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CRÍTICA

'Pancho, el perro millonario': La peli de Pancho con media ración de Pancho

La primera película del perro de la primitiva llega a medio gas incluso para su tipo de propuesta. Con algunos detalles buenos, el poco protagonismo de Pancho resiente el resultado final.

Por Jesús Márquez 5 de Junio 2014 | 11:20

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'Pancho, el perro millonario' proviene de un anuncio de la primitiva de hace casi una década. Llega tarde, cuando prácticamente nadie recuerda aquel anuncio ni sus sucesivas secuelas; sin embargo, tampoco le importa demasiado: su objetivo no es tanto el público medio como con el infantil, que o no había nacido o acababa de nacer cuando salió el anuncio. Curiosamente, hay una diferencia de tono brutal entre el anuncio y la película, el gamberrismo del primero brilla por su ausencia en esta última, donde el mayor parecido en forma y fondo respecto al anuncio dura un minuto o dos y ni siquiera se acerca a lo que hizo que montones de televidentes nos sumáramos al fenómeno Pancho.

Pancho, el perro millonario

Iván y Patricia, los humanos no tan millonarios

El Pancho de 'Pancho, el perro millonario' no es un perro especialmente carismático. Su mayor característica es que es millonario. Pues bien, no es millonario durante la mayor parte de la película. Su otra gran característica es que tiene habilidades que no tienen otros animales. Pues bien, tampoco hace uso de ellas a menudo. De hecho, y aquí viene el mayor problema de la película, Pancho no tiene tiempo para demostrar nada de lo que puede hacer o lo que lo convierte en una estrella, porque Pancho ni siquiera es el protagonista de su propia película. Iván Massagué y Patricia Conde ocupan ese puesto.

Iván, que interpreta al asistente de Pancho, acapara el mayor tiempo de pantalla. Se me ocurren varias razones y la primera es que hacer una película con Pancho como protagonista es caro, muy caro. Rodar con un animal suele llevar mucho más tiempo que con una persona y más tiempo de rodaje es lo que más dispara los presupuestos de una película. Por otro lado, Pancho hace cosas que no hacen otros animales, punto donde radica gran parte del humor de 'Pancho, el perro millonario', y eso conlleva un gasto en efectos especiales que no es necesario con humanos. Más allá de los motivos técnicos, también los hay narrativos. En el anuncio original no había necesidad de que Pancho hablara y aquí no lo hace, pero darle una película hace necesario que se comunique de alguna forma. Al principio parece que la película va a tomar la decisión de llevar al asistente de Pancho siempre con él, quien sí entiende lo que el perro dice con sus ladridos, pero pronto se ve que lo que pretende es dividir ambas tramas y darle poco espacio de pantalla a Pancho.

Pancho, el perro millonario

El sentido del humor de 'Pancho, el perro millonario' no disgustará a los más pequeños, aunque probablemente sea una constante de altibajos precisamente porque Pancho aparece de forma intermitente y cuando él no está el humor vira hacia los diálogos entre Iván y Patricia. Dichos diálogos son aceptables para lo que es una película infantil, no poseen una especial chispa, pero se dejan ver con bastante eficiencia; el problema es que contrastan con el principal fuerte por el que los niños acudirán a las salas o que protagonizan las secciones de Pancho: su humor es especialmente visual. Si vemos el tráiler, el último plano es Pancho haciendo una mueca, no Iván y Patricia hablando.

Finalmente, son Alex O'Dogherty, Secun de la Rosa y César Sarachu los que se encargan de levantar la película hacia arriba en cuestión de carisma. Son los personajes que más encajan con el humor físico de Pancho y los que más momentos realmente divertidos traen. Aunque tenga menos ocasión que estos tres primeros para desplegar sus armas en el humor más visual, tampoco lo hace nada mal Patricia Conde en su debut cinematográfico.

Pancho, el perro millonario

De hecho, hay ciertos destellos que iluminan un poco 'Pancho, el perro millonario'. Guiños cinéfilos para amenizar el visionado al espectador más adulto y algunos secundarios inspirados, por ejemplo. Estos destellos son los menos porque, manteniendo la metáfora, la película es prácticamente toda oscuridad. Los niños disfrutarán, en mayor o menor medida, gracias en parte a los momentos aislados que recuerdan al gamberrismo del anuncio original; ninguno la elegirá como su película favorita, pero tampoco se convertirá en aquella peli donde se quedaron dormidos más de 10 veces.

En cualquier caso, si realmente teníais ganas de ver o de llevar a vuestros hijos a una película de Pancho totalmente protagonizada por Pancho, no os preocupéis: los créditos de 'Pancho, el perro millonario' emulan la clásica Marvelada en forma de cliffhanger que deja espacio para una secuela, si la cosa no va mal en taquilla. Con una primera parte que se ha quedado tan a medias de sus objetivos resulta complicado imaginar que se den las circunstancias necesarias para una segunda parte, pero cosas más raras se han visto.