å

CRÍTICA

'Snowpiercer (Rompenieves)': Vibrante pieza de orfebrería Sci-Fi

La primera película rodada en inglés del aclamado director coreano Bong Joon-ho, no sólo es una vibrante pieza de orfebrería sci-fi, sino que también es una maquiavélica reflexión sobre la naturaleza de la humanidad.

Por Adrián Peña 6 de Mayo 2014 | 10:00

Comparte:

Ver comentarios (6)

En 'Ensayo sobre la ceguera', el escritor José Saramago imaginó una sociedad que paulatinamente se veía azotada por una extraña enfermedad que dejaba de repente ciegos a la población. ¡Zas! Un fogonazo en el horizonte y las personas se quedaban sin vista. Nadie sabía el origen de tal extraña afección ni los posibles efectos contagiosos de la misma y, a medida que el temor y el caos se iba apoderando de la colectividad, el instinto de supervivencia más feroz de cada individuo afloraba en el corazón de una sociedad que, paradójicamente, por primera vez era capaz de ver la verdadera condición del ser humano.

Snowpiercer (Rompenieves)

A los personajes de 'Snowpiercer (Rompenieves)' no les ha hecho falta quedarse ciegos para poder comprobarlo, sino que les ha bastado con ser confinados de por vida a convivir dentro de un tren en un futuro post-apocalíptico en el que la vida en el exterior es imposible por culpa de un experimento llevado a cabo para contrarrestar los efectos del calentamiento global del planeta que ha dejado congelada, literalmente, la Tierra. El relato de 'Snowpiercer (Rompenieves)' es un relato de ciencia ficción pero, como toda buena ciencia ficción, se sirve de un statu quo imaginado que actúa como un espejo que nos devuelve nuestra propia imagen. La primera película rodada en inglés del aclamado director coreano Bong Joon-ho que adapta la novela gráfica francesa 'Le Transperceneige', no sólo es una vibrante pieza de orfebrería sci-fi, sino que en su corazón anida una maquiavélica reflexión sobre la naturaleza de la humanidad y, por ende, del ordenamiento de las sociedades.

Que el tren es una metáfora del mundo y que los pocos supervivientes que viajan en el tren son una metáfora de la humanidad es algo obvio, incluso explícito. Dentro del tren, la población está organizada por vagones, estableciendo un sistema de clases en el que los pobres habitan en la cola y la élite en el frente. Todos ellos son gobernados por el creador del tren en un sistema de gobierno dictatorial que se basa en la idea de que cada segmento de la población debe tener una posición predeterminada dentro de la sociedad para evitar, así, el desorden y el caos. El filme se sirve de este contexto para lanzar las mismas preguntas antropológicas que han preocupado a Cormac McCarthy en varias de sus obras clave. ¿Es el ser humano malo por naturaleza o son las circunstancias que lo pervierten?, ¿es el régimen totalitario el mejor sistema de gobierno en un hipotético estado de excepción?, ¿es el hombre un lobo para el hombre?

Snowpiercer (Rompenieves)

Un blockbuster atípico

Un trasfondo sociopolítico nada común en un blockbuster de este tipo porque, recordemos, éste es un proyecto de unos 40 millones de dólares de presupuesto (el filme más caro de la cinematografía surcoreana), con estrellas de Hollywood de primer nivel y una opulencia formal digna de una superproducción norteamericana. El ejemplo más claro se encuentra en cómo la violencia es representada en la película. Mientras la crudeza es relevada en un fuera de campo perfilado por las palabras (confesión final de Curtis), la estética más atractiva es expuesta sin reparos con una plasticidad abrumadora (batalla del segundo vagón), como si el discurso de 'La carretera' fuera mostrado con el esqueleto formal de 'Los amos de la noche (The warriors)', una combinación que me lleva a pensar que nos encontramos ante un blockbuster atípico.

Atípico porque luce como un mastodóntico producto mainstream yanqui pero sabe a ese cine personal que se hace a los márgenes de la industria. Atípico porque posee una narrativa funcional de brocha gorda pero una cuidada puesta en escena medida al detalle. Atípico porque nos sirve con tono festivo (incluso satírico) y aparente superficialidad un debate trascendental. Atípico, en definitiva, porque aparentemente es como la mayoría de blockbusters que nos llegan de Estados Unidos a lo largo del año, pero mil veces mejor.