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CRÍTICA

'Amigos de más': Clichés modernizados

Daniel Radcliffe y Zoe Kazan protagonizan una comedia romántica que mezcla los elementos más convencionales con un envoltorio "moderno" para enamorar a las nuevas generaciones.

Jesús Agudo
Por Jesús Agudo Más 28 de Agosto 2014 | 10:02
El redactor más veterano de esta web. Palomitero y fan de que las series estrenen un capítulo por semana.

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El género de la comedia romántica llevaba unos cuantos años de capa caída. Lejos quedaban los días en los que películas como 'Pretty Woman' se convertían en cine de culto. Pero un día llegó '500 días juntos' y revolucionó el género, acercándolo a un nuevo público con el atrevimiento de no hablar solamente del amor, sino del desamor, los giros inesperados en las relaciones o que la búsqueda del alma gemela no es tan fácil como decían en las películas. Eso, sin perder la frescura que otorga una comedia.

Amigos de más

'Amigos de más', en cierta medida, también habla de almas gemelas y no es una simple historia llena de azúcar sobre "chico conoce a chica". Aunque esté muy lejos de lograr lo que Marc Webb hizo allá por 2009, Michael Dowse también se sale bastante bien con la suya de mezclar clichés con un aire algo más hipster, y llegar a sorprender al público. Lo hace presentándonos a Wallace y Chantry, dos jóvenes algo raritos que se conocen en una fiesta y que conectan al instante. Pero hay un problema: ella tiene novio.

La gran pregunta "¿pueden un hombre y una mujer ser amigos?", los bamboleos por la delgada línea que separa amistad de amor, no son temas precisamente desconocidos en una película. En eso 'Amigos de más' peca quizás de ser algo típica, y por eso ya deja claro que no quiere convencer a nadie, pero sabe envolver muy bien la historia con un guión que resulta tan sorprendente como desconcertante. Basado en una obra de teatro, el libreto de la película pasa de la comedia romántica más tópica a escenas de lo más absurdas, oscila entre el humor "indie" y de pronto roza lo escatológico. Este rasgo es la principal virtud y el principal defecto de la película. A lo largo de su metraje nos quedaremos enganchados por el devenir de la historia de Wallace y Chantry, ya que en realidad no sabemos (casi nunca) cuál será el tono de la siguiente escena. Pero también supone que muchas veces la película peque de caótica y poco cohesionada.

Quizás su punto más negativo sea que no es capaz de escapar de los clichés, demostrando que no han llegado a ser todo lo valientes que deberían haber sido con una historia como ésta. Desde los amigos confidentes, las ilimitadas cantidades de dinero del que parecen disponer a pesar de que se supone que son veinteañeros típicos, los "clavos" que sacan otros clavos, hasta las huidas y momentos de "confusión" que merecerían la música de Benny Hill, hasta un final que echa por tierra muchas de las ideas plasmadas en la película, 'Amigos de más' no piensa revolucionar el género, y no sorprenderá con el devenir de la historia, pero toda ella tiene un "algo" que supo cómo conquistar finalmente a este espectador. Ese "algo" que a veces no sabes lo que es, pero que consigue que una historia de amor alcance la fibra sensible.

Amigos de más
Puede que sea por la química de los dos protagonistas, una pareja muy lograda de inadaptados. Daniel Radcliffe se convierte en un correcto joven adulto algo solitario, un papel que le viene al dedillo, porque puede suplir su interpretación poco destacable con esa mirada de cachorrillo que lleva derritiendo corazones desde sus años en Hogwarts; se le da muy bien poner cara de pardillo solitario. Zoe Kazan ya demostró de lo que era capaz en la gran 'Ruby Sparks', y en esta película hereda bastantes rasgos de ese papel. Es la dominante de la pareja, interpretativamente hablando, y es una pena que su personaje se desdibuje tanto en los últimos momentos. A pesar de ello, cuando están juntos saltan chispas, quizás porque ambos pegan totalmente como chico y chica que van a su rollo, con mundos interiores muy ricos y que les cuesta encontrar a alguien con quien conectar.

Junto a ellos tenemos a Adam Driver y Mackenzie Davis, los amigos, que ponen el punto más loco a la película. Driver, por ejemplo, no abandona su papel de 'Girls', siendo junto a su novia en la ficción una pareja de la que no sabes qué esperar, en el mejor sentido. Se entrometerán en el intento de amistad de Wallace y Chantry, y pondrán muchos de los puntos más absurdos de la trama, pero en su justa medida. Rafe Spall y Megan Park encarnan al novio y a la hermana de Chantry, ambos correctos, sin destacar mucho.

Un romance ecléctico

La nueva comedia romántica no pretende quedarse solo en el "chico conoce a chica". 'Amigos de más' no lo hace, y aunque no llegue a ser todo lo valiente que debería ser dentro del asunto de la amistad y el amor, acaba ofreciéndonos una película encantadora, no solo por sus personajes protagonistas, bien creados para pulsar las teclas correctas muchas veces, sino por su aire modernillo y una buena actualización de los clichés. También destaca un cuidado apartado estético, salido directamente del barrio más "cool" de Toronto, o una banda sonora llena de folk, un gran acompañamiento para la historia. Los jóvenes de ahora, por ejemplo, vibrarán con las creaciones en animación del personaje de Chantry. Michael Dowse ha sabido traernos una película que no podrá ocultar sus defectos y no llegará a salir de su propia zona de seguridad, pero que consigue actualizar este género a través de un tono bastante ecléctico y sorprendente, sabiendo cómo conectar con el público que busca, dándoles una nueva pareja llena de peculiaridades, de esas que parecen destinadas a no conectar con casi nadie, y creando a partir de ellos una historia entretenida y con mucho encanto y humor.