar la habilidad de su director para obtener una curiosa sensación de costumbrismo alrededor del parque contiguo al colegio de la hija del protagonista, epicentro de la acción de la película, al mismo tiempo que bastión de un personaje necesitado de apoyo que, paradójicamente, ofrece más que recibe.

Así pues, a raíz de la mera necesidad de proteger a su hija del sufrimiento que supone la pérdida de una madre, el personaje interpretado por Nanni Moretti se convierte en una suerte de filósofo y confesor, un peculiar héroe local para el microcosmos del parque que nos ofrece sus peculiares reflexiones sobre la vida, ya sea en el ábito laboral o familiar, y donde la locura, la hipocresía, los celos, el sexo, la fama o la infelicidad discurren a lo largo y ancho de sus diálogos.

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